Nuestra Fe | Mateo González/VN
¿Cómo viven la Cuaresma los veganos?
El
ayuno y la abstinencia son algunas de las prácticas tradicionales de este
tiempo litúrgico penitencial y suponen algo más que no comer carne.
Los
gimnasios proponen el ayuno intermitente y el movimiento vegetariano y vegano
propicia una reducción total en el consumo de carne, algo que se percibe
incluso en muchas hamburgueserías e importantes restaurantes. Estas tendencias
sintonizan con algunos de los elementos característicos de la Cuaresma como son
el ayuno y la abstinencia. Pero, ¿es para un vegano más fácil vivir este
tiempo litúrgico penitencial? A lo mejor tiene que buscar alternativas…
Siguiendo
una práctica inmemorial “todos los fieles, cada uno a su modo, están
obligados por ley divina a hacer penitencia” y por ello “se han fijado
unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a
la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos,
cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo,
observando el ayuno y la abstinencia” señala el canon 1.249 del Código de
Derecho Canónico.
Ayuno
y abstinencia
Así,
en concreto, se establece que “todos los viernes, a no ser que coincidan con
una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que
haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el
miércoles de Ceniza y el Viernes Santo” (canon 1.251). También se establece que
“la ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del
ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve
años” (canon 1.252).
La
privación de la carne es la establecida también en el caso de la Conferencia
Episcopal Española a través de un decreto del 21 de noviembre de 1986 en el que
invita a los fieles a vivir externamente la penitencia “en las diversas
prácticas que luego se indican a propósito de los viernes del año, en
iniciativas de caridad y ayuda a los más necesitados, emprendidas como
comunidad cristiana a través de las parroquias, de Cáritas o de otras
instituciones similares”. Además, se recuerda que “el Miércoles de Ceniza,
comienzo de la Cuaresma, y el Viernes Santo, memoria de la Pasión y Muerte de
nuestro Señor Jesucristo, son días de ayuno y abstinencia. Los otros viernes de
Cuaresma son también días de abstinencia, que consiste en no tomar carne,
según antigua práctica del pueblo cristiano. Es además aconsejable y merecedor
de alabanza que, para manifestar el espíritu de penitencia propio de la
Cuaresma, se priven los fieles de gastos superfluos tales como manjares o
bebidas costosos, espectáculos y diversiones”. Aquí una alternativa para
quienes no supone una privación la abstinencia de carne.
Es
más, el decreto recomienda “en los restantes viernes del año, la
abstinencia puede ser sustituida, según la libre voluntad de los fieles, por
cualquiera de las siguientes prácticas recomendadas por la Iglesia: lectura de
la Sagrada Escritura, limosna (en la cuantía que cada uno estime en
conciencia), otras obras de caridad (visita de enfermos o atribulados), obras
de piedad (participación en la santa misa, rezo del rosario, etc.) y
mortificaciones corporales”.
Publicado
por Vida Nueva
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