sábado, 30 de enero de 2021

Leer la mente de las personas

A Debate | Redacción Amigo del Hogar

 


Leer la mente de las personas

En un futuro próximo será ficción convertida en realidad

 

Descifrar la actividad mental de las personas no es ciencia ficción, es una realidad inminente. De hecho, “se está empezando a hacer de una manera primitiva en ciertos sitios del mundo, a través de escáneres de resonancia magnética funcional”, revela el neurocientífico Rafael Yuste, impulsor del proyecto BRAIN, profesor en la Universidad de Columbia (Estados Unidos) e investigador del Donostia International Physics Center (DIPC).


Yuste afirma que a propósito del covid “estamos viviendo una invasión brutal a la privacidad que se traduce ya en situaciones peliagudas”. Pero hay un problema mayor, que es la neurotecnología y su capacidad para “descifrar la actividad mental de las personas”.


Si la tecnología sigue avanzando al ritmo actual, para los próximos años será posible leer la mente de las personas. La ficción se transforma en realidad. Pero ¿qué supone para los seres humanos? ¿cómo afecta su libertad?


Con otros reputados científicos Yuste es firmante a favor de los neuroderechos, que han de ser añadidos a la Declaración Universal de los Derechos Humanos para proteger a las personas. Si todos los derechos humanos “los puedes entender como derechos del individuo y de su comportamiento, esencialmente de su cuerpo, ahora falta por llegar a la mente”. Estos nuevos derechos a añadir son fundamentales, pues “la mente define a la persona”, enfatiza el reputado neurocientífico mediante entrevista al portal web Jot Down, revista de cultura contemporánea.


Derechos del cuerpo, y de la mente, como derechos de la persona es lo que aconsejan. Y los que tienen que ver con la mente hay que añadirlos al principio de la declaración, no al final. Y se explica porque “Estos derechos protegen la mente humana”.


¿Cuáles son esos derechos? “El primero es el derecho a la identidad personal, esto es, el derecho a ser una persona, que no te dividan en dos, tres o cuatro”. En los seres humanos hay casos de pacientes con el cerebro dividido y dos o más personalidades. Los experimentos con animales ya se han realizado: se manipula el cerebro y se disocia el comportamiento del animal, se comporta como otro sujeto distinto.


¿Qué supondrá en el futuro? La consecuencia es que se podrá “escribir en las neuronas, así que, a priori, puede programarse el cerebro humano”, sigue diciendo Yuste a sus entrevistadores. En estos programas están involucrados Estados Unidos, China, muchos países de Europa, también Japón, Corea, Australia o Canadá. Y van en la carrera las tecnológicas: Facebook, Microsoft… para dar el siguiente paso que sería la interfaz cerebro-computadora, una especie de iPhone cerebral, “una diadema que te pones en la cabeza y que te conecta a través de técnicas de lectura y escritura cerebral”.


Durante la entrevista Yuste reflexiona acerca de las consecuencias para el ser humano, el peligro que representa. Y la razón por la cual se publicó el manifiesto de los neuroderechos de la persona, “con representantes del mundo de la neurotecnología, de la clínica, de la bioética, de todos los proyectos de cerebro del mundo, y gente del mundo de las leyes. Ahí propusimos los neuroderechos como una barrera a la privacidad mental, en otras palabras, queremos hacer explícito que una persona tiene derecho a que no le lean la mente”.



 

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