Actualidad Mundial | María Martínez López/A&O
En Haití «la población se rebela contra la violencia», y abril
batió récords de muertes
Las
bandas armadas cada vez controlan más territorio y recurren incluso a
francotiradores y a quemar viva a la gente en el transporte público.
Continúa
la escalada de violencia en Haití, con un nuevo incremento de las muertes. Si
en los primeros tres meses del año fueron asesinadas al menos 846 personas, un
28 % más que el trimestre anterior, solo en abril hubo 600 homicidios. De
repetirse estos datos en mayo y junio, las muertes en el segundo trimestre del
año prácticamente se habrían duplicado.
Un
dato relevante en el último informe del que se hace eco Naciones Unidas es que
en abril 164 de las muertes violentas fueron asesinatos o linchamientos de
presuntos miembros de bandas, un fenómeno que está aumentando. «La población
haitiana se está rebelando contra la violencia desenfrenada y los secuestros a
manos de bandas armadas», escribió a Fides Nestor Fils-Aimé, superior
provincial de Canadá de los Clérigos de San Viator.
«En
un contexto de vacío constitucional y de impunidad judicial, la población está
reaccionando para intentar remediar los numerosos sufrimientos de años de
violencia. Desde hace 15 días», explicaba el misionero, «el miedo ha sido
sustituido por reacciones que, desgraciadamente, no siempre son pacíficas. Por
poner algunos ejemplos, recientemente se ha atacado a más de 200 bandidos, se
han levantado barricadas en varios barrios y se están inspeccionando coches
para comprobar si llevan armas».
¿Intervención
de la ONU?
Volker
Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
declaró que «es obligación del Estado proteger a sus ciudadanos. La gente debería
poder confiar en la Policía y en las autoridades judiciales para hacer frente a
la violencia de las bandas. Pero la realidad es que el Estado no tiene
capacidad de respuesta. Por tanto, la gente se toma la justicia por su mano,
pero esto solo alimentará la espiral de violencia».
El
informe de la ONU destacó también la aparición de grupos de vigilancia
parapolicial. Algunas figuras políticas y periodistas han estado llamando a que
los ciudadanos formen organizaciones de autodefensa para luchar contra la
violencia de las bandas. «Los misioneros deploramos la situación, pero la
comprendemos porque la gente se siente abandonada a su suerte», expresaba
Fils-Aimé.
Ante
esto, Türk reiteró su «llamamiento a la comunidad internacional para que
despliegue una fuerza de apoyo especializada y respetuosa con los derechos
humanos, con un plazo determinado y un plan de acción integral para ayudar a
las instituciones haitianas». Sin embargo, la Iglesia no comparte esta
perspectiva. «La población no quiere una intervención militar de la ONU, que no
resolvería los problemas, sino que los agravaría», aseguró el provincial de los
Clérigos de San Viator. «Hoy por hoy, una intervención militar solo
beneficiaría al gobierno de Ariel Henri y sus secuaces».
El
informe de Naciones Unidas recoge además recomendaciones para el Gobierno, como
combatir el contrabando y el flujo incontrolado de armas y municiones ilícitas;
apoyar al sistema judicial, en particular con grupos de trabajo judiciales
especializados para luchar contra la corrupción y los delitos masivos,
incluidos los que implican violencia sexual, y restablecer los servicios y
proyectos sociales, especialmente en las zonas bajo control de las bandas.
Cierran
el colegio
Los
Clérigos de San Viator se han visto directamente afectados por la violencia. El
10 de marzo, el padre Jean-Yves Médidor fue secuestrado por una banda de
delincuentes, y liberado el día 22 del mismo mes. Desde entonces, «ha
abandonado su escuela residencia en Croix-des-Bouquets y está siendo seguido por
un psicólogo». Aunque cuentan con que vuelva pronto a la parroquia, la
violencia ha hecho que los religiosos se planteen «abandonar el año que viene
la zona donde se encuentra la escuela. Cerraremos hasta que se establezca un
régimen de seguridad». Los cien alumnos de la Institution Mixte Saint-Viateur
acudirán a aulas improvisadas que se instalarán en la parroquia, en otro barrio
de Croix-des-Bouquets.
Haití
se encuentra sumido desde hace años en una profunda crisis social y política
por la acción de bandas armadas. La situación se deterioró aún más desde el
asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021. En este momento, la
violencia no es cada vez más frecuente y extrema, por ejemplo, mediante el uso
de francotiradores que disparan indiscriminadamente a la gente en la calle; o
también quemando a personas en el transporte público. Además, se está
extendiendo a zonas antes seguras, como Kenscoff y Pétion Ville, en Puerto
Príncipe, y en el departamento de Artibonite.
Publicado
por Alfa & Omega
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