miércoles, 20 de enero de 2021

Pablo ante Festo

Lectura Orante | P. Marcos Plante, msc

 


Pablo ante Festo

 

Pablo, preso desde hace dos años en Cesarea, está esta vez ante un nuevo gobernador llamado Festo, y su juicio prosigue con las mismas acusaciones que evidencian la mala voluntad de los jefes del sanedrín. Frente a ellos, Pablo se defiende hábilmente por sí solo. Léase atentamente Hechos 25, 1-12.

 

1° Interpretación del texto:  El nuevo gobernador, Festo, viajó a Jerusalén a los tres días de tomar su puesto de gobernador en Cesarea. En Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos le presentaron una demanda contra Pablo. Con el mismo plan macabro de matarlo en camino, pidieron a Festo de conducir Pablo a Jerusalén. Pero, Festo, sospechando la traición, los convocó a Cesarea, lejos de Jerusalén, para un juicio justo. Diez días más tarde, Festo en el tribunal ordenó que llevaran a Pablo. Los judíos lo acusaron de cosas graves, y siempre sin pruebas. Fácilmente, Pablo contesta que no ha cometido ningún delito, ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra el emperador. Festo, pretendiendo quedar bien con los judíos, propuso a Pablo ir a Jerusalén para defenderse del todo. Entonces, Pablo, en calidad de ciudadano romano, dijo: “Pido que el emperador mismo me juzgue”. Se adivina aquí su afán de viajar a Roma. Festo le confirmó: “Ya que has pedido que te juzgue el emperador, al emperador irás”.

 

2° Meditación: Pablo desea ir a Roma y aprovecha su título de ciudadano romano para tener un juicio imparcial y, sobre todo, dar a conocer el mensaje cristiano en el corazón del imperio. El deseo de todo misionero abarca todos los países del mundo. Personalmente, he misionado en muchos países y, en este momento estoy en Haití. Donde quiera, hay personas hambrientas del Evangelio, y muchos países de misión son ahora testigos de Jesucristo. Oremos por los misioneros.

 

3° Oración: “Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudas! ¡Líbrame, ponme a salvo, pues tú eres justo! Dígnate escucharme y salvarme. Sé tú mi roca protectora, sé tú mi castillo de refugio y salvación. ¡Tú eres mi roca y mi castillo!” Salmo 71, 1-3. Todo misionero laico o sacerdote encuentra su fuerza y su gozo en llevar el mensaje por el mundo entero. Pero, de verdad, él necesita valentía y tu protección, Señor del universo.

 

4° Contemplación: Vuelvo a escuchar las acusaciones de los judíos en contra de Pablo y la misma defensa de Pablo. Pablo triunfa, pues las acusaciones no tienen fundamento. Festo se convence de la inocencia de Pablo, pero, casi traiciona, al proponer llevarlo a Jerusalén. Pablo aprovecha para pedir ser juzgado en Roma, pues es ciudadano romano. Pablo sale cabeza en alto en esta última confrontación con el sanedrín. Lo aplaudo. ADH 852

 

 

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