En Familia | Zahira Maxwell
Arranques de violencia,
¿por qué son tan
difíciles de controlar?
Cada día leemos y vemos noticias sobre hechos
violentos. La violencia intrafamiliar aumenta vertiginosamente. Pero también
hemos sido testigos del crecimiento de casos de terrorismo en el occidente.
Antes se escuchaban los casos de carros bombas en los países árabes, en países
dominados por el narcotráfico y otros. Ahora vemos como nos toca sumamente
cerca los casos de violencia extremistas.
Existen diversas formas de violencia. La física
deja marcas que podemos ver a simple vista. Pero la violencia psicológica es
igual o más dañina. Tanto en los casos de violencia intrafamiliar como en los
casos de violencia en la calle. En la actualidad las personas andamos temerosas
de ser asaltadas. Tememos que podamos ser víctimas de la violencia en la calle.
Pero, ¿qué sucede cuando la violencia se genera
dentro del hogar? La familia se desintegra. Aún cuando las discusiones sean
entre los padres llegan a reflejarse en los hijos. En ocasiones es peor que la
violencia sea en el núcleo familiar a que llegue del ambiente externo.
Se ha demostrado que los niños que crecen con
carencia de afectos llegan a desarrollar más actitudes violentas. Los niños son
esponjas y terminarán imitando lo que ven en el hogar. Un niño que crezca
rodeado de violencia tenderá a actuar de la misma manera. Aún cuando no le
guste lo que ve.
Muchas personas que por lo regular se ven
pacificas pueden tener arranques de ira. Lo más importante es evaluar la
frecuencia con la que se realizan estas explosiones. En sentido general, todos
necesitamos un medio de catarsis. Un pasatiempo, un momento para orar, un
momento de descanso y paz. Pero en el agitado mundo que vivimos en ocasiones
eso es imposible.
Es decir, el ser humano ha ido generando un tren
de vida que le impide desconectarse. Encontramos personas que trabajan más de
14 horas al día. Sin contar que los equipos de comunicación impiden que los
individuos se desconecten. Los teléfonos móviles, las tabletas, las
computadoras portátiles y otros, permiten que los seres humanos puedan trabajar
desde cualquier lugar. Esto es sumamente factible para agilizar los trabajos,
pero hay que tener cuidado con los momentos de privacidad.
Cuando no se definen los límites y no existen
reglas para el individuo tener su espacio de esparcimiento se convierte en una
bomba de tiempo. Las personas necesitan distraerse y cambiar de ambiente. Se ha
demostrado que el ejercitarse al aire libre ayuda a que los seres humanos sean
más felices porque aumenta el nivel de la Serotonina. Una persona feliz tiende
a ser menos violenta.
Si conoce un caso de una persona que sufra de
arranques de ira, aconséjele realizar ejercicios al aire libre, tomarse unas
vacaciones, cambiar de ambiente de trabajo, realizar algún pasatiempo, asistir
a centros de ayuda y/o integrarse a algún grupo de apoyo.
Por otro lado, existe mucho contenido violento en
la televisión. Tanto los niños como los adultos somos bombardeados con
programación en los canales de televisión que contienen material violento. Y lo
peor es que ni lo notamos. Las series de televisión de asesinatos, los
muñequitos tan inocentes como los de Tom y Jerry; y ¿qué decir de Monzuno o de
los Pokemon?
En conclusión, muchas personas son violentas
porque no conocen otra forma de canalizar sus emociones. Son analfabetos
emocionales. Es necesario aprender a controlar las emociones. No digo que sea
fácil, de hecho, todos tenemos momentos en los que explotamos, pero el peligro
es que vivamos todos los días como pólvora a punto de estallar. ADH 768
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