Reflexión | Paola Calderón Gómez #Voces/PC
Primero, prepararme
A nuestra sección Voces, llega
Monseñor Julio Daniel Botía, doctor en Teología y director del Instituto de
pastoral del clero. En esta oportunidad su reflexión dirigida a la vida
consagrada, advierte sobre el riesgo de caer en el activismo y la dispersión en
el ejercicio de la actividad ministerial, situación que puede desplazar el
encuentro con Dios a través de la oración o el necesario discernimiento frente
a las propuestas pastorales que van surgiendo cada día.
Mi conexión con Jesús
Cuando quiero prender un aparato, lo primero que
hago es conectarlo a la corriente. Es lo que hay que hacer para vivir bien
nuestra vida y para ejercer bien nuestro ministerio: conectarnos con Jesús.
¿Verdad?
No se sabe si es por tener muchas ocupaciones, o
por la falta de costumbre, a veces, hacemos el salto mortal: de una actividad a
otra, sin conectarnos, sin prepararnos. Incluso, pasa que se va de la cama al
altar, o de cualquier ocupación corriendo a celebrar, sin orar y sin
prepararnos. En todo ello se refleja el principal problema que tenemos los
sacerdotes: el activismo y la dispersión.
La llamada que Jesús hizo a los Apóstoles y la que
nos hace a los de vocación apostólica es, primero que todo, a “estar con Él”
(Ver Mc 3, 13 – 14). Por ello, es sabio el mandato que recibimos de Jesús, a
través de la Iglesia, el día de la ordenación sacerdotal: meditar la Palabra
que escuchamos, imitar lo que conmemoramos. Prepararnos antes de ir a realizar
actividades ministeriales. Así se reaviva el don que hemos recibido por la
imposición de manos (Ver 2 Tim 1, 6).
Solo una cosa es necesaria
“Prepararme” conlleva
el que me encuentre con Jesús y dialogue con Él; que tome conciencia de que voy
con Él a la misión y que voy como su enviado, en su Nombre y con su poder; que
me llene de su sabiduría y fortaleza; que recuerde los elementos que he
recibido para ir a prestar ese servicio; y que me ponga dócilmente a la
disposición de su Espíritu. Así, voy a realizar lo que Dios quiere y como Él
quiere. Voy con autenticidad y fidelidad sacerdotales.
La pregunta que muchos hemos hecho es la de dónde
está el tiempo para “prepararme” para cada actividad ministerial. Nos quejamos
de que no alcanzamos a hacer todo lo que ya tenemos asumido. Pero, con Jesús,
encontramos la respuesta: somos enviados a hacer solo lo que Dios quiere y como
Dios quiere. Y Él quiere que vayamos con Él, en su Nombre y con su poder. Eso
nos lleva a revisar si estamos haciendo solo lo que Dios quiere y todo lo que
Él quiere. Y, aunque es duro, pasamos a suprimir lo que no es voluntad de Dios
sino nuestra, o de la gente. Pasamos a utilizar mejor el tiempo preparándome y
preparando cada actividad ministerial.
¿Muy difícil? Lo podremos hacer con la ayuda de
Dios y por Él. Lo haremos para servir mejor a nuestros hermanos. Y nos
decidimos a hacerlo para aprender y crecer más personalmente con cada servicio
ministerial.
Conversemos con otros dos hermanos sacerdotes sobre
la manera de prepararnos mejor para nuestro ministerio. Nos hará mucho bien.
Publicado por Prensa Celam:
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