Jueves de Cine |Juan Orellana
Pequeñas valientes. Historia muy humana de madres e
hijas
Camille
(Pili Groyne) tiene 16 años y se ha quedado embarazada. Cuando se da cuenta y
quiere abortar ya es demasiado tarde desde el punto de vista legal. Dado que su
madre, Clo (Victoire Du Bois), tiene antecedentes poco tranquilizadores, los
servicios sociales intervienen y se llevan a Camille a una casa de acogida de
menores embarazadas contra la voluntad de ambas. Allí Camille pasará sus meses
de gestación viéndose empujada a madurar paulatinamente.
Camille, de
cara a los demás, deja claro que ella no se quiere quedar con el bebé. Pero en
realidad está llena de dudas, pues a sus compañeras les parece inconcebible que
una madre quiera desprenderse de su hijo. Pero Camille tiene en el rabillo del
ojo su propia historia: ¿habría ido mejor su vida si su madre le hubiera dado
en acogida al nacer? Aunque madre e hija se quieren, Clo no ha madurado, es
promiscua —no sabe ni quién es el padre de su hija— e irresponsable. De hecho,
le retiraron la tutela durante meses cuando Camille era pequeña. Así que la
joven está hecha un lío y deberá hacer su propio camino de crecimiento personal
y discernimiento. Para ello contará con una maestra muy sabia: la vida. Todo lo
que ve y experimenta en la casa de acogida; las circunstancias de sus
compañeras; las conversaciones con su tutora, con su madre, con su novio… todo
lo absorbe para tratar de entenderse mejor a sí misma. En su camino es muy
importante su amistad con Alison, una madre del centro a la que le cuesta mucho
responsabilizarse de su hija Diana —que en la realidad es la hija de la
directora del filme—. Camille podrá hacer con Diana su experiencia piloto de madre y ello le ayudará a verse en esa
tesitura y decidir.
La
guionista francesa Julie Lerat-Gersant debuta en la dirección con una historia
inspirada en su propia experiencia, ya que trabajó durante diez semanas en un
centro materno-infantil haciendo talleres de escritura para las jóvenes madres
y adolescentes embarazadas. Por otra parte, cuando la directora se quedó embarazada,
su madre, enferma, entró en coma, y Julie tuvo que estrenarse como madre sin la
ayuda de la suya propia. Y ahí está el tema central de la película: para que
Camille sea madre es necesario que rompa el cordón umbilical con su propia
madre. Esta afirmación, que se puede considerar general, es más clara en el
caso de una madre especialmente tóxica.
La película
se hace dura por momentos, por el dramatismo de muchas situaciones, casi
melodramáticas, pero ello contribuye a conseguir una atmósfera de realismo y
autenticidad. En ese sentido, estaba un poco más lograda la española La maternal (P.
Palomero, 2022), de temática similar, al haber sido interpretada por actores no
profesionales. En la francesa, sin embargo, todos los papeles principales están
en manos de actores de carrera, entre los que destaca el trabajo protagonista
de la belga Pili Groyne.
El
desenlace final es un buen ejercicio de guion, al buscar un desenlace
satisfactorio, pero no peliculero, creíble y positivo.
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