Fe y Vida | Sheila Morataya
Setenta veces siete perdonar para sanar
Las palabras del sacerdote católico Jacques Philippe son perfectas para tocar un tema humano delicado y
decisivo para cada uno. “Si no entendemos la
importancia del perdón y no lo integramos en
nuestra convivencia con los demás, nunca alcanzaremos la libertad interior,
permaneciendo prisioneros de nuestros rencores.”
Salmo 77, 10-11.34.41
Leemos en este salmo como cada uno es de carne, un aliento fugaz que no torna… asà de
frágiles, asà de nada, asà de transitorios somos los hombres en la
tierra. Y asà sabiéndolo o no, nos damos el lujo de hacer de la morada de Dios,
el corazón, la morada de todos los aquellos que me han hecho, de
todas las heridas que me destruyeron, llenando esta morada con la gigante
imagen del yo.
Mateo 18, 21-35
Después de muchos años de escuchar, investigar y ser
testigo de las heridas en las personas que vienen a
psicoterapia, puedo decir sin duda alguna que traen una herida que sangra
copiosamente y que es la que más daño hace: el rencor. El rencor,
tiene la capacidad de enfermar a una persona en lo somático, en lo mental
y en lo espiritual. Simplemente piensa por tan solo un momento,
en la última vez en la que alguien te dijo lo siento, me equivoqué, perdóname.
A las personas nos cuesta perdonar, por ello, es un proceso largo, de intensa
lucha y doloroso.
Abre tu Santa Biblia y lee este párrafo de San Mateo
antes de seguir leyendo, 18, 21-35
Cada uno conoce su consciencia, conozco la mÃa y
conozco, lo agobiante, lo doloroso, lo aterrador si se quiere, que es perdonar.
Sin embargo, Jesús es muy claro en la escritura, si él ha sido compasivo, ¿no
debemos tú y yo ser compasivos también? Qué regalo ser cristiano para poder
otorgar el perdón desde ahÃ.
Eclesiástico 27, 30-28,7
Este libro de la Sagrada Biblia nos da tres actitudes
que no son del agrado de Dios y que cada uno puede indagar para descubrir
aquello de lo que ha llenado su corazón:
1) El rencor, la cólera, la ira no son agradables a
Dios, si bien, Dios se enoja en ocasiones con su pueblo, lo hace para ayudarles
a retornar a él. Dios, sin embargo, no se queda con la cólera o la ira en el
corazón. Al contrario, el mismo pecador, puede sentir la infinita y amable
compasión de Dios cuando se siente perdonado.
2)Dios invita a perdonar
a todo aquel que sentimos nos ha hecho daño y al mismo tiempo nos deja con la
promesa de que Él mismo perdonará también nuestros pecados.
3) Las cosas que los otros nos hacen (muchas veces
depende de tu propia percepción) pueden ser un material valioso para el
crecimiento humano y espiritual. En este mismo libro Dios te habla de que en la
medida en que aprendas a ser compasivo, él lo será contigo.
Dios perdona y olvida
¡Qué gran alivio siente cada uno en el momento en que
el sacerdote en el nombre de Dios perdona nuestros pecados! Pero la verdad, es
que la gran mayorÃa de seres humanos no olvida. Dios no
nos pide olvidar sino perdonar, y no una vez sino una y otra vez, tantas que
exhorta a setenta veces siete. Que este recién estrenado año te lleve
a indagar en tu corazón si has perdonado lo suficiente, y más importante aún,
si has olvidado.
Olvidar, olvidar, olvidar…. Dios del Amor que mi
corazón con la ayuda de tu gracias, se capaz de imitarte en tu compasión, en tu
bondad, en tu dulzura, en tu amor al olvidar. Amén.
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