Matrimonio y Familia | Carmelo López-Arias/LFI
Seis jugadas para convertirte en el héroe de tus hijos y
hacerlos felices
"Es
necesario que los padres se vean a sí mismos de la misma manera que los ven sus
hijos. Te guste o no, eres el centro de su mundo, la pieza clave de tu familia,
el héroe del que todos dependen. Si no estás presente ni te involucras, tus
hijos acabarán sufriendo las consecuencias".
La
pediatra Meg Meeker, autora del best seller Padres fuertes, hijas felices, hace
esta afirmación tajante en su nuevo libro, Héroe. Cómo ser el padre fuerte que
tus hijos necesitan. Su apuesta es que los hombres recuperen en la familia el
papel que la cultura les niega, pero al que ellos mismos también son a veces
renuentes con excusas o prioridades diversas.
La
doctora Meeker les invita a fiarse de su instinto, porque está en la naturaleza
de los padres ser buenos padres, y casi siempre saben qué hay que hacer para
ello. Son otras seducciones (las relaciones indebidas, los amigos, el trabajo,
las propias aficiones) las que les alejan de ponerlo en práctica, a lo que hay
que sumar, en las últimas décadas, la ideología dominante que ridiculiza su
papel y autoridad y les atemoriza para desempeñarlos.
Liderar,
sostener y proteger
Sin
embargo, y salvo excepciones de maltrato, "todos los niños piensan que su
padre es maravilloso", sostiene Meeker. Y se basa en los datos que recoge en
su consulta todos los días desde hace treinta y años y en sus investigaciones
como profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, donde
vive con su marido y sus cuatro hijos.
De
ahí que la misión que propone a los padres es tener coraje moral para hacer lo
que deben hacer (liderar, sostener y proteger), aunque les cueste a ellos y
aunque disguste a los demás, porque a largo plazo (pero también a corto y
medio) lo que lograrán es el amor de sus hijos.
"Tu
familia necesita una persona que la guíe. Necesita una persona con
perseverancia y determinación para los malos momentos... Tu mujer te necesita
como esposo. Tus hijos te necesitan como padre", anima Meeker. Respecto a
estos últimos, tengan la edad que tengan, su prejuicio hacia el padre siempre
es favorable, y Héroe está poblado de ejemplos concretos que la doctora Meeker
ha conocido en su consulta y en los que parecería improbable que fuese así.
Pero lo es, sostiene. Por eso, se trata de acercarse al modelo que los hijos
tienen de uno, que es, salvo excepciones, el de héroe. Ser de verdad lo que
ellos creen que somos y lo que nosotros querríamos también ser.
Seis
jugadas clave
No
hace falta ser perfecto. Nadie lo es. Incluso si se ha roto la familia por el
divorcio, persiste la posibilidad de ser el padre que los hijos necesitan. Para
ello, las páginas de este libro abundan en consejos, ejemplos y datos. Entre
ellos, estas seis "jugadas clave" muy prácticas y definitivas:
"Te ayudarán a ganar el partido de criar a unos hijos felices y exitosos,
convirtiéndote así en un héroe a los ojos de tus hijos e hijas".
Jugada
Nº 1. Juega con tus hijos
Es
la ocasión de desarrollar afectos y crear recuerdos inolvidables. Hay estudios
que demuestran que enriquece su habla, mejora su expresividad, le enseña a
jugar con sus compañeros, les estimula, les anima a asumir riesgos. Además, el
tiempo empleado con ellos (no solo en jugar) se dilata en su memoria. Meeker
cita el caso (entre otros) de una niña que "recordaba" largas
parrafadas con su padre todos los días antes de acostarse cuando era pequeña.
Preguntó luego a su madre, y realmente eran cinco minutos un par de veces a la
semana, pero en su cabeza infantil se habían agigantado.
Jugada
Nº 2. Reza con tus hijos
Los
niños vienen "programados" para la fe, sostienen los doctores Robert
Newberg y Mark Robert Waldman, a quienes cita Meg. En su necesidad de seguridad
(a la que debe contribuir decisivamente su padre), "les tranquiliza la
idea de un mundo ordenado por la mano divina". Por eso, "rezar con tu
hijo sirve para satisfacer su necesidad de comunicarse con Dios". "A
los niños les encanta rezar", añade: "Cuando rezas con ellos, se
sienten seguros. Les recuerda que, aunque tú no estés presente, Dios sigue
velando por ellos". La imagen de un padre a quien juzgan "fuerte,
poderoso e inteligente" arrodillándose ante Dios y reconociendo su poder
les une más a él que cualquier otra actividad, dice la doctora Meeker.
Jugada
Nº 3. Sé una persona estable
Tranquilo
cuando ellos estén nerviosos, fuerte cuando se sienten débiles, valiente cuando
tienen miedo: "Ser la voz de la razón, el valor y la fe es lo que se
espera de un héroe".
Jugada
Nº 4. Sé una persona honesta
"Nada
puede poner más en peligro la confianza de tu hijo que la mentira... La
honestidad, la integridad y la verdad son las cualidades más importantes de un
héroe, y de un padre también. Sé un hombre íntegro, sé un hombre en el que se
pueda confiar, sé un hombre que dice la verdad". Pero, "lo que es más
importante, vive en función de esa verdad". Cuenta un caso de su consulta,
Suni, una joven que tardó años en recuperar el aprecio extraordinario que tenía
por su padre cuando descubrió que engañaba a su madre. Y eso, a pesar de que el
hombre rompió la relación espuria, hizo lo posible por recuperar su matrimonio
y lo consiguió. Pero el jarrón de la confianza de sus hijos se había roto y
costaba pegarlo: "Mi padre está tratando de solucionarlo, pero ya no sé lo
que es verdad y lo que es mentira", lamentaba Suni en un momento decisivo
de su vida, justo al dejar el hogar para empezar sus estudios universitarios.
Jugada
Nº 5. Mantente firme
"La
disciplina es muy necesaria. No te queda más remedio que plantarte y poner
normas". Meeker advierte de que las dificultades no vendrán solo de los
hijos. Puede que también de los padres de sus amigos, más dispuestos a ceder.
Pero "sí significa sí y no significa no", y con el tiempo los hijos
lo agradecen: "Saben que la honestidad, la firmeza y las normas significan
que te preocupas por ellos". Meg cita un estudio realizado entre presos
entre la veintena y la treintena, para descubrir un elemento común. Y se
encontró: casi todos confesaban que, siendo niños, "nadie se preocupó por
ellos lo suficiente para decirles que no". No es preciso llegar a la
delincuencia para sacar esa conclusión: los hijos pueden ser felices recibiendo
un "no" a sus caprichos, pero no lo serán si entienden que su padre
es indiferente a su suerte.
Jugada
Nº 6. Mantente comprometido con tus hijos
"Habrá
días que no te apetezca levantarte, ni seguir casado, ni ser amable con tus
hijos, pero tendrás que hacerlo de todas formas. Eso es lo que significa estar
comprometido con tu trabajo, tu mujer y tus hijos". Es la perseverancia,
que se lleva buena parte de las historias más potentes que cuenta la doctora
Meeker para respaldar sus recomendaciones. Algunas de esas historias encojen el
corazón y humedecen los ojos, sobre todo cuando se produce un divorcio, o bien
un alejamiento emocional en la adolescencia o juventud que parece irreversible.
Pero... ¡nunca es irreversible! Solo hay que perseverar en amarlos y en estar
siempre disponible para ellos.
Esto
es: si se es un héroe, templado en los peores momentos para disfrutar a fondo
de los buenos.
Publicado
por LaFamilia.info
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