Meditación | Sandy Yanilda Fermín
¡La Misión en nuestra Vida!
El domingo 14
de noviembre 2021, junto a nuestro ministro Robert Beltrán, estuvimos de misión en nuestra Capilla Santísimo
Sacramento. Marchamos de dos en dos,
entonando una canción, junto a nuestro Dios:
“Y así por calles voy cantando, por calles predicando
lo bello que es tu Amor, estoy dispuesto a lo que sea, no importa lo que sea,
tu llámame a servir”.
El señor nos
llama desde el hogar, esa es nuestra primera misión para predicar con el
ejemplo. Jesús estaba con nosotros,
tocando cada corazón que abría su puerta a escucharnos. Algunas personas encontraron
extraño que la iglesia católica, estuviera en la calle. Algunos preguntaron: ¿Qué
predican? Y Solo dijimos: ¡Dios te ama y
quiere decirte, que está contigo hoy y siempre!
Vimos alegría y
vimos unción. Vimos jóvenes darse la
vuelta para escuchar la voz de Dios. Vimos a muchas personas predicarnos a
nosotros, y un gesto muy hermoso, recibimos la sabiduría de Dios, a través de la aceptación de un Jesús vivo.
El ir de casa
en casa, me hizo recordar mis años de juventud, cuando recibí ese llamado especial de seguir al Señor. Esa
voz suave y apacible, que resonaba en mi interior, como un girasol en busca del
sol.
Cada día que
amanece es una misión nueva que el Señor
nos tiene. Cada día que anochece, es una misión, que damos por cumplida.
Entendí que, a cada
uno de nosotros, el Señor nos ha puesto en el lugar perfecto, para trabajar
para su Reino y siempre que nos proponemos
trabajar para él, tenemos su respaldo.
Con los
Misioneros del Corazón de Jesús, aprendí con alegría y devoción, a llevar el
evangelio donde quiera que voy, siempre apoyada en nuestra madre María para ir
a la fuente del corazón de su hijo, con la oración: “De donde brotan para la vida del mundo, la Esperanza y el perdón, la
fidelidad y la salvación”.
“Como decir que no al envío de la misión, nos dijo una
hermana. ¡Cuando Dios te llama y respondes, es inevitable decir no, porque las
bendiciones que te da, son grandes!”.
¡La misión es un don de Dios, recíbela en tu corazón! Y por eso, “Hay que gritar al firmamento y al mundo
entero, que hay uno que nos ha dicho: ¡Te Amo de verdad! Y te ofrezco mi dulce Paz”,
con esta canción concluimos nuestros testimonios de Fe en nuestra celebración
de Cristo Rey del Universo.
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