viernes, 28 de mayo de 2021

Pasión por Jesús y pasión por su pueblo


Espiritualidad del Corazón | Equipo Cor Novum






Pasión por Jesús y pasión por su pueblo

 

El punto central de la visión tanto del Papa Francisco como del Padre Chevalier es lo que entienden como “misión” o, la palabra a menudo utilizada por los últimos Papas, “evangelización”. Lo mismo que el Padre Chevalier, el Papa Francisco insiste en que los cristianos han de tomar parte en la misión de Jesús en el mundo. Para ellos dos, la “misión” o “evangelización” ha de representar un papel vital en la Iglesia y en la vida de todo cristiano.

 

El Papa se refiere a la “misión” como “una pasión por Jesús, pero a la vez una pasión por su pueblo” (Alegría del Evangelio n. 268). Ya hemos hablado de la gran pasión del P. Chevalier por Jesucristo. En todos sus escritos presentaba a Jesucristo como el modelo de nuestra vida y misión tanto en la Iglesia como en la sociedad. Y nos invita a contemplar con toda atención a Jesús y su vida pública, a fin de poder seguirle en su misión. ¿Qué es lo que vemos? “Vemos su Corazón que se vuelca en cada infortunio, en toda suerte de miseria, moral y física”. Toda la bondad que Jesús derrama a su paso, todos sus milagros son otras tantas efusiones de la inefable bondad de su Corazón” (El Sagrado Corazón 1900 p. 9). En la misma obra, Chevalier se refiere al significado de esta “inefable bondad” de Jesús, afirmando: “Bondad es el amor gratuito”. Citando al P. Lacordaire OP, un célebre predicador de su época, escribe: “Es bueno aquel que ama por la sola felicidad que encuentra en amar”.

 

El Papa Francisco ve esto como la más pura motivación para evangelizar. Escribe: “Sólo aquel que busca el bien del prójimo y desea la felicidad de los demás, puede ser un misionero”. Esta apertura del corazón es fuente de felicidad, pues “Mayor felicidad hay en dar que en recibir” (Hechos 20:35). Y el Papa señala a las numerosas personas que son “misioneras” justamente por cumplir con sus deberes cotidianos.

 

“Ahí tenemos a enfermeras con alma, a profesores con alma, a políticos con alma; personas que han tomado la firme decisión de estar con los demás y para los demás” (Alegría del Evangelio n. 272-273). Y podemos añadir que también vemos a padres e hijos con alma, a sacerdotes, religiosos y a toda clase de trabajadores con alma. Esta es la gente, dice el Papa, que vive con “un corazón atento a los demás” (Alegría del Evangelio n. 282). Es la gente que “se da generosamente” (Alegría del Evangelio n.274). En el capítulo 5 de Alegría del Evangelio, el Papa los llama varias veces “Evangelizadores llenos del Espíritu Santo”.

 

Momentos de meditación

“¿No es instructivo que la formación espiritual de los primeros discípulos tenga lugar cuando Jesús va caminando?

En efecto, los discípulos aprenden actuando. Así crece su comprensión de este Dios de amor, este Dios de compasión, este Dios que ama la justicia, este Dios que todas las cosas las hace nuevas, participando como observadores activos y transmisores de compasión, justicia y novedad. Y, claro, necesariamente, se detienen con Jesús para meditar, hacer preguntas (a veces estúpidas) y rezar.

Pero la aventura espiritual contada en los cuatro Evangelios no tiene lugar en el santuario; ocurre en el camino, en compañía de mendigos, prostitutas y leprosos”.

 

Jack Jezreel “To love without Exception” (Amar sin excepción)

Oneing, Vol. 4 No. 1 p. 51-52.

      

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