La Escuela Económica | Esteban Delgado (@estebandelgadoq)
La extraña velocidad con que crecen los
empleos en RD
El mercado
laboral dominicano enfrenta la limitación de que la mayoría de los trabajadores
activos están en la informalidad. Incluso, se estima que los informales superan
en 56% del total. Sin embargo, el Gobierno se ha trazado la meta de reducir la
informalidad a al menos un 50%, de forma que esté, aunque sea a la par con la
formalidad.
Sin embargo, esa
labor no es tan sencilla, puesto que dependerá en gran medida de la capacidad
que tenga el sector privado formalizado de captar cada vez más empleados, lo
cual no ha sido frecuente en los últimos años. A eso se agrega la nómina del
Gobierno, tanto centralizado como descentralizado, cuyos trabajadores son
formales.
Cuando se
analizan las cifras de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), donde se
muestra la cantidad de trabajadores formales que cotiza al sistema de
protección social, se observa que los empleados del sector privado representan
alrededor del 70% de la cantidad total de trabajadores, mientras el 30%, tal
vez más, son del sector gubernamental. Digo “tal vez más”, porque hay muchas
instituciones del Estado con sistemas de protección social diferenciados de la
Ley 87-01, por lo que no aparecen como cotizantes en la TSS, aunque sí son
formales.
Las cifras de la
TSS también muestran que cada año la cantidad de trabajadores formales que se
agregan al mercado laboral en el sector privada es de menos de 70,000 en
términos promedio. Sin embargo, las cifras de la TSS no son las oficiales, a
los fines contabilizar el mercado laboral. Las oficiales son las de la Encuesta
Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT), que publica cada trimestre el
Banco Central dominicano (BC). Son las oficiales, a pesar de que se trata de
una encuesta y no de una contabilidad de nombres y apellidos como la de la TSS.
En todo caso, es
bueno hacer algunas observaciones sobre el más reciente informe de la ENCFT del
BC correspondiente al segundo trimestre de este año. Dice ese informe que desde
el segundo trimestre de 2024 al mismo período de 2025 se crearon 164,598 empleos
formales, mientras que los informales se redujeron en 43,434, por lo que la
cantidad neta de puestos en la formalidad creció en 121,164.
De esa forma, la
formalidad laboral aumentó a un 46% y la informalidad bajó a un 54%. Es decir,
al segundo trimestre de este año, de los 5,123,548 trabajadores activos, al
menos 2,356,832 son formales y 2,766,715 serían informales.
Lo extraño es que
la generación de empleos formales crezca en momentos en que la economía no lo
hace al ritmo deseado. Incluso, en el primer semestre de este año la economía
apenas creció 2.4%. La llegada de turistas, que es un sector de alta generación
de empleos directos e indirectos, solo creció 1.7% en los primeros siete meses
de este año.
El sector zonas
francas, también gran generador de empleos, durante el 2024 completo solo
aumentó su cantidad de empleados en 500 personas, más o menos. Pero, aún así,
se entiende que en el último año la formalidad laboral captó 121,164 nuevos
empleados.
Otro elemento que
llama la atención en el informe del BC es el de los nuevos empleos por género y
nivel académico. Para nadie es un secreto que en el ámbito universitario las
mujeres están superando por mucho a los hombres. Incluso, en la mayoría de carrera
universitarias las damas representan más de un 70%. Y las estadísticas de la
TSS indican que, entre los empleados del Estado, las mujeres son mayoría,
aunque no así entre los del sector privado, donde los hombres superan a las
damas, pero con una tendencia a reducir su ponderación.
Lo que me llama
la atención es que, aunque esos indicadores anteriores son innegables, la ENCFT
del BC dice que 86,532 de los empleos adicionales “fueron desempleados por
personas con estudios universitarios”, equivalentes al 71.4%. Excelente y
razonable.
Pero luego, el
mismo infirme dice que, “en términos de género, los hombres aportaron 78,440
trabajadores, mientras las mujeres sumaron 42,724”. Y uno se pregunta: si la
mayoría de los estudiantes universitarios en la última década y más son mujeres
y la participación de éstas va en crecimiento en el mercado laboral, ¿cómo es
posible que, siendo mayoría los nuevos empleos entre universitarios, las damas
resulten en apenas 35.2% de esos puestos?
De todas formas,
esas son las cifras oficiales y la meta es que la formalidad suba a 50% al
término de este año. Esperemos, seguro vienen más empleos.
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