¿Por qué tanta persecución?

Lectura Orante |  P. Marcos Plante 

¿Por qué tanta persecución?  

Léase atentamente el texto de Mateo 10, 16-25. Anótese las palabras que llaman su atención. ¿Cuál es el problema que ocasiona tanto odio para los discípulos?

1º Interpretación del texto: Desde el primer momento, siendo nosotros discípulos, Jesucristo nos envía como corderos en medio de lobos. Pero, al mismo tiempo nos invita à ser astutos como serpientes y sencillos como palomas. Es la vocación del bautizado; nos urge anunciar el Reino de Dios en medio de la humanidad con sencillez e ingeniosidad. Pero existe una situación de enfrentamiento con un mundo rebelde frente a Dios, que se inventa toda especie de recriminación contra los que aclaman al Señor de la vida. Nos toca responder por nuestra actuación religiosa delante de gobernadores y reyes. Hoy todo se publica a través de los medios de comunicación.

Sin embargo, una promesa nos asegura el Señor: Cuando los entreguen, no se preocupen, de cómo hablarán, ni de qué dirán. Dios mismo les sugerirá en ese momento lo que tienen que decir, el Espíritu del Padre hablará a través de ustedes.

Nada impide que haya que defenderse, reclamando derechos, o huyendo si hace falta a otra ciudad. Pues, sépanlo, la misión se lleva con sacrificios y renuncias. El discípulo no es más que su maestro; basta con que el discípulo sea como su maestro. Al maestro lo llamaron Belcebú; ¿al pobre siervo cómo lo llamarán, pues, teniéndole tanto odio? No obstante, a pesar de los insultos y recriminaciones, el Reino de Dios se dará a conocer, a semejanza de la paloma y de la serpiente, como servicio a la humanidad.

2º Meditación: Yo pienso en todos los misioneros que se lanzan a la calle y se presentan en el foro público. Su mensaje acerca del Reino de Dios que resalta la presencia del Espíritu en los creyentes es recibido, a veces, con gozo por la multitud, pero, otras veces, es rechazado por motivos insulsos. En ciertos ambientes se acusa al misionero de esclavizar la humanidad con su fe en un Dios que quita libertades. Muchos apartan a Dios de sus vidas para poder hacer lo que les dé la gana; quieren, por si mismos, decidir lo que es bueno y lo que es malo. Quieren ser su propio dios, o se inventan un dios pagano que les permite todo sin trabas.

Jesús llevó su cruz hasta el calvario y lo crucificaron. Asimismo, el discípulo lleva su cruz con esfuerzo, pero él sabe que le apoya la fortaleza del Espíritu divino. Lleno de esperanza, el misionero prosigue la evangelización. El mundo necesita conocer la buena Nueva para vivir en paz.

3º Oración: Bendice al Señor, alma mía, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice al Señor y no te olvides de sus beneficios. Él perdona todas tus culpas, y sana tus enfermedades. Él rescata tu vida de la tumba, y te colma de amor y de ternura; sacia de bienes tu existencia, y tú te rejuveneces como un águila. Bendice al Señor, alma mía. Sal 103, 1-5. Señor, con tu ayuda no temo enfrentar al mundo hostil a tu benevolencia.

4º Contemplación: Esta instrucción de Jesús se da a los doce y también a los discípulos a través de los siglos. Jesús presenta la evangelización como una tarea difícil, no sin sufrimientos, pues se realiza entre lobos y es preciso para eso, con toda sencillez, ser astutos. Al mismo tiempo, Jesús asegura que el creyente no está solo en la tarea, el Espíritu del Padre está al acecho para defender a los suyos. En esto, imitamos al maestro que tuvo que llevar la cruz hasta el calvario. Él mismo llevó la cruz sabiendo que el Padre no lo abandonaba en el camino. Tampoco abandona a los que lo aman. ADH 807