Forjando Vivencias | Lic. Juan Fco. Puello Herrera
La gratuidad en la misión
“Den gratuitamente, puesto que recibieron
gratuitamente. No traten de llevar ni oro, ni plata, ni monedas de cobre, ni
provisiones para el viaje”.
Mateo 10, 8-10
El Evangelio recoge las instrucciones básicas para la misión de los
discípulos, en especial su contenido y lo que se requiere de los mensajeros,
una misión de los discípulos de Jesús que se dirigía en principio sólo a
Israel, pero más adelante el anuncio de la Palabra se extendería a todos los
pueblos.
El contenido mismo de la predicación de los apóstoles y de los milagros
que la acompañan, indican que para su realización es necesario recibir
directamente la orden y el poder de Jesús. En otras palabras, los milagros
corresponden a la función propia de Jesús, por lo que, el contenido de la
predicación no puede ser otro que la de Jesús mismo.
Para cada uno la llegada del reino está íntimamente ligada a Jesús, por
esta razón, debemos en todo momento dar testimonio de esa gran noticia. Los
signos que hizo Jesús son el mejor legado que podemos recibir para saber cómo
debemos proceder en la misión que nos corresponde.
De esta manera, a la misión que nos corresponde de anunciar el reino
tenemos que partir sin equipaje, con plena y absoluta disponibilidad, sin nada
que entorpezca esa tarea, yendo de casa en casa ofreciendo el saludo de paz,
esto es, la salvación que trae el reino.
Oración: Señor Jesús, haznos unos buenos
discípulos tuyo para que podamos difundir a todos tu mensaje de paz y amor.
Amén.
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