Espiritualidad | Cardenal Juan José Omella/RD
María, faro de afecto y de
ternura
Un referente de bondad y
ternura, cariño y alegría
En pleno
tiempo de Adviento, el próximo miércoles día 8 de diciembre celebraremos
la solemnidad de la Inmaculada Concepción. Mientras caminamos hacia la Navidad,
en la proximidad de la fiesta de la Virgen María, quisiera hablaros de María,
nuestra Madre y Madre de la Iglesia.
Los valores
que encarna Santa María son más vigentes y actuales que nunca. El Evangelio
según san Lucas se refiere a ella como la «llena de gracia» (Lc 1,28).
Desde el momento de su concepción, María se convirtió en una elegida por Dios.
Gracias a la voluntad del Señor, María se convirtió en la «más santa», la «más
bella» y la «más humilde», y quedó preservada de pecado original, por lo que la
Iglesia la reconoce y venera como la Inmaculada Concepción.
El mismo día
en que la Iglesia universal celebrará esta solemnidad, en la
Archidiócesis de Barcelona se vivirá un momento muy esperado por todos. Después
de años de trabajo, se culminará la construcción de la torre de la Virgen. El
arquitecto Antoni Gaudí imaginó el ábside del templo de la Sagrada
Familia coronado por un cimborrio dedicado a la Virgen María, Turris
Davidica, que, además, pretendía que acabara con una
estrella. Esta torre dedicada a María, de 138 metros de altura, será la segunda
más alta del conjunto de la basílica y estará coronada por la estrella de
María, que será una luz en medio de la noche en la ciudad de Barcelona.
María nos
conduce a la fuente de la vida y del amor, y también es un referente de bondad y
ternura, cariño y alegría. María es la «Madre del Evangelio viviente» (EG 287)
y, por eso, le pido su intercesión por las personas más vulnerables, por los
enfermos, por los afectados por la pandemia de la Covid-19, por las personas
mayores y, especialmente, por los jóvenes que ven cómo su realidad es cada día
más compleja e inestable.
Este
miércoles, a las seis de la tarde, os animo a seguir a través de los medios
de comunicación* la ceremonia que con motivo de la solemnidad de la
Inmaculada Concepción tendrá lugar en la basílica de la Sagrada Familia.
Juntos celebraremos la Santa Misa, bendeciremos la nueva torre del templo
expiatorio y encenderemos por primera vez la estrella de María que la corona.
Hagamos
nuestra la invitación de san Bernardo: «Mira la Estrella, invoca a María».
Que Santa María, estrella luminosa, vele por nosotros. Que la luz y el faro que
representa esta torre nos anime a construir un mundo más humano y fraterno, un
mundo que nos permita estar cerca de quienes más sufren, para que encuentren en
el consuelo del Evangelio de Jesucristo, la paz y la serenidad que necesitan.
Hoy también
pido a Dios que, por intercesión de Santa María, nos conceda el don de vivir
unidos a él, de modo que también nosotros podamos ser, como María, una luz en
la oscuridad para tantos hermanos nuestros que deambulan por el mundo sin
conocer el verdadero rostro de Jesucristo y para que puedan descubrir el
profundo gozo que nace del encuentro con él, de darle el mando de nuestras
vidas, de dejar que él sea nuestro Rey y Señor.
† Cardenal
Juan José Omella
Arzobispo de
Barcelona
Publicado por
Religión Digital
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