Actualidad | Amigo del Hogar
Las adicciones son un obstáculo para el
desarrollo humano
La pandemia genera adicciones
Con la crisis que ha generado la pandemia hemos
aprendido bastante, aunque a veces no lo suficiente. Pero se trata de un ciclo
que no desaparecerá en un tris y, por lo tanto, nos conviene la perseverancia
como virtud y armarnos de paciencia. Vamos entre luces y sombras, en lo que
concierne a nuestra manera de enfrentar los desafíos y ponernos metas de cara
al futuro.
Digo esto porque si bien podemos decir que hemos
avanzado en cuestiones como el aprovechamiento de la tecnología, no menos
cierto es que en ella misma aparecen adicciones que comprometen nuestro
crecimiento en esta etapa.
En el caso de República Dominicana, el Ministerio
de Salud ha mostrado su preocupación por el aumento de las adicciones durante la
pandemia y ha planteado cuáles se encuentran dentro de las más comunes en el
País, tales como: el alcohol, los juegos electrónicos, el sexo y las apuestas.
Se constata que hemos avanzado en destrezas
digitales especialmente los niños y jóvenes, e incluso los mayores adultos se
han visto urgidos de comprender el entramado de los dispositivos electrónicos y
participar en sesiones virtuales de diversas modalidades. Pero la tecnología
también revela el lado oscuro de las adicciones y se menciona, por ejemplo, el
ciberacoso, situación en la que mucha gente queda vulnerable para el
aprovechamiento de los depredadores virtuales y los fastidiosos elementales.
Ya nos quejamos de personas que se sienten más
cómodas hablando con extraños que están a miles de kilómetros que dedicar un
rato a conversar y compartir con sus cercanos, sean familiares o amigos. El
usuario distante que nos cautiva y que quizás nunca nos veremos cara a cara,
ocupa el tiempo de la conversación o el compartir que correspondería con los de
casa.
Se critica, por ejemplo, a esas personas que no
sacan tiempo para sus familiares a las que deberían de apoyar con su presencia,
mitigar la soledad o compartir su rato de ocio; sin embargo, en un visible afán
de “postureo”, sí pueden sacar a pasear su perro o deleitarse en un ocio sin
calidad, asociado a la mediocridad y la indiferencia por los otros.
Hay grupos sociales más vulnerables a las adicciones
o a ser víctimas de ciertos adictos que se fijan en esa vulnerabilidad y
pretenden sacarle provecho. De igual manera, ya se va dibujando el cuadro de
los menores que en el futuro podrían ser más débiles en el manejo de sus
emociones, o en la manera de establecer relaciones reales y comprometidas con
su entorno.
Desde finales del siglo XX hay una mayor tendencia a
sacrificar la libertad por la seguridad. Ante los ataques de personas o grupos
radicales, todos queremos seguridad. La pandemia precisamente, ha develado una
gran inseguridad, temor, incapacidad para respuestas apropiadas a situaciones
nuevas. Una falsa salida se encuentra en las adicciones, sea por distracción,
gratificación o huida de la realidad golpeante. Ya hay adicciones que se van
instalando y nos desconciertan, cuando nos damos cuenta que ya no están en el
nivel de la ficción sino en la realidad de gente que nos rodea.
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