Convivencia | Marco Guerra
Israel y Líbano, acuerdo histórico sobre la
demarcación de la frontera marítima
El acuerdo permitirá a los dos países explotar los vastos recursos
naturales de la hasta ahora disputada franja de mar. El acuerdo negociado por
Estados Unidos ha sido calificado de histórico por el presidente Biden y para
muchos observadores es un paso hacia la estabilización de Oriente Medio
Israel y Líbano han estado en estado de beligerancia desde su nacimiento
como estados independientes hace más de 70 años. Basta con decir esto para
entender el alcance del acuerdo firmado ayer a la sombra de un gazebo cerca de
una base de la ONU en el paso fronterizo de Cabo Naqura, a lo largo de la línea
de demarcación entre los dos países.
Las felicitaciones de Biden
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, felicitó a las partes por la
"conclusión oficial" del acuerdo tras meses de negociaciones
directas, con la mediación de Estados Unidos, y después de más de diez años de
negociaciones indirectas para definir la frontera marítima. Ahora los dos
países podrán compartir los recursos que hay bajo esa franja del Mediterráneo
oriental.
Reacciones políticas
Al margen del acuerdo, el primer ministro Yair Lapid dijo que Israel se
convertirá en el mayor proveedor de gas a Europa y vende el acuerdo como un
éxito político de cara a las elecciones legislativas del 1 de noviembre, las
quintas en tres años y medio. Según Lapid, "se trata de un logro
político", porque "no todos los días un Estado enemigo reconoce a
Israel en un acuerdo escrito ante toda la comunidad internacional". Las
autoridades libanesas se muestran más cautelosas, y el presidente saliente Aoun
y el líder del Hezbolá libanés, Hasan Nasrallah, descartan las implicaciones
diplomáticas en las relaciones entre ambos países. Aoun dijo que el acuerdo no
tiene "dimensión política", mientras que el líder chiíta rechazó
cualquier idea de "normalización" con el "enemigo". Pero
más allá de las declaraciones oficiales, muchos observadores lo ven como un
paso hacia la distensión.
Politi: el acuerdo encaja en el proceso de paz
"Israel y Líbano tienen necesidades concretas y el hecho de poder
explotar los recursos naturales es fundamental en tiempos de incertidumbre
económica alimentada por la guerra en Ucrania, y todo el mundo sabe que el gas
licuado cuesta un 20% más que el que llega por gasoducto", explica a
Vatican News Alessandro Politi, analista estratégico y director de la Fundación
del Colegio de Defensa de la OTAN. A continuación, Politi se detiene en las
implicaciones políticas y diplomáticas: "Este tipo de acuerdo forma parte
de un movimiento positivo desencadenado por los Acuerdos de Abraham, son
elementos de normalización sobre los que se puede esperar que se desarrolle la
paz", afirma.
Beneficios para Europa
El analista cree que un elemento de concreción como la energía favorece
un proceso de diálogo entre las partes también para otros temas pendientes,
como la cuestión de las fronteras territoriales, "esperemos que esto
conduzca a una paz que garantice la prosperidad de ambos países". "El
acuerdo también puede reportar beneficios a Europa -continúa Politi-, aunque
los yacimientos de gas más importantes sean los de Egipto, pero una
pacificación de la zona podría facilitar la construcción de nuevos gasoductos
en el futuro".
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