martes, 27 de julio de 2021

La imagen de la mujer en los Medios


Igualdad de la Mujer | Comisión Justicia y Paz, España

 


La imagen de la mujer en la publicidad y los medios

 

La esencia de lo femenino concretada en el servicio al hombre, a través del servicio -ama de casa- y de su sensualidad -mujeres cuyo cuerpo es atrayente para el hombre- ha sido transmitido a través de mitos, tradi­ciones, cuentos, religiones, canciones y, más modernamente, el cine, la televisión, la publicidad y, en nuestro tiempo, las redes sociales.

 

Una imagen a la que nos tienen acostumbrados los dife­rentes medios, en especial en películas y series america­nas, es la de una mujer cuyo trabajo está al cuidado de los demás, y así son médicas, generalmente pediatras, maestras, enfermeras y, «si las quieren representar como exitosas, entonces se muestran como mujeres multiuso: profesionales, con hijos a quienes cuidan, sus casas brillan de limpio porque ellas se encargan, sus cuerpos son esbel­tos porque hacen dietas y además tienen tiempo para ir al gimnasio». Lo que se denomina imagen de superwoman.

 

La imagen de la mujer en la publicidad está incorporando a una mujer trabajadora, elegante o casual, en general joven y muchas veces exitosa y a la que se anima en numerosas ocasiones a que atienda a su cuidado personal y a su belleza. Se podría decir que la mujer en la publici­dad presenta en muchas ocasiones «conflictos entre su cuerpo y su autoestima».

 

La mujer, sea trabajadora o no, debe estar delgada, debe ser joven o al menos aparentarlo, ir maquillada, etc. Esos factores externos la conducirán al éxito, no el estudio ni sus cualidades intelectuales o morales. El no lograr esta imagen de belleza puede llevar a socavar la autoestima, especialmente entre las adolescentes, lo que a su vez conlleva que se ponga en un escalón inferior al hombre, que normalmente no está tan atado a su imagen.

 

Es decir, la publicidad mantiene la estructura arquetípica de una sociedad androcéntrica, violencia simbólica, en el que La mujer está al servicio del hombre bien como objeto sexual o bien para atender sus necesidades.

 

Otro ejemplo de esta violencia simbólica o de aceptación de una estructura social patriarcal es la que se viene dando en las diferentes cadenas de televisión. Si nos fijamos en los telediarios, vemos en algunas cadenas, a un periodista masculino de una edad media acompañado de una mujer mucho más joven que suele utilizar vestidos ceñidísimos y tacones de aguja y suele pasearse por el plato, la diferencia de posición resulta evidente.

 

Publicado en Noticias Obreras n. 1637, marzo 2021.

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