Jóvenes | Sebastián Sansón Ferrari
El Papa: Ayuden a los
jóvenes a dar lo mejor de sí en el servicio que Dios los llama
Francisco
recomienda a los integrantes de la Fundación Blanquerna de Barcelona que se
comprometan con el objetivo de liberarnos de los estereotipos inalcanzables que
los grupos de presión tratan de imponernos y vivir la vida con espíritu de
responsabilidad y humildad.
"Me llamó
mucho la atención su nombre: Blanquerna, este ilustre personaje literario del
que se sirve el beato Ramón Llull para hacer una precisa descripción de la
sociedad de su tiempo". Con esta confidencia el Papa Francisco abrió
su discurso en español a los miembros de
la Fundación Blanquerna de la Universitat Ramon Llull de
Barcelona este viernes 3 de mayo en la biblioteca del Palacio
Apostólico Vaticano.
"A la
vez, continuó el Pontífice, el filósofo intenta dar, de forma pedagógica, unos
modelos de vida cristiana que puedan servir a cualquier persona para seguir a
Cristo, allí donde Él lo llame".
Todo esto,
según el Santo Padre, "es como una lección de una actualidad, de
una actualidad asombrosa, ya que nos habla de un lenguaje nuevo y accesible,
una manera de comunicar tal vez inusual para la época, pero agradable y clara
para sus contemporáneos". Una pedagogía, afirmó, que se aleja de los
héroes fantásticos que buscan evadirnos de nuestra realidad, como eran entonces
los personajes caballerescos y, por el contrario, nos propone modelos de vida
sencillos y naturales en los que poder servir al Señor y ser felices.
En esa línea,
el Sucesor de Pedro lamentó el dolor y la frustración que producen en la
actualidad, "incluso más que en tiempos del beato, los estereotipos
inalcanzables que nos pretenden imponer los mercados y los grupos de
presión". Por tal motivo, consideró que es una "gran tarea"
descubrir a los jóvenes el proyecto de Dios para cada uno de ellos.
La institución
y toda la universidad, al elegir dicho nombre, asume "este ilusionante
compromiso", de acuerdo con Bergoglio, devolviendo a la familia a su
primigenia vocación en la sociedad, ofreciendo a los jóvenes distintos caminos
de vida y creando la certeza de que los pasos del héroe cristiano no están
marcados por el afán del carrerismo, sino son una respuesta a una llamada. A
continuación, Francisco subrayó, de manera improvisada, que "el carrerismo
hace tanto daño" porque no es comunitario, sino individualista.
"Presentando
con valentía que el ser requerido en cargos de cada vez más responsabilidad
debe ser el resultado de una excelencia en el servicio hasta ahora
confiado", expresó el Pontífice. "Y, sobre todo, enseñándoles que,
una vez cumplida su tarea, como nuestro protagonista, aun cuando se haya
llegado al Supremo Pontificado, el cristiano debe tener, debe
tender al encuentro con el Señor, a la dedicación plena al servicio
divino".
El Papa dejó
claro que "siempre, en la base, está el bautismo que te hizo
cristiano y estés donde estés, sos un bautizado, sos una bautizada que tiene
que responder allí y no desde los escalafones que uno puede llegar en la
vida".
Para el Obispo
de Roma, esta es la idea que le gustaría que se llevasen de vuelta a su
universidad y a los demás proyectos educativos que promocionan: "Formar,
sí, con un lenguaje actual, moderno, ágil, pedagógico, con un análisis certero
de la realidad; pero (siempre hay un 'pero' en la vida), pero teniendo
siempre en cuenta que formamos hombres y mujeres cabales, no réplicas ilusorias
de ideales imposibles". El Pontífice mencionó que en América ha conocido
algunas universidades demasiado liberales que solo buscan formar técnicos,
especialistas "y se olvidan que tienen que formar hombres y mujeres".
Es decir, "personas íntegras que intentan dar lo mejor de sí al servicio
que Dios los llame, sabiendo que son peregrinos, que en realidad todo es camino
hacia una meta que supera esta realidad, el encuentro del amigo con el amado,
en ese amor que derramado en nuestros corazones nos da la fuerza de
avanzar".
Al final de su
libro, el beato Llull propone una meditación diaria y el Papa escogió la número
124 que por ser bisiesto correspondería idealmente al día de
hoy: «Preguntaron al Amigo cuáles eran las mayores tinieblas.
Respondió que la ausencia de su Amado; y preguntado cuál era el resplandor
mayor, dijo que la presencia de su Amado». Bergoglio deseó que
"puedan iluminar las vidas de sus alumnos con la presencia de Jesús,
que esta certeza los haga conscientes de su dignidad de amigos, de Dios y de
los hombres, y que sean capaces de disipar las tinieblas que recubren este
mundo alejado de su verdadera esencia".
"Que
Jesús los bendiga, que la Virgen santa los cuide, y por favor no se olviden de
rezar por mí, pero a favor, no en contra", les pidió.
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