viernes, 14 de noviembre de 2025

"Busquemos a Dios en la creación y estemos vigilantes en los días ordinarios"


Reflexión | P. Ciprián Hilario, msc

 


"Busquemos a Dios en la creación y estemos vigilantes en los días ordinarios"

(Viernes 14 noviembre 2025)

 

Las lecturas nos invitan a reconocer a Dios a través de las maravillas de la creación (Sabiduría y Salmo) y a vivir en constante vigilancia espiritual, porque el Reino de Dios irrumpe de manera inesperada en la cotidianidad, como en los días de Noé y Lot (Evangelio de Lucas).

 

8 puntos para reflexión:

1.- La necedad de ignorar al Creador (Sab 13,1):

Todos los hombres son "necios por naturaleza" si, conociendo las obras visibles, no llegan al Autor. No es ignorancia, sino excusa: la belleza del mundo apunta al Artífice.

 

2.- La belleza como camino hacia Dios (Sab 13,3-5):

Si el fuego, el viento, el agua o los astros cautivan, ¡cuánto más su Creador! La creación no es un fin, sino un espejo que refleja la grandeza, poder y bondad de Dios.

 

3.- El cielo proclama sin palabras (Sal 18,2-4):

"Los cielos narran la gloria de Dios". No hay lenguaje humano, pero su mensaje llega a "toda la tierra". La creación es un testimonio universal y silencioso de Dios.

 

4.- La rutina como lugar de juicio (Lc 17,26-28):

En tiempos de Noé comían, bebían, se casaban; en Sodoma plantaban y construían. La vida cotidiana no es neutral: puede ser ocasión de salvación o de perdición según la disposición del corazón.

 

5.- La súbita intervención divina (Lc 17,29-30):

El diluvio y el fuego cayeron "el mismo día". Así será la venida del Hijo del Hombre: inesperada, repentina, irreversible. No hay tiempo para arrepentirse en el último segundo.

 

6.- El desprendimiento radical (Lc 17,31-33):

"El que esté en el terrado, que no baje a recoger sus cosas". Quien busque salvar su vida la perderá. La salvación exige soltar, no aferrarse a lo material o a la seguridad aparente.

 

7.- La separación inevitable (Lc 17,34-36):

"Dos en una cama: uno será tomado, el otro dejado". La cercanía física no garantiza la salvación. Dios juzga el corazón, no las apariencias ni los vínculos humanos.

 

8.- Vigilancia activa en lo cotidiano (conclusión):

No se trata de huir del mundo, sino de vivirlo con los ojos puestos en Dios. Que la belleza de la creación nos lleve a adorar al Creador, y que cada día —al comer, trabajar, relacionarnos— sea una respuesta de fe ante la posible venida del Señor.

 

Invitación final:

Hoy, al mirar el cielo, el mar o una flor, preguntémonos: ¿veo al Creador o me detengo en la criatura? Y al terminar el día, examinemos: ¿he vivido este día como si Cristo pudiera volver esta noche? Que así sea. Amén.





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