La Escuela Económica | Esteban Delgado (@estebandelgadoq)
¿Retirarse para descansar o para seguir
trabajando?
En un mundo
ideal, se asume que una vida plena es haber logrado un nivel social adecuado
durante la juventud, al obtener un buen empleo, un plan de ahorro, casa propia,
vehículo propio, la posibilidad de educar a sus hijos, hacerlos profesionales y
que se hayan convertido en entes productivos e independientes.
A eso se suma
la bendición de haber llegado a la edad de 65 o 70 años en relativa buena salud
y con un buen “colchón” económico, es decir, un ahorro lo suficientemente
adecuado como para generar buen nivel de rentabilidad, lo cual resultaría en
una especie de pensión.
No todos logran
esa posibilidad, pero hay muchos que sí, ya sea con su compañero o compañera de
vida o en estado de viudez, si su pareja se fue antes de tiempo. Hay quienes lo
han logrado trabajando en el país o quienes llegaron a ese nivel durante décadas
de residencia en el exterior.
El punto es
que, una vez agotados al menos 40 o 45 años de trabajo ininterrumpido, es
posible que usted haya acumulado al menos tres décadas de cotización en un
sistema de seguridad social que le garantiza una pensión insuficiente, pero
que, pensando en eso, también aprovechó para ahorrar y crear una especie de
fondo particular para su retiro. Si ese es su caso, entonces usted está listo
para su retiro sin grandes tormentos.
Pero, en ese
proceso, surgen ideas que pudieran aparentar buenas; sin embargo, se tornan
perjudiciales si su interés es realmente retirarse y descansar en sus últimos
años de vida, aunque no necesariamente desocupado, pero sin trabajar y haciendo
algo que le agrade.
Un ejemplo es el de don Mario. Un señor que a la edad de 28 años se fue para Nueva York. Allá se fajó a trabajar y levantó su familia de tres hijos que se hicieron profesionales con nuevos empleos y total independencia económica, es decir, no dependen de él. Junto con su esposa lograron una vida acomodada.
Luego de 42
años de arduo trabajo, con una pensión y un ahorro que ronda los RD$20
millones, don Mario decidió venir a su país donde tiene buena casa, un vehículo
y la tranquilidad de que está libre de deudas. Tanto él como su compañera de
vida, están en relativo buen estado de salud, pues son requieren de las
atenciones propias de personas de su edad: él 70 años y ella 65.
La pensión con
la que cuenta es de unos US$600 mensuales, es decir, aproximadamente RD$35,000.
Una cantidad insuficiente para mantenerse aquí en buen nivel de vida. Pero si
ahorro de RD$20 millones le podría generar buen nivel de rentabilidad.
Su indecisión
está en qué tipo de inversión hacer para que le genere la rentabilidad que
desea para estar tranquilo con su esposa y vivir de manera holgada durante lo
que le resta de vida. Alguien lo propuso montar un negocio de ventas de
artículos, como un colmado o algo así. Sin embargo, se trata de una inversión
arriesgada, que, además, le implicaría seguir trabajando todos los días sin
descanso. Todo lo contrato a su objetivo que es el retiro por edad luego de 42
años de trabajo.
Otra opción es
la de bienes raíces, comprar un par de apartamentos y ponerlos en alquiler. Eso
tiene la ventaja de que los inmuebles mantienen su valor en el tiempo, pero la
desventaja de que al menos un 15% de lo que cobre de alquiler se le irá cada
año en labores de reparación de esos inmuebles. Eso sin contar situaciones con
inquilinos y otros imprevistos. Ahí tendría un ingreso extra adicional, pero no
tendría mucho descanso.
Una tercera opción es la de invertir esos recursos en activos financieros, es decir, certificado bancario o mercado de valores. Con una renta de 8% anual, para ser conservador, un certificado de RD$20 millones le pudiera generar RD$120,000 mensual, limpios, luego de impuestos.
Puede que, para
evitar parte del impacto de la devaluación de su dinero, decida recapitalizar
RD$20,000 de ese monto y quedarse con RD$100,000 limpios, a los que agrega los
RD$35,000 de la pensión para un ingreso neto mensual de RD$135,000.
Esa cantidad no
es mucha, pero sí suficiente para una pareja adjunta, sin deudas ni compromisos
adicionales, que decida retirarse en tranquilidad. Son solo opciones para
considerar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...