Vida Humana | Christopher Wells
Cuidados
paliativos: Aún en los momentos más difíciles, la esperanza siempre es posible
Concluyó ayer
en Toronto el Simposio Internacional Interreligioso sobre Cuidados Paliativos,
organizado por la Conferencia Episcopal Canadiense y la Academia Pontificia
para la Vida. Expertos de diversos campos debatieron sobre las estrategias
necesarias para aliviar el sufrimiento durante la enfermedad y al final de la
vida. Mons. McGrattan: "La reunión fue una oportunidad para promover y comprender
cómo la dignidad de la persona humana es una responsabilidad social".
La esperanza
siempre es posible, incluso en los momentos más difíciles de la vida. Esta es
la conclusión a la que ha llegado el Simposio Internacional Interreligioso
sobre Cuidados Paliativos que se ha celebrado en Toronto (Canadá) del 21 al 23
de mayo, organizado por la Conferencia Episcopal Canadiense y la Pontificia
Academia para la Vida.
Acompañamiento al final de la vida
Durante el
evento, titulado «Hacia una narrativa de esperanza», se exploró la formación y
la cultura de la responsabilidad social en los cuidados paliativos. Expertos en
ética, medicina, sanidad, derecho y pastoral debatieron sobre las estrategias
necesarias para aliviar el sufrimiento durante la enfermedad y al final de la
vida, así como sobre las formas de proporcionar un acompañamiento humano
adecuado para mejorar la calidad de vida y el bienestar de los pacientes y sus
familias.
Las amenazas a los cuidados paliativos
Los
participantes insistieron en la necesidad de distinguir entre los cuidados
paliativos, que se centran en apoyar las necesidades de los enfermos y
moribundos y aliviar su sufrimiento físico, espiritual y emocional, y la
eutanasia, o el suicidio asistido por un médico, que son siempre atentados
contra la dignidad de la persona. «Es urgente trabajar juntos - declaró
el Presidente del Simposio, monseñor Noël Simard, - para promover los cuidados
paliativos, amenazados por ciertas prácticas». «Los cuidados paliativos
-añadió- son la respuesta, ofreciendo a la persona que sufre y agoniza un
acompañamiento basado en el amor, la compasión y el respeto de la dignidad de
la persona humana hasta la muerte natural».
El aliento del Papa
Los
participantes recibieron el 22 de mayo un mensaje de aliento del Papa, en el
que Francisco los invitaba a perseverar en sus esfuerzos por promover los
cuidados paliativos, que son una expresión de compasión y respeto por la
dignidad infinita de toda persona. «Incluso cuando ya no es posible curar -fue
la observación del arzobispo Vincenzo Paglia, Presidente de la Academia
Pontificia para la Vida- siempre es posible cuidar de los demás. Los cuidados
paliativos son una visión profundamente humana de la medicina. En las últimas
etapas de la existencia terrena, hay que contrarrestar la indiferencia y la
cultura del descarte. Los cuidados paliativos son una forma especial de caridad
y deben fomentarse».
El coraje y la esperanza
Un grupo de
trabajo tiene ahora la tarea de recoger las principales recomendaciones de los
participantes, centrándose en cinco áreas: defensa de los cuidados paliativos,
compromiso y apoyo de la comunidad, educación, integración de la dimensión
cultural en los cuidados paliativos y la política, y legislación sobre cuidados
paliativos. Cada miembro de la sociedad, fue la alocución del obispo William
McGrattan, presidente de la Conferencia Episcopal Canadiense, «tiene el deber
de cuidar y amar a los enfermos y moribundos y de apoyar a sus seres queridos
con compasión, para que nadie quede aislado, solo u olvidado en su momento de
necesidad». Esta conferencia, dijo McGrattan a Vatican News - Radio Vaticano,
«no era sólo internacional e interreligiosa. Fue realmente una oportunidad para
promover y comprender cómo la dignidad de la persona humana es una
responsabilidad social». Fue una oportunidad, concluyó, para mostrar «grandes
signos de coraje y esperanza».
Vaticannews.vanull
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