Actualidad Mundial | Melania Emeterio Rondón
Día Mundial de la Prevención
del Suicidio
Hoy día 10 de septiembre está señalado como Día
Mundial para la Prevención del Suicidio, fecha escogida por la Organización
Mundial de la Salud, OMS con el propósito de que los Estados y gobiernos del
mundo, se abocaran a prevenir este tipo de muerte que afecta a la humanidad en
todas las edades, condición social, cultural y otras. A causa del suicidio
mueren cientos de miles de personas en el mundo, jóvenes, adolescentes y de
todas las edades. Se trata de un problema social y profundamente humano que se
ha constituido en una importante causa de muerte.
Al suicidio puede vérsele como la acción más
violenta que se inflige un ser humano en la búsqueda desesperada de llegar a la
muerte. De esto hablan muy claro las vías que suelen utilizarse. En algunas de
estas vías está implicada tanta crudeza, que deja entendido que el propósito es
radical e irreversible. La vida, como tanto se ha dicho, es el don más
apreciable para el común de los y las mortales, pero no así para las y los
suicidas. Solo por eso debería incentivarse la compasión, y adjunto de ella, la
creación de un modelo de prevención sistemático, evaluable, que haya partico de
las causas profundas donde entra lo personal, la genética, lo social, la
cultura, y la salud mental. Todas estas situaciones crean vulnerabilidad, y
pueden abrir puertas al intento suicida, o al suicidio consumado. Un proceder
institucional de esta naturaleza es el que va a ir desplazando la indiferencia
y la frialdad con que se suele tratar este evento.
República Dominicana con su Ministerio de Salud,
y la Dirección de Salud Mental, deberían tener mayor sintonía con la acción
preventiva hacia el suicidio, pero la verdad es que tal preocupación no se ve
en el horizonte. Es que esta conciencia debe andar de la mano con
el valor de las cosas debe estar precedido por el valor de la vida humana, y de
lo humano como principio y como fin. Con la indiferencia que se tratan los
hechos suicidas en el país, ya sabemos qué tan cerca, o tan lejos andamos de la
prevención. Muchos creen que el suicidio es un asunto personal, porque fue
ejecutado con manos propias. Dícese también que en todo el mundo se cometen
suicidios, y que la tasa de suicidio en dominicana aun es baja en relación a
otros países. Cuando la especulación o la superficialidad es el elemento que se
recrea, no se puede llegar a la raíz del fenómeno, ni a su naturaleza, ni a sus
motivaciones.
Sobre el suicidio en la República Dominicana, hay
que estar pendiente de las estadísticas que de él se derivan, pues aun dentro
de sus límites y subregistros, ellas hablan a las ciencias sociales. La Policía
Nacional, a través de su Departamento de Estadísticas prepara resúmenes de los
hechos de violencia registrados a nivel nacional, incluido el suicidio. Por
esos resúmenes cuantitativos sabemos que para el año 2024 se produjeron en el
país 651 suicidios. De esta cantidad, 532 fueron de hombres, es decir, un 82%
aproximadamente. Las mujeres produjeron 119 suicidios, un 18% del total. En
cuanto el año en curso, de enero a junio se produjeron 288 suicidios a nivel
nacional, de los cuales 251, es decir el 87. 15% fueron suicidios cometidos por
hombres. Durante ese periodo de seis meses 37 mujeres que se suicidaron, es
decir un 13% del total. En este período las mujeres disminuyeron los suicidios
consumados, y los hombres incrementaron su participación. Solo esa diferencia a
nivel del género sugiere una política pública no solo para ver los motivos,
sino para ver qué tipo de prevención aplica.
El total de suicidios en un año y seis meses fue
de 919. En cada uno de estos periodos se observa la tendencia suicida que
tienen algunos grupos de edad como, por ejemplo, personas cuyas edades oscilan
entre 25- 29, años, 30-34, y 45-49 años de edad. Estamos hablando de personas
sumamente jóvenes, productivas. Las estadísticas hablan de realidades, o dicen
algo de ellas, por lo que estos suicidios por grupos de edad, sugiere también
una política pública de amplio espectro. Solo mirando estos grupos de edad y el
incremento que experimentan en la acción suicida, debería estar en ejecución
una política pública de prevención.
Ciertamente que la palabra “Suicidio” tiene una
carga emocional muy fuerte, es un término que impresiona e infunde misterio y
temor, pero es una realidad más cerca de lo imaginable, y de nada vale
temerle, sino prevenirla, acción que, principalmente, corresponde al Estado y
gobierno dominicano. Tal preocupación no existe, y quizá se está a la espera de
una avalancha incontrolable de suicidios, para así mirarlo de frente. Y esa
despreocupación e insensibilidad se viene arrastrando desde hace tiempo. Hasta
en el contexto jurídico se advierte un vacío respecto del suicidio. No sabemos
si el nuevo Código Penal contiene esa figura, pero en el anterior, como si el
hecho no existiera, no se menciona esta palabra. Es como quien asume la
expresión de que “LO QUE NO EXISTE NO SE NOMBRA”. Y esa es una
forma de negar la realidad. El suicidio tiene vínculo hasta con la violencia de
género y violencia intrafamiliar, donde ha provocado muertes por arrastre, pues
muchos son los hombres que matan a la mujer, a los hijos, la suegra, y luego se
matan ellos.
Por la frecuencia con que en el país ocurren
estos suicidios precedidos de otras muertes, se ven como una moda, pero una
moda que no cesa. Por otra parte, también se habla del suicidio asistido, lo
que significa que este evento va trascendiendo y complejizándose, por lo que se
hace susceptible de estar en la legislación, sea como hecho jurídico, o con
cualquier otra consideración. En el libro “Entre la Indiferencia y el
Ruido: el suicidio en la República Dominicana” un libro de mi autoría, dentro
del conjunto de propuestas que finalmente hicimos, fue que se incluyera y
definiera en el nuevo Código Penal el tema suicidio como un indicador de que es
una realidad con la que se convive, y es inocultable. No se trata de que la ley
castigue o no el suicidio, sino de que constara en la legislación esa realidad
cuyo crecimiento y perjuicio es un hecho nacional y mundial.
Ojalá que, en este Día Mundial de Prevención del
Suicidio, alguien con suficiente comprensión y autoridad oficial, y en apoyo a
la ORGAGANIZACION MUNDIAL DE SALUD, esté poniendo el oído en la prevención del
suicidio como fenómeno social y humano que no hace excepción de género, edad,
clase social, o nivel cultural. El suicidio es un hecho prevenible, y este
debería convertirse en un tema de discusión no solo dentro de profesionales de
la salud mental o profesionales de la conducta, sino de la ciudadanía.
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