viernes, 26 de diciembre de 2025

Fiesta de la Sagrada Familia


Nuestra Fe | P. Ciprián Hilario, msc

 


Fiesta de la Sagrada Familia

(Domingo 28 de diciembre 2025 | lecturas 3,2-6.12-14. Colosenses 3,12-21. Mateo 2,13-15.19-23)

 

Queridos hermanos y hermanas:

En esta fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, celebrada en el corazón de la Navidad, las lecturas que hemos escuchado nos invitan a contemplar el modelo perfecto de vida familiar y a extraer de ellas luces para nuestra propia realidad cotidiana. Aunque la primera lectura parece variar según los ciclos litúrgicos (en algunos años se proclama el pasaje de Ana y Samuel en 1 Samuel, que habla de la ofrenda del hijo al Señor), el evangelio de Mateo y la carta a los Colosenses nos ofrecen un mensaje claro y unido: la familia es lugar de protección divina, de obediencia a Dios y de virtudes cristianas que construyen la comunión.

 

El Evangelio nos presenta a la Sagrada Familia en un momento de prueba: José recibe en sueños la orden de huir a Egipto para salvar al Niño de la persecución de Herodes, y más tarde, el regreso a Nazaret. No es una familia exenta de dificultades —pobreza, exilio, miedo, desplazamiento—, sino una familia que vive en la confianza absoluta en Dios. José obedece prontamente, María acompaña en silencio fiel, y Jesús crece bajo su custodia. Esta es la "santidad" de Nazaret: no la ausencia de problemas, sino la presencia de Dios en medio de ellos.

 

San Pablo, en la segunda lectura, nos da un "decálogo" práctico para la vida familiar: revestíos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportaos mutuamente, perdonaos de corazón, y sobre todo, que el amor sea el vínculo de la perfección. Y añade instrucciones concretas: esposas, vivid en armonía con vuestros maridos; maridos, amad a vuestras esposas sin amargura; hijos, obedeced a vuestros padres; padres, no exasperéis a vuestros hijos. Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor.

 

A partir de estas lecturas, os señalo algunos puntos fundamentales para vivir en familia hoy, en un mundo que a menudo presenta modelos de relación superficiales o conflictivos:

 

1.- La fe y la confianza en Dios como centro de la familia. Como José, que escucha la voz de Dios en la oración y actúa con prontitud, las familias cristianas deben poner a Dios en primer lugar. La oración familiar —el rosario, la lectura de la Biblia, la misa dominical— es el oxígeno que protege del egoísmo y de las crisis. Sin Dios, la familia se debilita; con Él, resiste cualquier tormenta.

 

2.- La obediencia y la protección mutua. La Sagrada Familia nos enseña que los padres están llamados a proteger a los hijos, incluso a costa de sacrificios grandes (como el exilio). Hoy, esto significa defender la vida desde la concepción, educar en la fe, proteger de influencias tóxicas (pantallas, ideologías contrarias al Evangelio). Y los hijos, a honrar y obedecer a los padres, no por miedo, sino por amor a Dios.

 

3.- El perdón y la paciencia diaria. Pablo insiste: "Soportaos unos a otros y perdonaos mutuamente". En la familia surgen roces, errores, cansancios. El secreto es perdonar como Cristo nos perdona: rápido, de corazón, sin rencor. La humildad y la mansedumbre evitan que las discusiones destruyan la unidad.

 

4.- El amor como servicio y entrega. Maridos y esposas: amaos como Cristo ama a la Iglesia, con entrega total. Padres: educad sin irritar ni desanimar a los hijos. Hijos: obedeced con alegría. Todo "como para el Señor". El amor familiar no es sentimentalismo, sino elección diaria de servir al otro.

 

5.- La familia como escuela de santidad. Nazaret fue una vida oculta, ordinaria: trabajo, oración, relaciones cotidianas. Nuestra familia no necesita ser perfecta ni extraordinaria; necesita ser fiel en lo pequeño. Allí, en lo cotidiano, crece Jesús en nosotros.

 

Queridos hermanos, miremos hoy a la Sagrada Familia como espejo y guía. Pidámosle a Jesús, María y José que bendigan nuestros hogares, que sanen las heridas, que fortalezcan los matrimonios, que protejan a los hijos. Que cada familia sea un pequeño Nazaret donde Dios habite y desde donde irradie esperanza al mundo.

 

¡Feliz fiesta de la Sagrada Familia! Amén.






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