Consideraciones | Antonio
Lluberes, SJ
Papa
Francisco
2020:
entre el Distanciamiento
y la Fraternidad
La pandemia sometió al papa Francisco
a celebrar las pascuas de resurrección y navidad a un fuerte distanciamiento social
en pequeños grupos. Sin embargo, no desmayó en mostrar su preocupación por los
necesitados y afectados. En la misa del gallo insistió en que estamos todos en
la misma barca: “Cada persona es mi hermano.” Ante los momentos marcantes de la
historia, la crisis ecológica, los desequilibrios económicos y sociales, y la
pandemia necesitamos más que nunca de la fraternidad.
El mayor gesto, la encíclica
“Fratelli tutti.” En
octubre, Francisco firmó en la ciudad de Asís esta encíclica sobre la
fraternidad y amistad social invitando a los cristianos a abrirse a un mundo
herido. Una amistad abierta a un mundo por encima de diferencias sociales y
religiosas y centrarse en la dignidad de la persona humana. Algo de mayor
interés, el Papa convoca al diálogo interreligioso, un volver a la común misión
de las religiones: la paz y la fraternidad desterrando la violencia y el
terrorismo religioso.
Los focos de atención. En su mensaje “urbe et orbi” –
a la ciudad de Roma y al mundo - del 25 de diciembre, el papa Fráncico expreso
su primer deseo: vacunas contra el coronavirus para todos. También fraternidad
humana y paz para Oriente Medio, cese al fuego para el Cáucaso, parar los
conflictos armados en África y esperanza para América y Asia.
La solicitud por
la Iglesia.
No ha olvidado el Papa su preocupación por la institución eclesial.
Desterrar la
mundanidad de la Iglesia. La mundanidad es un modo de vivir de personas que se
dicen cristianos, pero son mundanos. Es la cultura del maquillaje, la
superficialidad, transitorio, propio, que vive de las preocupaciones del mundo
que no deja crecer la buena semilla, que olvida al otro y al sacrificio. El
peor de los males de la Iglesia de hoy día.
La sanidad y
trasparencia económica. Ha puesto particular interés por sanear y
transparentar la economía de la Santa Sede y este año, por primera vez, se ha
dado a conocer un estado financiero, el de 2019, de ingresos y egresos como lo
ha pedido el papa Francisco.
Reformar la curia
romana.
Desde el Concilio Vaticano II, los papas han puesto interés en renovar el
personal que labora en la curia Romana. Este ha sido tema de particular interés
de Francisco desde su elección en 2013. Aunque suene insólito, Francisco
considera que no solo hay que hacer una muy cuidadosa y exquisita selección de
su personal para desterrar “amiguismos” y los “favoritismos” y “murmuraciones”,
que tan nefastos males han acarreado a las instituciones de la Iglesia. En esta
perspectiva, cabe señalar que la reforma sólo y únicamente será eficaz si se
realiza con hombres ‘renovados’ y no simplemente con hombres ‘nuevos’
La renovación del
colegio de cardenales.
El papa Francisco nombró trece nuevos cardenales, incluyendo dos
latinoamericanos y al arzobispo de Washington Wilton Gregory, quien sería el
primer prelado negro estadounidense en obtener el título.
Dos santos. En un gesto tan
propio de él, el papa Francisco ha dado su aprobación a la introducción de las
causas de santidad a dos personas que tuvieron un marcado acento social, de
defensa de la justicia y de la honestidad. Un obispo en el antiguo México del
siglo XVI, Vasco de Quiroga, llamado por los indios Tata Vasco - el abuelo
Vasco - defensor de la causa indígena y propulsor de proyectos de inspiración
utópica. Y un juez italiano, Rosario Livatino, de Sicilia, asesinado en 1990
por la mafia por su defensa de la verdad y la justicia, un mártir de la
honestidad.
"Pidamos al Espíritu Santo" – rezaba el papa Francisco en el mes de mayo - “que la gracia de discernir lo que es mundano de lo que es del Evangelio y no dejarnos engañar, porque el mundo nos odia, el mundo odió a Jesús y Jesús rezó para que el Padre nos defendiera del espíritu del mundo". ADH 852
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