Testigos de la Fe | Isabella H. de Carvalho
«Muertos por dar testimonio
del Evangelio»: más de 1600 nuevos mártires en el siglo XXI
En una
conferencia celebrada en la Sala de Prensa de la Santa Sede, los miembros de la
«Comisión de los Nuevos Mártires - Testigos de la fe» compartieron el trabajo
realizado hasta ahora y presentaron la celebración ecuménica del 14 de
septiembre, presidida por León XIV. Monseñor Fabene: «Estos hermanos y hermanas
han puesto el ancla de la esperanza no en la realidad del mundo, sino en el
corazón de Dios». Riccardi: «Los cristianos siguen muriendo por dar testimonio
del Evangelio»
Son unos 1700
los mártires y testigos de la fe del siglo XXI reconocidos por la Comisión
instituida en 2023 por el Papa Francisco en el Dicasterio para las Causas de
los Santos. La cifra se ha dado a conocer hoy, 8 de septiembre, en la Sala de
Prensa de la Santa Sede, con motivo de la conferencia de presentación del
trabajo realizado hasta ahora por la «Comisión de Nuevos Mártires - Testigos de
la fe» y de la celebración ecuménica, organizada por esta, que será presidida
en la Basílica papal de San Pablo Extramuros por León XIV el próximo domingo,
14 de septiembre, Exaltación de la Santa Cruz.
Trescientos
cuatro mártires procedentes de América, 43 europeos asesinados en el Viejo
Continente y otros 110 caídos durante misiones en todo el mundo, 277 asesinados
en Oriente Medio y el Magreb, 357 testigos de la fe en Asia y Oceanía y 643 en
África, tierra esta última «donde mueren más cristianos», explicó Andrea
Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant'Egidio y vicepresidente de la
Comisión compuesta por once miembros. Las historias estudiadas han sido
señaladas desde todos los rincones del mundo, por diferentes Iglesias y
confesiones cristianas, y por diócesis, conferencias episcopales, institutos
religiosos y otras realidades eclesiales. Son vidas que dan testimonio de la
persecución religiosa, la violencia de las organizaciones criminales, la explotación
de los recursos naturales, los atentados terroristas, los conflictos étnicos y
otras causas por las que los cristianos siguen siendo asesinados.
«Lamentablemente, los cristianos siguen muriendo —prosiguió Riccardi— y siguen
muriendo porque son testigos del Evangelio, porque son apasionados de Dios, de
sus hermanos y hermanas, porque son auténticos servidores del hombre, porque
son libres comunicadores de la fe». «A menudo, el cristiano, con su sola
presencia como persona honesta, respetuosa de la ley y dedicada al bien común,
molesta a quienes quieren llevar a cabo planes criminales», reiteró.
La única celebración ecuménica del Jubileo
Y su memoria
será recordada en la «única celebración ecuménica en Roma durante todo el año
jubilar», que tendrá lugar en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz,
según ha declarado el arzobispo Fabio Fabene, secretario del Dicasterio para
las Causas de los Santos y presidente de la Comisión. Serán 24 los delegados de
las Iglesias cristianas y las grandes comuniones presentes en la liturgia de la
Palabra. «La vitalidad del Bautismo nos une a todos —comentó el prelado—; en
los cristianos que han dado la vida se realiza el ecumenismo de la sangre, como
san Juan Pablo II gustaba definirlo. Precisamente en el martirio, la Iglesia ya
está unida». A su vez, el papa León «desea que la sangre de estos mártires sea
semilla de paz y reconciliación, fraternidad y amor, como escribió con motivo
del reciente ataque terrorista en el Congo». «El hilo conductor de la liturgia
lo constituye el Evangelio de las bienaventuranzas, escrito en la carne de las
Iglesias de estos hijos que han perdido la vida defendiendo en el amor al
Evangelio, a los más pobres, la esperanza», ha destacado monseñor Marco Gnavi,
secretario de la Comisión.
La celebración
también incluirá lecturas del capítulo 3 del Libro de la Sabiduría, el Salmo
120 y un pasaje de la carta del apóstol San Pablo a Timoteo. Tras la homilía,
la liturgia continuará con la memoria de los mártires testigos de la fe, en la
que, tras la proclamación de cada bienaventuranza, seguirán dos intenciones de
oración y algunas palabras para recordar las historias de algunos testigos,
como la hermana Leonella Sgorbati, asesinada en Somalia en 2006, o un grupo de
cristianos evangélicos asesinados por terroristas en 2019 en Burkina
Faso.
Siguiendo las huellas de la Comisión creada por San
Juan Pablo II
En la rueda de
prensa también se destacó que el trabajo de estudio y profundización realizado
por la Comisión sigue las huellas del organismo creado por Juan Pablo II con
motivo del Jubileo del 2000 para analizar y recopilar las historias de los
testigos de la fe del siglo XX, que luego se expusieron en el memorial de los
Nuevos Mártires del Siglo XX en la iglesia de San Bartolomé en la isla
Tiberina. El papa Wojtyla también celebró una conmemoración ecuménica en
memoria de estos mártires el 7 de mayo de 2000 en el Coliseo.
Un signo de esperanza durante el Año Santo
Los miembros
de la Comisión también insistieron en la importancia de estos testimonios de
vida en el Año Santo dedicado a la esperanza. «Estos hermanos y hermanas»,
afirmó el arzobispo Fabene, «han puesto el ancla de la esperanza no en la
realidad del mundo, sino en el corazón de Dios, han esperado en Dios y su
recompensa está llena de inmortalidad». Monseñor Gnavi añadió que «la esperanza
fue el motivo de su vida antes de su muerte», porque la llevaron «a contextos
de conflicto étnico, de abuso de poder, de humillación de los pobres» y donde
estaba presente el «Mal con mayúscula». «La esperanza cristiana no es un estado
de ánimo o un optimismo», dijo finalmente Riccardi, «sino que la esperanza
cristiana madura en la memoria de la fidelidad de Dios y madura en la memoria
de mujeres y hombres que creyeron en un Dios que les era fiel incluso en
circunstancias adversas».
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