martes, 26 de enero de 2021

Amor entrañable

La Familia | Yris Rossi *

 



Amor entrañable

 

- Zion, ¿cómo tú viniste al mundo?, le pregunta su amiga Juanita.

 

- Pues la forma de yo venir al mundo no fue tan fácil, responde Zión y explica:

 

Poco menos de nueve meses antes de que mi madre me diera a luz, le diagnosticaron amenaza de aborto:

 

¡no me morí de casualidad!

 



A ella el Doctor la mandó a reposar y a super alimentarse, para que yo pudiera vivir:  pues siendo distintos, mi vida dependía de ella y ella lo sabía.

 

Mi familia, que siempre me ha querido mucho, creamos un equipo formado por: mi padre, mi madre, mi abuela y yo y desde ahí empezaron a super alimentarnos y a cuidarnos.

 

Nos dieron a comer bistec de hígado, crema de garbanzos, de lentejas, de guandules, molondrones etc., así como a descansar.

 

Me cuentan que pasamos muchos días acostados cuidándonos para pasarme buena alimentación y descanso.

 

Después de ese tratamiento, poco a poco comencé a ponerme más fuerte y en la medida que yo me iba poniendo más nutrido, desaparecía la amenaza de muerte.

 

Por el contrario, yo seguí creciendo, engordando y desarrollándome tan bien y tan bien, que nunca más se volvió a decir nada malo de mi condición de salud, hasta cuando cumplí los 9 meses.

 

- ¿Qué sucedió?

 

Pues cuando se suponía que ya mi madre debía pasar a parirme, entonces, yo no quería salir, hasta que volvió el médico y dijo:

 

"Bueno, con las primerizas algunas veces no se sabe: se atrasan o se adelantan, por eso le voy a dar una semana para ver si no se le tiene que hacer cesárea".

 

Mientras tanto, yo seguía ahí adentro, muy a gusto y sin dar señales de querer salir.

 

Pasado este tiempo y por la posición en que me encontraba, el médico decidió darme un último chance: ¡una semana más!

 

"Si esta semana el niño no nace, entonces vamos a tener que inducirle el parto. Ese niño está muy acomodado ahí dentro y está en el límite."

 

Pues, ¡Gracias a Dios! en la madrugada del mismo día en que se cumplía la segunda semana, le dieron los dolores de parto a mi madre, y mírame aquí hoy, 13 años después de darme a luz, contándote mi historia de cómo vine al mundo.

 

Que gracias al amor de Dios, mi madre y mi padre, así como los buenos consejos del Doctor estoy vivo: ¡me encanta el fútbol y las matemáticas!

 

Y tú, ¿cómo viniste al mundo?

 

* En este relato Zión es mi nieto y quien escribe, su abuela.



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