Opinión | Redacción ADH
Reacciones al decreto 740-20
El decreto 740-20 emitido por el Presidente de la
República que modifica el régimen de toque de queda en todo el territorio
nacional, a partir del jueves 31 de diciembre de 2020, ha suscitado
diversas reacciones. Aunque se entiende la necesidad de tomar medidas severas
para frenar el contagio del coronavirus, se ha cuestionado la efectividad del
simple cambio de horarios y el tratamiento dado a los diferentes sectores
involucrados.
De las primeras reacciones conocemos el video que
circula en las redes, donde el padre Manuel Ruiz, exdirector de TELEVIDA
y RADIO ABC, acepta que se necesitaba, pero no está de acuerdo en el “tratamiento
que se ha dado a la fe”, mientras que otros sectores de mayor riesgo de
contagios, pueden “seguir funcionando como lo han hecho hasta ahora”.
“Nosotros tenemos un protocolo, que nos ha dado buenos
resultados”, afirma el padre Ruiz, “lo hemos llevado al pie de la letra y
hemos sido capaces de hacer sacrificios. Mientras que las autoridades se han
manejado “como si la población fuera solo los políticos y los empresarios”.
También se lamenta de la falta de diálogo para tomar las decisiones en este
sentido: “Nos han tratado como si la fe no fuera importante”, en un país, “eminentemente
religioso”.
Circular del arzobispado
Igualmente se refirió a las medidas el arzobispo de
Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, quien emitió una circular en la cual,
acogiendo las “disposiciones que pueden ayudar a frenar el contagio en nuestro
país” invita a “toda nuestra gente a celebrar las fiestas del año nuevo y la
Epifanía del Señor respetando estas normas”.
Pero también se lamenta, pues “Hubiera sido conveniente
una coordinación de las autoridades, para la formulación de las normas en torno
a las celebraciones, ya que nuestra Iglesia Católica ha hecho grandes
esfuerzos y sacrificios para evitar el contagio de la población, manteniendo el
protocolo establecido por Salud Pública en nuestras celebraciones. El Arzobispo
recuerda la suspensión de la esperada caminata “Un paso por mi familia”
y la antiquísima procesión del Santo Cristo de los Milagros. Igualmente se
canceló “la centenaria peregrinación hacia la Basílica La Altagracia de Higuey el
21 de enero…”.
Opinión de Caamaño Vélez
En su columna del periódico El Día, del 31 de
diciembre, el joven articulista Claudio Caamaño Vélez se preguntaba: ¿El toque
de queda es la solución?, refiriéndose al alcance de la medida tomada, agudizando
el toque de queda y “limitando más aún el horario de circulación”, que calificó
como “una respuesta a la incapacidad de las autoridades de evitar las
aglomeraciones, que es el verdadero problema”.
En un análisis sobrio y preciso, Caamaño Vélez
argumentó la efectividad de las medidas que, en el caso de la restricción de
horario, por ejemplo, “hace que los establecimientos comerciales cierren más
temprano y por ende, si la misma cantidad de personas debe acudir en una
franja de tiempo menor, habrá más personas por unidad de tiempo, es decir, más
aglomeración: lógica mental”.
Y se pregunta: ¿Qué le hace pensar a las autoridades
que quienes irrespetaban el anterior horario, van a respetar este? Señaló que
mientras más estricto es el toque de queda, “más resistencia harán las personas
a cumplirlo”.
Como los otros planteamientos señalados, Caamaño Vélez
no se niega a acatar el decreto, citando a Sócrates, quien “planteaba que los
buenos deben respetar incluso las leyes injustas, para no dar la razón a los
malos de violar las leyes justas”.
Toque de queda, ¿sin alternativas?
Es cierto que en todas las fases del estado de
emergencia hay ciudadanos a favor y en contra ante las medidas tomadas para
evitar el contagio, pero también cierto escepticismo, de que sea la única propuesta
que presentan las autoridades para frenar el famoso virus que ha trastornado el
mundo entero.
Mons. Castro Marte
El mismo día de Año Nuevo la prensa reproduce las
declaraciones del obispo Jesús Castro Marte, quien cuestionó la aplicación de
las medidas, esta vez refiriéndose al trato desigual dado según los estratos
sociales. Mons. Castro se pregunta “¿Con qué derecho y autoridad puede el gobierno
exigir a la gente de los barrios que cumpla el nuevo toque de queda?”,
citando la desigualdad que “representan las fiestas ajenas a los protocolos
sanitarios que tienen lugar en hoteles y otros espacios turísticos y que están
circulando en video”.
Se pregunta también por las exigencias al personal
sanitario para que gestione eficientemente la avalancha que va a sobrevenirles cuando
regresen a sus hogares los que participan en estas fiestas.
Soluciones dialogadas, no unilaterales
Muchas voces que han expresado su preocupación por medidas
que sean efectivas para detener el contagio del coronavirus, plantean la
necesidad de evaluar el protocolo seguido, favorecer el diálogo con los
sectores involucrados y establecer firme disciplina en todos los ambientes
donde sea necesario, para que cada paso dado responda a una política integral
ante la seria amenaza que supone esta etapa de difusión del virus.
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