Sacramentos | VN
El Culto Divino indica
las lecturas de la Misa "ad postulandam continentiam"
El Dicasterio para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha publicado un Decreto que indica
las lecturas bíblicas para la Misa "ad postulandam continentiam", que
en el Misal Romano se encuentra entre los formularios de las celebraciones
Eucarísticas para diversas necesidades.
“En la Editio typica
tertia del Missale Romanum, entre las Missae ad
diversa, ha sido incluido el formulario Ad postulandam
continentiam (pag. 1141). Por esta razón, se ha considerado oportuno
enriquecer el Ordo lectionum Missae indicando algunas
lecturas, según la versión -oficial para uso litúrgico- de la Nova
Vulgata”, es lo que señala el Dicasterio para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos en una nota explicativa sobre la publicación del
Decreto que indica las lecturas bíblicas para la Misa "ad
postulandam continentiam", que en el Misal Romano se encuentra entre
los formularios de las celebraciones Eucarísticas para diversas necesidades.
En los próximos días – informó
el Dicasterio para el Culto Divino – las Conferencias Episcopales de todo el
mundo recibirán una Nota, en la que se indican las lecturas bíblicas que se
utilizarán para la celebración de la Misa “ad postulandam continentiam”.
Con las lecturas bíblicas se pretende ofrecer un momento celebrativo completo
para pedir la gracia de un corazón casto, libre del deseo de dominar, de
poseer, de conquistar, de llevar a cabo con desenfreno las propias ambiciones y
de satisfacer los propios deseos, a menudo a costa de los más débiles.
Las oraciones deben estar
iluminadas por la Palabra revelada
En la Nota a las lecturas para
la Misa "ad postulandam continentiam", se indica que, “la
Palabra de Dios inspira los textos eucológicos y, en el momento de la
celebración, se convierte en un evento que, junto con el don del Pan
eucarístico, actúa en la vida de los fieles”. Por ello, el Dicasterio para el
Culto Divino recuerda que, “la posibilidad de utilizar el formulario Ad
postulandam continentiam, más allá de estar motivada por una atenta
consideración de su utilidad pastoral (cf. IGMR n. 369), debe estar siempre
iluminada por la Palabra revelada, que permite una verdadera y profunda
comprensión de cuanto se suplica”.
Continentia es revestirse de Cristo
En la Nota, se precisa que, el
término continentia en el Misal Romano se utiliza para
indicar, en general, todo lo que está llamado a hacer cada bautizado para
revestirse de Cristo (cf. Gál 3, 27), luchando contra toda
forma de mal, consciente de que el propio cuerpo es templo del Espíritu Santo,
medio para glorificar a Dios (cf. 1Cor 6, 19), para observar los
mandamientos divinos (cf. Sir 2, 20. 21 y Ex 36,
27) y no para ofenderlo adhiriéndose a los deseos y obras de la carne
(cf. Gal 5, 19).
Vivir
en continentia no es sólo obra humana
En este sentido, el Dicasterio
para el Culto Divino aclara que, llegar a ser luz en Cristo para que los demás,
viendo en el cristiano una vida recta en todos los aspectos y, especialmente en
la caridad, glorifiquen a Dios (cf. Jn 15, 12-17), no es sólo
obra humana. Para ser y vivir de Cristo, crucificando la propia carne con sus
vicios y concupiscencia (cf. Gal 5,24), sin desprecio alguno
del cuerpo, es preciso pedir y alcanzar la gracia de vivir del Espíritu Santo
(cf. Gal 5,25), recibir el corazón nuevo y el espíritu nuevo
(cf. Ez 36,26), presentar nuestro cuerpo a Dios en toda
ocasión y condición de vida como una víctima viva y santa, agradable a él
(cf. Rom 12,1).
La Nota concluye señalando que,
“vivir en continencia es dejar que el Espíritu Santo moldee en nosotros una
carne que sea primicia de la gloria eterna (cf. Post communionem del
III Domingo de Pascua y Catecismo de la Iglesia Católica, 1832)”.
Las
lecturas bíblicas
Las lecturas incluyen un pasaje
evangélico de Mateo ("Ustedes son la sal de la tierra", Mt 5, 13-16)
y otro de Juan ("Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros,
como yo los he amado", Jn 15, 12-17).
Las del Antiguo Testamento están
tomadas del libro del profeta Ezequiel ("Les daré un corazón nuevo, pondré
un espíritu nuevo dentro de ustedes, les quitaré el corazón de piedra y les
daré un corazón de carne", Ez 36, 24-29a) y del Eclesiástico ("Los que
temen al Señor tienen el corazón dispuesto", 2, 18-23).
Las lecturas del Nuevo
Testamento están tomadas de las epístolas de San Pablo a los Romanos ("Que
la caridad no sea fingida", Rm 12, 1-2. 9-18), a los Corintios ("Todo
me es lícito, pero no todo me es provechoso", 1Cor 6, 12-15a. 17-20) y a
los Gálatas ("Pero el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra esto no hay
ley", Gal 5, 16-25).
El salmo responsorial está
tomado de los salmos 86 y 112.
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