Jueves de Cine | Juan Orellana
La Sirvienta. El encuentro de dos mujeres en el
tiempo
Tras una larga trayectoria como director de
películas biográficas de santos y fundadores católicos, el mirobrigense Pablo
Moreno estrena ahora La
Sirvienta, sobre la vida y la obra de Vicenta María López
Vicuña (1847-1890), fundadora de las Religiosas de María Inmaculada, canonizada en 1975.
Esta congregación —originariamente llamada Hermanas del Servicio Doméstico— se
dedicaba a las jóvenes pobres y analfabetas especialmente vulnerables que
llegaban a las ciudades en busca de trabajo. La productora Stellarum de Ciudad Rodrigo
se ha asociado con las Religiosas de María Inmaculada para sacar adelante este
interesante largometraje.
No es la primera vez que Pablo Moreno alterna dos tramas para ofrecer una
interpretación actual de la historia del santo y su obra. En el caso de La Sirvienta, una trama se centra en desarrollar la
vida de Vicenta María, mientras que la otra se sitúa en el Madrid actual para
contarnos la historia de Lera (Eva Jakubovska), una ucraniana que trabaja en
casa de una familia y que acaba injustamente acusada de robo y detenida por la
Guardia Civil. En el calabozo coincide con dos prostitutas (Mihaela y Julia),
cuya curiosidad despierta una estampita a la que reza Lera y que, precisamente,
representa a santa Vicenta María.
La trama histórica arranca con la infancia de la
religiosa (Daniela Arias) en Cascante (Navarra), en el seno de una familia
acomodada. Sus padres la envían a Madrid en 1852, a casa de su tía Eulalia (Assumpta Serna) para
que reciba una educación esmerada. Es en esa casa donde la niña va a aprender a
mirar a las chicas del servicio y a los pobres de una forma más humana. De hecho,
sus tíos —motivados por su fe cristiana— dedican grandes esfuerzos a mejorar la
situación de los más necesitados.
La Sirvienta se estructura en capítulos, alguno de los cuales lleva el nombre
de un personaje («Vicenta», «Jorja», «Lera», «Julia»). El capítulo llamado «La
obra de los tíos» muestra la escuela de servicio doméstico que dirige la tía
Eulalia, escuela que un día despertará la vocación de la Vicenta adulta
(Cristina González del Valle) y de la que incluso llegará a estar al
frente.
El guion se detiene en las distintas dificultades
que jalonaron el camino de la santa, desde la incomprensión de su padre
—interpretado por Juan Alberto López— a la aparición de opositores a la obra.
También está tejido con diversas subtramas emotivas de personajes que entraron
en relación con nuestra protagonista.
La película cuenta con un montaje mucho más
dinámico que el que encontramos en otras cintas del director y con una banda
sonora sin duda más arriesgada y sorprendente. La puesta en escena de las dos
tramas está arropada por una fotografía muy lograda de Rubén Ortega y una
magnífica producción de María Esparcia con los decorados de Carlos Moreno. Una
película muy bien trabada, interesante y a la que tampoco faltan suspense,
emoción e, incluso, sentido del humor. Otro acierto en la carrera de Pablo
Moreno.
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