viernes, 22 de agosto de 2025

Las puertas, caminos y Salvación Homilía Domingo XXI del Tiempo Ordinario.


Nuestra Fe | P. Ciprián Hilario, MSC

 


Las puertas, caminos y Salvación

Homilía Domingo XXI del Tiempo Ordinario.

 

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

 

En este Domingo XXI del Tiempo Ordinario del Ciclo C, la Palabra de Dios nos invita a reflexionar sobre la universalidad de la salvación, el esfuerzo necesario para entrar en el Reino y la disciplina amorosa del Padre que nos forma para la vida eterna. Las lecturas —Isaías 66,18-21; Salmo 117,1-2 (nota: el salmo litúrgico estándar es el 117, aunque se mencionó el 116, posiblemente por un error tipográfico); Hebreos 12,5-7.11-13; y Lucas 13,22-30— nos hablan de un Dios que reúne a todos los pueblos, pero que exige de nosotros una respuesta activa y perseverante.

 

En Isaías, vemos cómo el Señor convoca a naciones de todas las lenguas para que vean su gloria y proclamen su nombre, incluso convirtiendo a algunos en sacerdotes. El Salmo nos llama a alabar al Señor por su bondad y fidelidad eterna. En Hebreos, se nos recuerda que las pruebas son como la disciplina de un padre amoroso, que nos fortalece y nos lleva a la paz. Finalmente, en el Evangelio de Lucas, Jesús advierte sobre la puerta estrecha: no basta con conocerlo superficialmente; hay que esforzarse por entrar, y sorprendentemente, muchos de los últimos serán primeros en el Reino, viniendo de todos los rincones del mundo.

 

Partiendo de estas lecturas, destaquemos 10 elementos clave que nos ayudan para la vida hoy, aplicando sus enseñanzas a nuestro contexto actual, marcado por la globalización, las crisis personales y la búsqueda de sentido en un mundo acelerado. Estos elementos nos invitan a vivir con esperanza, esfuerzo y apertura al prójimo.


1- La universalidad de la salvación: Como en Isaías, Dios no se limita a un pueblo; hoy, en un mundo interconectado, esto nos impulsa a acoger a migrantes, refugiados y personas de otras culturas, reconociendo que todos somos llamados a su gloria. Practiquemos la inclusión en nuestras comunidades y trabajos.

 

2- La misión de proclamar la gloria de Dios: El profeta envía mensajeros a naciones lejanas. En nuestra era digital, seamos "fugitivos" de la fe: compartamos el Evangelio en redes sociales, con amigos o en el barrio, sin miedo a lo desconocido, para que otros vean la luz de Cristo.

 

3- La alabanza como respuesta a la fidelidad divina: El Salmo nos urge a glorificar al Señor por su bondad eterna. Hoy, en medio de ansiedades cotidianas, cultivemos la gratitud diaria: un momento de oración al despertar o al acostarnos, para fortalecer nuestra confianza en su fidelidad.

 

4- Las pruebas como disciplina amorosa: Hebreos compara las dificultades con la corrección de un padre. En tiempos de crisis económicas o salud, veamos los desafíos no como castigos, sino como oportunidades de crecimiento personal y espiritual, que nos llevan a una "paz fructífera".

 

5- Fortalecer con esperanza: La carta a los Hebreos nos dice: "No desmayen las manos ni flaqueen las rodillas". Ante el estrés laboral o familiar moderno, fortalezcamos nuestra resiliencia mediante la oración y el apoyo comunitario, recordando que las pruebas nos sanan y nos enderezan el camino.

 

6- Esforzarse por la puerta estrecha: Jesús en Lucas nos advierte: "Esfuércense por entrar". En una sociedad de gratificación instantánea, esto significa priorizar valores eternos sobre lo efímero: disciplina en la oración, ayuno o caridad, en lugar de conformarnos con una fe superficial.

7- No basta con una relación superficial: Muchos dirán "Comimos y bebimos contigo", pero Jesús responderá "No sé de dónde son". Hoy, evitemos una fe "de fin de semana": profundicemos en la Eucaristía, la lectura de la Biblia y el servicio, para que nuestra relación con Cristo sea auténtica y transformadora.

 

8- La inversión de los roles: últimos serán primeros: El Evangelio anuncia que vendrán de oriente y occidente, y algunos primeros serán últimos. En un mundo desigual, esto nos llama a la humildad: no juzguemos por apariencias o estatus; valoremos a los marginados, como los pobres o enfermos, pues ellos podrían precedernos en el Reino.

 

9- La urgencia de la conversión: La puerta se cierra, y habrá llanto para los excluidos. Aplicado a hoy, no pospongamos nuestra conversión: en medio de distracciones como el consumismo o las adicciones, tomemos decisiones diarias para alinear nuestra vida con el Evangelio, antes de que sea tarde.

 

10- La esperanza en la mesa del Reino: Personas de todos los puntos cardinales se sentarán a la mesa. Esto nos inspira a construir puentes en nuestra vida cotidiana: fomentar diálogos interculturales, participar en obras de justicia social y vivir con alegría la promesa de un banquete eterno, donde todos son bienvenidos por gracia.

 

Hermanos, estas lecturas no son solo palabras antiguas; son una guía viva para navegar los desafíos de hoy. Que el Señor nos dé la gracia de entrar por la puerta estrecha, endurecidos por su disciplina amorosa y abiertos a su gloria universal. Amén.






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