Lectura Orante |
P. Marcos Plante, msc
Pablo ante
Festo
Pablo, preso desde hace dos años en
Cesarea, está esta vez ante un nuevo gobernador llamado Festo, y su juicio
prosigue con las mismas acusaciones que evidencian la mala voluntad de los
jefes del sanedrín. Frente a ellos, Pablo se defiende hábilmente por sí solo.
Léase atentamente Hechos 25, 1-12.
1°
Interpretación del texto: El nuevo gobernador, Festo, viajó a Jerusalén
a los tres días de tomar su puesto de gobernador en Cesarea. En Jerusalén, los
jefes de los sacerdotes y los ancianos le presentaron una demanda contra Pablo.
Con el mismo plan macabro de matarlo en camino, pidieron a Festo de conducir
Pablo a Jerusalén. Pero, Festo, sospechando la traición, los convocó a Cesarea,
lejos de Jerusalén, para un juicio justo. Diez días más tarde, Festo en el
tribunal ordenó que llevaran a Pablo. Los judíos lo acusaron de cosas graves, y
siempre sin pruebas. Fácilmente, Pablo contesta que no ha cometido ningún
delito, ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra el
emperador. Festo, pretendiendo quedar bien con los judíos, propuso a Pablo ir a
Jerusalén para defenderse del todo. Entonces, Pablo, en calidad de ciudadano
romano, dijo: “Pido que el emperador mismo me juzgue”. Se adivina aquí su afán
de viajar a Roma. Festo le confirmó: “Ya que has pedido que te juzgue el
emperador, al emperador irás”.
2° Meditación: Pablo desea ir a Roma y aprovecha su título de
ciudadano romano para tener un juicio imparcial y, sobre todo, dar a conocer el
mensaje cristiano en el corazón del imperio. El deseo de todo misionero abarca
todos los países del mundo. Personalmente, he misionado en muchos países y, en
este momento estoy en Haití. Donde quiera, hay personas hambrientas del
Evangelio, y muchos países de misión son ahora testigos de Jesucristo. Oremos
por los misioneros.
3° Oración: “Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudas!
¡Líbrame, ponme a salvo, pues tú eres justo! Dígnate escucharme y salvarme. Sé
tú mi roca protectora, sé tú mi castillo de refugio y salvación. ¡Tú eres mi
roca y mi castillo!” Salmo 71, 1-3. Todo misionero laico o sacerdote encuentra
su fuerza y su gozo en llevar el mensaje por el mundo entero. Pero, de verdad, él
necesita valentía y tu protección, Señor del universo.
4°
Contemplación: Vuelvo a
escuchar las acusaciones de los judíos en contra de Pablo y la misma defensa de
Pablo. Pablo triunfa, pues las acusaciones no tienen fundamento. Festo se
convence de la inocencia de Pablo, pero, casi traiciona, al proponer llevarlo a
Jerusalén. Pablo aprovecha para pedir ser juzgado en Roma, pues es ciudadano
romano. Pablo sale cabeza en alto en esta última confrontación con el sanedrín.
Lo aplaudo. ADH 852
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