Espiritualidad del Corazón | Hans Kwakman/CorNovum
Una
Espiritualidad dialogante
En su carta apostólica "Evangelii
Gaudium" (La Alegría del Evangelio), el Papa Francisco comparte su visión
de la vocación de la Iglesia en el tercer milenio. En ese documento del 24 de
mayo de 2015, prevé un papel importante del diálogo en la evangelización. La
Iglesia ya no es la autoridad que desde arriba prescribe cómo deben pensar y
actuar los demás, sino más bien un padre, que busca soluciones a problemas
pendientes, mientras escucha y discute con sus hijos adultos.
El
Papa escribe: “La evangelización implica
también el camino del diálogo. Para la Iglesia de hoy, destacan tres áreas de diálogo
en las que debe estar presente para promover el pleno desarrollo humano y
perseguir el bien común: el diálogo con los Estados, el diálogo con la sociedad
- incluso con las culturas y las ciencias - y el diálogo con otros creyentes
que no forman parte de la Iglesia católica” (EG 238).
En
el capítulo 5 de su encíclica "Laudato Si", titulado "Líneas de
enfoque y acción", el Papa Francisco elabora el programa, descrito en
"Evangelii Gaudium". Describe caminos de diálogo "que pueden ayudarnos a
escapar de la espiral de autodestrucción que nos envuelve actualmente"
(LS 163). A través del diálogo, el mundo debe llegar a un “plan común” para toda la sociedad (LS 164-175). También es
necesario el diálogo en la política local y nacional para llegar a una
planificación a largo plazo (LS 176-181). Todo el proceso de toma de decisiones
necesita un diálogo transparente para erradicar la corrupción (LS 182-188). Se
exige el diálogo entre política y economía para promover el bien común (LS
189-198); mientras que las religiones deberían entablar un diálogo con la
ciencia “para captar el sentido y propósito
último de las cosas” (LS 199-201).
Para
el Papa Francisco, el diálogo no significa solo un intercambio de ideas o un
intento de convencer a otros de nuestra propia verdad. La crisis medioambiental
en la que nos hallamos, “exige que todos
aspiremos al bien común, mientras emprendemos un camino de diálogo, que
requiere paciencia, autodisciplina y generosidad” (LS 201).
REFLEXIÓN
El Papa Francisco escribe:
Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo
sobre
cómo estamos dando forma al futuro de nuestro planeta.
Necesitamos
una conversación que incluya a todos,
ya
que el desafío medioambiental al que nos enfrentamos,
y
sus raíces humanas, nos preocupa y nos afecta a todos (LS 14).
Nuestra
apertura a los demás,
cada
uno de los cuales es un "tú",
capaz
de conocer, amar y dialogar,
sigue
siendo la fuente de nuestra nobleza como seres humanos.
Una
correcta relación con el mundo creado
exige
que no nos debilitemos en
esta
dimensión social de apertura a los demás,
mucho
menos la dimensión trascendente
de
nuestra apertura al "Tú" de Dios.
Nuestra
relación con el medio ambiente
nunca
se puede aislar de nuestra relación
con
los demás y con Dios (LS 119).
La
mayoría de la gente de este planeta
declaran
ser creyentes.
Esto
debería impulsar a las religiones al diálogo entre
ellas
por el bien de proteger la naturaleza,
defender
a los pobres y construir lazos
de
respeto y fraternidad (LS 201).
(Papa Francisco en su Encíclica “Laudato Si”.
Roma, solemnidad de Pentecostés, 24 de mayo de
2015).
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