Ministerios | Amigo del Hogar
El padre Alfredo de la Cruz,
designado Obispo de San Francisco de Macorís
El papa Francisco ha designado al reverendo padre
Alfredo de la cruz, hasta ahora rector de la Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra (PUCMM), nuevo obispo de la diócesis de San Francisco de
Macorís, sustituye a Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, quien había
presentado su renuncia por razones de edad, conforme lo establecido en el
Código de Derecho Canónico.
El reverendo Ramón Alfredo de la Cruz Baldera
nació el 5 de julio de 1961 en la ciudad de San Francisco de Macorís, en la
diócesis del mismo nombre. Para su formación sacerdotal, en 1977 fue enviado al
Seminario Menor Santo Cura de Ars de la diócesis de La Vega. Luego, en 1981,
fue enviado al Seminario mayor Santo Tomás de Aquino de la archidiócesis de
Santo Domingo. En 1985 se trasladó a Alemania para estudiar en la Universidad
Friedrich-Wilhelm de Bonn, donde se licenció y doctoró en Teología. Fue
ordenado sacerdote el 12 de enero de 1991 y se incardinó en la diócesis de San
Francisco de Macorís.
De la Cruz Baldera ha publicado varios libros y
también muchos artículos en diversas revistas. Además de español, sabe alemán e
inglés.
En entrevista reciente para Amigo del Hogar, el
nuevo obispo designado nos ha contado detalles de su vida, que gira entre el
ministerio sacerdotal y los servicios docente y académico. Algunas de sus
expresiones en la entrevista nos permiten conocerlo un poco más.
La vida sacerdotal y académica
Las piezas claves son la oración y el estudio.
Todo lo que hago es motivado por la misión que recibí en mi ordenación
sacerdotal. Nunca me cansaré de repetir que el día que mi trabajo académico
ponga en riesgo mi vida sacerdotal, ese mismo día abandonaré la vida académica.
Soy sacerdote antes que académico y rector. El amor a mi sacerdocio y a la
Iglesia es lo que mantiene el equilibrio de mi vida. Siempre vivo en la mística de mantener vivo
el diálogo entre ciencia y fe.
La universidad de inspiración cristiana
La universidad debe promover los valores de la
verdad, de la persona humana como centro de la creación divina, a la cual se
debe preservar por medio del amor, la solidaridad, la paz y la justicia. La
universidad de inspiración cristiana contribuye de manera directa en la
formación de la nueva humanidad, personas nuevas para una sociedad nueva. La
excelencia académica debe manifestarse en la actitud de los egresados. No
podemos formar sólo excelentes profesionales, sino más bien, buenas personas
con sentido solidario y que tiendan al bien común.
Perfil deseado de un egresado o egresada de la
PUCMM
Queremos que nuestros egresados respeten la
dignidad humana hecha a imagen y semejanza de Dios, que vivan la libertad y
valoren la autonomía responsable de la persona, que defiendan la verdad y la
justicia social, sean personas responsables y en sus empresas tomen en cuenta
el bien común.
La comunidad universitaria
Una comunidad académica, que, de modo riguroso y
crítico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y de la
herencia cultural mediante la investigación, la enseñanza y los diversos
servicios ofrecidos.
Abogar por una familia cristiana
Una buena familia es la garantía de una buena
sociedad. Creo en la familia como la gran formadora en valores. Puede fallar la
escuela, la universidad, el gobierno y encontraremos nuevas maneras de vivir o
sobrevivir, pero si falla la familia no habría solución para los otros fallos.
Se ha querido quitarle el rol educativo a la familia y dárselo a los medios de
comunicación social y a las redes sociales. Si esto llegaría a suceder,
significará la desaparición de la sociedad actual. Cuál vendrá, no lo sé, lo
único que sé es que sin familia cristiana la sociedad actual no sería
sostenible.
De su Currículum Vitae
Como sacerdote ocupó los siguientes cargos: de
1991 a 1995: vicario parroquial de San Bartolomé en Gurabo, archidiócesis de
Santiago de los Caballeros y asistente del rector de la Universidad Católica
del Nordeste. De 1992 a 1995: vicario parroquial de Santa Cruz en Nagua. De
1995 a 1996: párroco de San Pablo Apóstol, Los Rieles, en la archidiócesis de
San Francisco de Macorís. De 1995 a 1996: profesor de Escatología en la
Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD). De 1996 a 2000: formador en el
Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino en Santo Domingo.
De 2000 a 2001: decano de filosofía y profesor de
Antropología cristiana en el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino de
Santo Domingo. De 2001 a 2004: vicerrector académico de la Universidad Católica
del Nordeste San Francisco de Macorís. De 2004 a 2006: vicerrector ejecutivo de
la Universidad Católica del Nordeste San Francisco de Macorís. De 2006 a 2008:
director del Departamento de Educación de la Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra de Santiago de los Caballeros. De 2008 a 2014: rector de la
Universidad Católica del Nordeste en San Francisco de Macorís. De 2013 a 2015:
rector del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schönstatt para México,
Centroamérica y el Caribe y presidente de la Asociación de Rectores
Universitarios (ADRU).
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