
Una pintura deseosa de transmitir el significado auténtico del corazón de Jesús no olvidarÃa los siguientes rasgos. Jesús Resucitado muestra las heridas de la Pasión testificando que ha dado la prueba del amor más grande. Destaca el costado abierto por la herida de la lanza. Ha triunfado de la muerte al pasar del trono de la cruz al trono de la gloria. De ahà que esboce una sonrisa confirmando la esperanza del creyente.
La imagen invitarÃa al compromiso de contemplar hoy dÃa a quienes también se les traspasa el corazón. A ellos hay que servir con amor samaritano. Por su parte MarÃa se encuentra a su lado en actitud de oración de intercesión. Ella fue dada como Madre a los hombres y participó de la Pasión de su Hijo: una espada le atravesó el alma.
La resurrección de Cristo es la apoteosis de quien antes llegó a expropiar su vida en favor de los más pequeños, pobres y marginados. Sus palabras firmes incomodaban a los poderosos y a los que conducÃan las riendas del pueblo. Tanto molestaban que le estrecharon el cerco hasta clavarlo en la cruz.
Superar clichés lánguidos y acaramelados
Pero este mensaje no debe asociarse hoy dÃa a una tradición empalagosa, todavÃa viva en muchos ámbitos. Es preciso cambiar la inercia de unos rostros y gestos que se han elaborado desde un paradigma quejumbroso e intimista y que chocan con la sensibilidad actual.
En el renacer de la espiritualidad del Corazón de Jesús deben evitarse aquellas exclamaciones, imágenes y actitudes que no se corresponden con los anhelos y las expresiones de nuestra sociedad postmoderna. No hay que finiquitar ninguna expresión que resulte válida para personas concretas, pero sà apuntar hacia horizontes nuevos
Se ha abusado del corazón en el ámbito de la devoción religiosa y también en el del mundo de los sentimientos. El dudoso gusto de dibujar en detalle las aortas, venas y ventrÃculos, no casa con lo que se pretende. Un esbozo estilizado que remita al corazón es más que suficiente.
El abuso del corazón en el mundo de los sentimientos está a la vista: abundan tanto en dibujos y palabras que producen una inflación desagradable. Los colores pasteles y la purpurina en cantidades excesivas provocan una mueca de fastidio.
La espiritualidad del corazón de Jesús ha jugado un papel central en el pueblo de Dios a lo largo de muchos siglos, aunque con frecuencia le ha faltado base bÃblica y teológica. Hoy dÃa encontramos manifestaciones más bien tradicionales, pero también surgen nuevos intentos de comprender a fondo el hecho desde la teologÃa y explotar nuevas formas de expresión.
Una tal espiritualidad tiene que ver con la herida del costado, la sangre, el agua, la presencia de MarÃa, los sacramentos a que se refirieron los SS. Padres, etc. Pero sin forzar el tema también deriva hacia lo que podrÃamos llamar “el camino del corazón”.
CabrÃa esbozar unas lÃneas muy generales acerca del perfil que deberÃa tener una espiritualidad del Corazón de Jesús pasada por el tamiz de la renovación, es decir, contrastada con el mensaje bÃblico del Calvario, las enseñanzas de los SS. Padres y las necesidades de la actual sociedad.
• No caer en las exclamaciones emotivas sin contenido.
• Evitar una cierta tristeza y lamentaciones tÃpicas de esta devoción tradicional.
• Evitar también imágenes lánguidas y acarameladas.
• No insistir en Sta. Margarita Alacoque porque también requieren un papel de importancia las mÃsticas medievales y otros autores como S. Fco. De Sales, S. Juan Eudes y el trasfondo de la escuela de espiritualidad francesa del s. XVII con Bérulle al frente.
• Corazón como posible vÃnculo con la postmodernidad que enfatiza los sentimientos más que la razón. Una manera de dialogar con la sociedad actual.
• Más que hablar del Jesús consolado hay que hacerlo del Jesús traspasado. En otras palabras, uno de los objetivos de la espiritualidad se centra en los traspasados por la injusticia de nuestro mundo.
El camino del corazón
La AntropologÃa del corazón tiene que ver con la integridad de la persona. Tanto más necesario es lograr esta integridad/unidad de vida cuanto que se requiere en nuestros dÃas reconstruir la persona. El individuo padece una gran fragilidad, incluso en su dimensión humana. Y los más jóvenes no son ciertamente excepción.
Es preciso construir la persona según el modelo del Corazón de Jesús. Todo ello se podrÃa resumir refiriéndonos al camino del corazón o a la antropologÃa del corazón, la cual incluye un talante acogedor, comprensivo, ternura, misericordia, profundidad, en oposición al formalismo y la frivolidad.
Por lo demás, el signo y el sÃmbolo son un lenguaje que comprende cualquiera. Y ningún signo tan expresivo como el corazón. Es como una llave que abre mil puertas. Interesa hablar del corazón en cuanto sÃmbolo, aceptado casi universalmente como centro de la persona y sede de sus afectos. Necesitamos del sÃmbolo. Sobre todo cuando queremos desvelar realidades estrechamente unidas a los intereses, deseos o afectos más profundos.
| Liturgia
XVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
San Juan MarÃa Vianney, Cura de Ars
Semana Mundial de la Lactancia Materna
Valor del Mes: Honestidad
“Es mejor tener poco con honradez, que mucho con injusticia”. (Prov 16, 8).
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