lunes, 7 de julio de 2025

63ª Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Dominicano


Comunicado | CED

 


63ª Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Dominicano

 

1- Reunidos en la 63ª Asamblea Plenaria, los Obispos de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), guiados por el Espíritu Santo, hemos reflexionado con atención y esperanza sobre el camino pastoral de nuestra Iglesia, en su accionar a través de las diversas comisiones nacionales, así como sobre los signos de los tiempos que interpelan nuestra acción evangelizadora.

 

2- Hemos evaluado el trabajo de cada una nuestras Comisiones Nacionales de Pastoral (Familia y vida, educación, ministerios ordenados y laicales, movilidad humana…), y de otros órganos institucionales.

 

3- Como pastores de la Iglesia que peregrina en República Dominicana, queremos expresar nuestra más sincera gratitud a Dios por los fieles católicos que, movidos por su fe y su amor a Cristo y a la Iglesia, han asumido con alegría y entrega su compromiso de trabajar unidos en una pastoral orgánica.

 

4- Vemos, cómo en parroquias, comunidades, movimientos y grupos apostólicos, germina y crece la semilla del Reino de Dios. Este crecimiento que experimentamos como Iglesia constituye un signo de esperanza y de renovación. Es fruto de la gracia del Espíritu Santo, que renueva y crea conciencia en cada bautizado, como miembro del Pueblo de Dios, para que asuma su vocación de anunciar el Evangelio con obras y palabras. Gracias a la labor incansable de tantos hombres y mujeres que evangelizan con su vida, nuestra Iglesia está creciendo: no solo en estructuras, sino en comunión, en servicio y en testimonio de fe viva.

 

5- Agradecemos profundamente a todos los consagrados y laicos el trabajo realizado y el que continúan realizando: ustedes son el corazón que late con fuerza en nuestra acción pastoral. Sabemos que la pastoral no es solo una planificación u organización eficiente, sino expresión del misterio de comunión que somos como Iglesia. Les animamos a seguir trabajando unidos, con espíritu sinodal, como comunidad de discípulos y misioneros en salida.

 

6- Al abordar la Pastoral de Movilidad Humana, hemos reflexionado sobre la compleja situación migratoria que vive nuestra nación, marcada por la prolongada crisis del vecino país de Haití. La inestabilidad política y las dificultades sociales que sufre esa hermana nación han obligado a muchos de sus ciudadanos a emigrar en busca de un futuro mejor, encontrando en suelo dominicano un refugio que ofrece cobijo, trabajo y esperanza.

 

7- Reconocemos el apoyo solidario, el esfuerzo constante que, desde nuestra nación y gobierno dominicano, se ha ido haciendo y se hace en favor de Haití: recibimiento en escuelas, hospitales, apertura de espacios para la realización de mercados binacionales varios días a la semana, edificación de un centro de educación superior en Haití, permisos de empleos en la agricultura y la construcción, entre otros.

 

8- Estos esfuerzos se ven empañados por las redadas que se realizan contra migrantes irregulares. Y aunque reconocemos el derecho que le asiste a toda nación de aplicar sus leyes migratorias, exhortamos a nuestras autoridades a que su ejecución sea siempre conforme a los principios de justicia, equidad y respeto a la dignidad humana.

 

9- Es inaceptable todo discurso xenófobo y discriminatorio contra el inmigrante, ya que solo genera sentimientos de odio y violenta el clima de fraternidad entre nuestras naciones. Rechazamos cualquier discurso que incite a la violencia, el rechazo, la marginación y la discriminación.

 

10- Ante esto, como pastores del pueblo de Dios, nos preguntamos: ¿el amor de Dios conoce fronteras? Sabemos que no. El amor divino trasciende toda frontera y acoge a cada ser humano como hijo amado.

 

11- El Papa León XIV, en su reciente audiencia al Cuerpo Diplomático el pasado 16 de mayo de 2025, nos recordó que: “Nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes.” Hacemos eco de estas palabras, reafirmando que toda persona, sin importar su origen, posee una dignidad inviolable porque ha sido creada y es amada por Dios.

 

12- Pedimos encarecidamente a la Dirección General de Migración, que nuestras salas médicas no se conviertan en puntos de control migratorio, y más aún, que no se produzcan situaciones dolorosas que contradigan el Evangelio de la caridad. Al contrario, que se persiga y sancione a los que trafican con inmigrantes irregulares, sean de la nación que sean.

 

13- Advertimos también, que tanto dentro como fuera del país, se corre el riesgo de manipular cualquier acción tendiente a la aplicación de las leyes migratorias, o de cualquier gesto humanitario y de justicia hacia los migrantes.

 

14- Insistimos ante la comunidad internacional y les hacemos un llamado urgente para que, más allá de los discursos, actúe con firmeza en favor del pueblo haitiano. Es tiempo de gestos concretos de solidaridad, que ayuden a construir la paz y el desarrollo duradero en esa nación hermana.

 

15- Pedimos a Dios, por intercesión de María Santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Altagracia, nos guíe con su ternura y firmeza por los caminos del Evangelio.

 

Domingo 06 de julio de 2025

 

Dirección de Comunicación y Prensa CED

 

www.ced.org.do





 

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