Nota de Prensa | CED
Cientos
de sacerdotes celebran Jubileo Nacional del Clero
“Los pobres, los pequeños, los que sufren y
los que buscan sentido son el centro de la misión eclesial”.
Bayaguana, Rep. Dom. Cientos de sacerdotes y los obispos de las 11
diócesis del paÃs se congregaron en el Santuario Nacional Santo Cristo de los
Milagros, en Bayaguana, para celebrar el Jubileo Nacional del Clero con motivo
del Año Jubilar 2025, el lunes 12 de mayo.
El encuentro, coordinado por la Comisión Nacional del Clero de la
Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), inició con una procesión desde el
antiguo santuario hacia el nuevo santuario, donde tuvieron un momento de
adoración al SantÃsimo, seguido de la ponencia “el sacerdote, misionero de
esperanza”, por el padre Francisco Jiménez, director del Instituto Nacional de
Pastoral (INP) de la CED, concluyendo con una EucaristÃa.
“El mundo
necesita sacerdotes santos, alegres, cercanos, sensibles y solidarios con el
dolor ajeno, pastores con olor a oveja, como decÃa el Papa Francisco”, explicó monseñor
Héctor Rafael RodrÃguez, arzobispo metropolitano de Santiago de los Caballeros
y presidente de la CED; quien durante la homilÃa también recordó que “los
pobres, los pequeños, los que sufren y los que buscan sentido son el centro de
la misión eclesial”.
Al referirse a la elección del Papa León XIV, señaló que la misión del
nuevo pontÃfice es “ser el Pedro de hoy, que nos recuerda que la Iglesia no
puede cerrarse sobre sà misma, que debe dejarse guiar por el EspÃritu; que debe
ir hacia las periferias, a donde el hambre de Dios clama en silencio”.
Agregó que, “su elección nos está invitando a ser una Iglesia más
misionera, más fraterna, más abierta a la novedad del EspÃritu; en un mundo a
menudo confundido, fragmentado y violento es para nosotros una señal clara de
que Cristo sigue entrando por la puerta, y no por atajos, ni por intereses
humanos”.
Un llamado
a ser sacerdotes misioneros de esperanza
Durante la charla, el presbÃtero Francisco Jiménez, director del INP,
señaló que, en un mundo marcado por incertidumbre y crisis, el sacerdote está “llamado
a ser un guÃa espiritual que ayude a las personas a encontrar significado en
sus vidas y a fortalecer su identidad en relación con lo trascendente”, asÃ
como ser un “agente de transformación, promoviendo la justicia, la solidaridad
y el diálogo entre diferentes sectores de la sociedad”.
Además, resaltó que la Iglesia, como comunidad de fe, ofrece un espacio
donde la esperanza se fortalece a través de los sacramentos, la enseñanza y la
vida comunitaria, al tiempo que, exhortó a que la experiencia de este jubileo
renueve en los presbÃteros el “deseo de seguir siendo testigos del amor de Dios
por esta humanidad sumergida en la desesperación, la angustia y el vacÃo
existencial”.
ced.org.do
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