Papa Francisco | Salvatore Cernuzio/VN
El Papa a los sacerdotes ancianos: la vejez no es una
enfermedad
Francisco
envía un mensaje a los sacerdotes que participan en la Jornada de Fraternidad
con los obispos lombardos: "No son sólo objeto de asistencia, sino
protagonistas activos de la comunidad". "Recen por mí, que estoy un
poco viejo y un poco enfermo, pero no tanto". Misa con el arzobispo
Delpini, una oración por los sacerdotes muertos en Italia a causa de la
pandemia de Covid
La
vejez no es una enfermedad, sino un privilegio. En una carta a los sacerdotes
ancianos y enfermos de Lombardía, el Papa afirma: "Están viviendo una
estación, la vejez, que no es una enfermedad sino un privilegio", el
privilegio de " asemejarse a Jesús que sufre". El grupo de sacerdotes
se ha reunido hoy en Caravaggio, con motivo del Día de la Fraternidad, junto
con los obispos de la región. La carta del Papa les fue entregada por el obispo
emérito de Mantua, monseñor Roberto Busti.
La
enfermedad también es un privilegio
También
quien está enfermo, escribe el Papa en su texto, "vive un privilegio"
que es el de asemejarse a Jesús "que sufre, y llevar la cruz precisamente
como Él". Por eso, la comunidad que atiende a los enfermos "está
firmemente arraigada en Jesús". En esta comunidad, los sacerdotes ancianos
no son sólo "objetos de asistencia" sino "protagonistas
activos", asegura el Papa, porque son "portadores de sueños cargados
de memoria y, por tanto, muy importantes para las generaciones más
jóvenes".
"Recen
por mí, que estoy un poco viejo y un poco enfermo"
"De
ustedes viene la linfa para florecer en la vida cristiana y en el
ministerio", dice el Papa en las últimas líneas de su carta. Concluye con
la habitual petición de oración por él, acompañada de una broma referida a su
salud tras la operación de colon del pasado mes de julio: " Les pido, por
favor, que recen por mí, que estoy un poco viejo y un poco enfermo, ¡pero no
tanto!".
Oración
por los sacerdotes muertos de Covid
La
Jornada de la Fraternidad, informa la Iglesia de Milán, tuvo lugar con ocasión
del habitual encuentro de la Conferencia Episcopal de Lombardía y fue promovida
por Unitalsi Lombarda y Cel, con la colaboración organizativa de la Fondazione
Opera Aiuto Fraterno. Una procesión de los sacerdotes presentes introdujo el
encuentro, al que siguió una misa en el santuario de Santa María del Fonte,
presidida por el arzobispo de Milán, monseñor Mario Delpini, y los demás
obispos lombardos. Por expreso deseo de Delpini, se rezó en memoria de todos
los sacerdotes lombardos víctimas de la pandemia del Covid-19. De los casi 300
sacerdotes muertos en Italia, 92 eran lombardos.
Publicado
por Vatican News
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