martes, 29 de junio de 2021

Los ninis, familia y corrupción


Actualidad | Alcedo A. Ramírez





Los 500 mil ninis y sus familias dominicanas
productos de la Pandemia

 

En este número de verano de la Revista Amigo del Hogar queremos presentar una situación dramática y su tema relacionado, que responde al título de nuestro artículo, y que es un resultado directo, impacto terrible de la Pandemia de Coronavirus que nos azota desde el mes de marzo del pasado año de 2020.

 

También nos van a servir de trasfondo artículos anteriores de la Revista y las enseñanzas y orientaciones de la Doctrina Social de la Iglesia.

 

La noticia negativa que nos ha informado y resaltado la situación que presentamos se refiera a que la Pandemia de Coronavirus ha obligado a que el gobierno y las empresas dominicanas hayan dejado sin sus empleos y trabajos regulares a unos 220 mil empleados y trabajadores dominicanos, así como a la igualmente triste realidad de que unos 280 mil dominicanos han desertado de las escuelas y universidades dominicanas. Estos son los 500 mil ninis de la República Dominicana, que en la actualidad conforman Familias Dominicanas con graves y profundos problemas de todo tipo y condición.

 

Sin entrar en los detalles de estos problemas que están sufriendo estas familias, sólo nos vamos a limitar a repetir aquí lo que fue una noticia desgarradora, que en muchas familias pobres de los barrios, campos y ciudades del País los miembros de estas familias, grandes y chicos, comen una vez al día, únicamente, y debido a la reducción de sus ingresos, como resultado de los problemas que han seguido al brote pandémico que nos afecta y está matando a muchos dominicanos, pobres, inocentes y nuevos ninis.

 

En la revista Amigo del Hogar, desde siempre y más reciente en los últimos meses, hemos estado presentando los grandes problemas que están afectando nuestro Pueblo, no tan solo por los efectos adversos de la Pandemia, sino también por los problemas económicos, laborales y sanitarios que nos ha dejado como secuela, a la vez de que se han unido y multiplicado con los ya ancestrales y sistémicos problemas nacionales de la corrupción, la falta de contratos económicos y sociales orientados al Bien Común y, finalmente, las terribles desigualdades, inequidades, hipocresías y deshonestidades que se han vuelto crónicas y endémicas en nuestra nación.

 

Ahora pensamos que se ha llegado a una situación tan calamitosa y a un punto tan crítico y singular, en nuestra curva imaginaria de proyección de los males que afectan a las gentes pobres y excluidas que viven en nuestros pueblos, campos, ciudades y barrios, que se hace deseable, imperioso y necesario que todos los católicos y cristianos comprometidos con nuestras comunidades pasemos del conocimiento y las informaciones a los compromisos específicos y solidarios con nuestros prójimos sufrientes, que se materialicen y ejecuten a través de las acciones que son impostergables.

 

En la Doctrina Social de la Iglesia podemos encontrar las directrices para la acción social que se requiere en estas circunstancias, con miras para resolver los problemas que nos aquejan actualmente y promover un humanismo integral y solidario entre los dominicanos, como meta común para los años venideros.

 

Los creyentes católicos, cristianos y personas de buena voluntad podemos interpretar las realidades de hoy y buscar unidos los caminos apropiados y efectivos para la acción, que conduzcan al establecimiento de un régimen verdadero de Bien Común, solidaridad y paz nacional sostenible. ADH 857.


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