Meditaciones | Sandy Yanilda Fermín
“Octubre
con María: Mes del Rosario y de las misiones”
Mientras el mes
de octubre transcurre, se siente la brisa suave y apacible de la Virgen María
caminando con el pueblo de Dios. El Padre Tulio Matos Cordero, párroco de la
Parroquia San José, nos recuerda que nuestro país es bendecido por tener dos
madres que interceden por nosotros: “La Virgen de la Altagracia y la Virgen de
las Mercedes”. 
Durante este
tiempo, consagrado a María, hemos mirado su presencia maternal y su constante
intercesión por cada uno de nosotros. Como toda madre, María cuida de sus hijos,
especialmente cuando están en peligro. Por eso, confiemos en su protección: ella
cuida de nuestra nación, como lo hizo recientemente ante la tormenta tropical Melissa.
María nos
invita a unirnos en oración. Ella es modelo de nuestra inspiración y nos
llama a perseverar.  
Rezar el
Rosario es ver a Jesús con los ojos de María. No solo nos acerca a ella, sino
que nos concede su poderosa intercesión. Nos invita, no solo a llevar el
Rosario colgado en el cuello o en el vehículo, sino a llevarlo colgado del
corazón.
La Iglesia nos
invita hoy a salir, como María, al encuentro de los demás, para transformar
la vida de quienes nos rodean con fe y esperanza. María fue la primera
misionera.
Demos gracias a
Dios porque, desde el día de la Anunciación, cuando María acogió la voluntad
divina, la historia de la humanidad cambió para siempre. María no solo
se convierte en la madre de Jesús, sino que se convierte en madre de toda la
humanidad.
Por decir “sí”,
llevó en su vientre la paz, la esperanza, la mayor bendición: el amor de
Dios encarnado. Por eso María, como buena madre, nos toma de la mano para
llevarnos a Jesús. Pongamos a sus pies nuestras cadenas y esclavitudes, dejemos
que interceda ante su Hijo para que seamos verdaderamente libres.
Por eso,
deberíamos preguntarnos:
¿Qué misterio
del Rosario refleja hoy mi historia de fe? ¿El Rosario forma parte de nuestra
vida diaria o lo dejamos guardado hasta que surgen los problemas? 
María tiene un significado profundo para nuestra fe. No es ella quien realiza
los milagros, sino que nos conduce al único que puede hacerlo: su Hijo, porque
para Dios nada es imposible.
Aunque no es la
protagonista, su papel es esencial como intercesora y modelo de fe. Como dice
el Padre Tulio, es importante que defendamos esta tradición, incluso cuando
a veces nos da vergüenza rezar el Rosario. Que no nos falte el valor de vivir y
compartir nuestra devoción.
Me encanta la
canción que dice: “La Reina del cielo, la Madre de Dios, modelo de
inspiración, ella es peregrina en los hogares”, donde la paz crece y los
corazones sienten a su madre, al alabar junto con ella al señor y veremos cómo
se nos llena de paz y alegría el corazón”.
Dicen las
tradiciones y por fe lo creemos, que la Virgen María fue una mujer favorecida porque
donde está Jesús, ahí está ella. Su corazón materno se siente en la tierra. 
Por siempre
invitemos a nuestros hermanos, a seguir su ejemplo alabando a Dios en todo momento”.
 
 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...