viernes, 23 de julio de 2021

Juegos Olímpicos apoyan los refugiados

 

Actualidad | Redacción Amigo del Hogar 





Los Juegos Olímpicos continúan
abriendo sus puertas a los refugiados 

 

Como muestra de apoyo a las personas que no representan un país en específico, por distintas razones, el Comité Olímpico Internacional (COI) inició en el año 2015 la creación de un equipo de personas refugiadas para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, en los que participaron diez deportistas.

 

Hoy son 29 los atletas refugiados confirmados para los juegos de Tokio, convirtiéndose en la segunda ocasión que un grupo de atletas que han dejado su país, en la mayoría de los casos, por situaciones difíciles.  

 

Para el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, este “equipo será un símbolo de esperanza para todos los refugiados del mundo y hará que el mundo sea más consciente de la magnitud de esta crisis humanitaria”, además agregó que “estos deportistas mostrarán al mundo que, a pesar de las tragedias inimaginables que han tenido que afrontar, pueden contribuir a la sociedad a través de su talento, capacidad y fuerza de espíritu”.

 

Así mismo, fray Xavier Gómez, director del departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en declaraciones a la Revista Ecclesia dijo: “Hemos de felicitarnos como sociedad por iniciativas como esta que, sin menoscabo del drama que obliga a tantas personas a huir de sus países y buscar refugio en otros, afirma la esperanza y muestra como camino, la inclusión y la solidaridad entre los pueblos”, y “no sólo en tiempos de Olimpiadas sino cada día la colaboración y el esfuerzo de todos nos puede comprometer a no dejar a nadie atrás. Que la solidaridad humana y el bien común lleguen a todas partes más rápido, nos haga más fuertes, y eleve nuestro espíritu hacia lo más alto”.

 

Dos historias

Cada uno de estos atletas tiene una historia detrás, por ejemplo, Masomah Ali Zada quien fue una de los 29 atletas refugiados elegidos. Esta ciclista afgana que hoy vive en Francia tuvo que huir de su país, esto además de considerarse el ciclismo en las mujeres como un pecado en su país de origen.

 

También Jamal Abdelmaji Eisa Mohammed abandonó Sudán después que su padre muriera de forma violenta. Cruzó sólo y a pie Egipto y la península del Sinaí hasta llegar a Israel donde se le brindó protección. 


Fuente: Ecclesia    


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