Documentos | Christopher Wells
Becquart: Nuevo documento
sinodal fomenta el intercambio eclesial
La
subsecretaria del SÃnodo de los Obispos comenta las “Pistas para la Fase de
Implementación”, subrayando cómo se vive la sinodalidad en las Iglesias locales
y se fomenta el compartir de dones entre ellas.
Tras la
segunda sesión de la Asamblea General del SÃnodo celebrada el año pasado, la
SecretarÃa General del SÃnodo ha elaborado un nuevo documento que brinda
orientación para la siguiente etapa del camino sinodal.
El texto
titulado Pistas para la Fase de Implementación del SÃnodo busca fomentar el diálogo
entre las Iglesias locales y la SecretarÃa General, además de promover el
intercambio de experiencias sinodales entre las Iglesias.
Con motivo de
la publicación de este documento, la hermana Nathalie Becquart, XMCJ,
subsecretaria del SÃnodo, dialogó con Vatican News.
En la
entrevista, describe qué es la fase de implementación del SÃnodo sobre la
sinodalidad, qué significa realmente la sinodalidad, cómo ha sido recibida por
la Iglesia, y cuál es el propósito del nuevo documento.
Hermana
Nathalie, el SÃnodo acaba de publicar un nuevo documento titulado Pistas
para la Fase de Implementación del SÃnodo, un texto que apoya el
intercambio de dones entre las Iglesias. ¿PodrÃa explicarnos qué es esta fase
de implementación?
Esta fase
comenzó justo después de la celebración del SÃnodo que culminó con la Asamblea
en Roma en octubre de 2024. Según la constitución Episcopalis communio, la recepción del SÃnodo —es
decir, poner en práctica sus frutos— es una etapa clave.
Y por primera
vez, el Papa Francisco aprobó directamente el Documento Final del SÃnodo, lo que lo convierte en parte del
Magisterio ordinario de la Iglesia. Por eso, ahora se nos pide concretar esas
recomendaciones, llevarlas a la vida con creatividad, respetando la diversidad
de contextos de las Iglesias locales.
No basta con
tener un documento y dejarlo archivado. Cada Iglesia local debe discernir cómo
aplicar sus recomendaciones en su realidad concreta.
Las primeras
fases del SÃnodo —escucha y celebración— fueron etapas delimitadas. ¿La fase de
implementación tiene un perÃodo definido?
Es una fase
abierta, pero se ha previsto un marco de tres años, con pasos definidos, que
culminará en octubre de 2028 con una Asamblea Eclesial en Roma para compartir
frutos y evaluar el proceso.
Este camino
incluye asambleas en diócesis, a nivel nacional y continental. Sabemos que
implementar la sinodalidad en todos los niveles llevará tiempo, pero lo
importante es avanzar paso a paso. Este documento busca guiar a quienes
necesitan orientación concreta. Muchos ya han comenzado desde que se publicó el
Documento Final.
Mucha gente
todavÃa se pregunta: “¿Qué es la sinodalidad?”. ¿PodrÃa ofrecernos una
definición sencilla?
SÃ. En el
Documento Final del SÃnodo hay una definición clara (cf. párrafo 28), pero se
puede entender de dos maneras que ayudan mucho:
Primero, cito
al teólogo australiano Ormond Rush: “La sinodalidad es el Concilio Vaticano II
en miniatura”. Lo que estamos viviendo hoy responde directamente a la visión
del Vaticano II. Sinodalidad es simplemente continuar su recepción. No se ha
implementado del todo, y esto es parte de ese proceso.
La otra manera
de entenderla —más sencilla quizás— es recordar nuestro logo sinodal: comunión,
participación, misión. La sinodalidad es un modo de ser Iglesia que nos
ayuda a ser más misioneros y participativos.
Desde los
primeros siglos, la Iglesia ha caminado asÃ. Ahora redescubrimos este modo,
subrayando que todos somos bautizados y, como Pueblo de Dios, llamados a llevar
la misión juntos. Cada uno con su vocación, carisma o ministerio. La
sinodalidad también implica ecumenismo, diálogo interreligioso, atención a los
pobres y marginados, y una Iglesia abierta a todos para anunciar el Evangelio.
Hablemos ahora
del documento en sÃ. ¿Qué busca lograr Itinerarios para la Fase de
Implementación del SÃnodo?
Este documento
responde a preguntas concretas. Primero, apoya la implementación del SÃnodo a
nivel local. Segundo, promueve el “intercambio de dones” entre Iglesias, un
concepto clave del Documento Final.
En mi misión
he podido viajar mucho, y he visto la belleza de una Iglesia que es una, pero
diversa en contextos, culturas y modos de vivir la fe. Cada Iglesia local tiene
su camino, pero no debe caminar sola. Este documento subraya que no puede haber
conversión sinodal en solitario.
Por eso el
SÃnodo enfatiza el papel de las Iglesias locales, pero también el diálogo entre
ellas: en provincias eclesiásticas, conferencias episcopales, y a nivel
continental.
El plan
aprobado por el Papa Francisco y confirmado por el Papa León incluye asambleas
locales, nacionales y continentales, hasta la Asamblea Eclesial en Roma. Es un proceso de comunión activa.
¿Puede dar
ejemplos concretos de cómo los fieles y las Iglesias locales pueden comenzar
esta implementación?
El primer paso
es leer el Documento Final del SÃnodo. Este nuevo texto es una herramienta para
adentrarse en él y discernir cómo aplicarlo localmente, siempre con creatividad
guiada por el EspÃritu Santo.
El responsable
principal es el obispo diocesano o eparquial, pero nadie puede hacerlo solo. Se
recomienda que cada diócesis tenga un equipo sinodal, que trabaje con el
obispo. Muchos ya los tienen.
Pero todos los
bautizados están llamados a ser protagonistas. En sus parroquias, movimientos,
comunidades. También deben implicarse escuelas, universidades católicas,
ministerios juveniles, Cáritas, comunidades religiosas... toda la diversidad
eclesial.
Usted ha
mencionado muchas veces el concepto de “recepción”. ¿Qué significa exactamente
desde una perspectiva teológica?
La recepción
es aceptar activamente lo que ha sido discernido como llamado de Dios en un
SÃnodo o Concilio. La recepción es abrazar los frutos y orientaciones surgidas
de ese proceso. Sin ella, un documento no basta.
Históricamente,
se ha visto que recibir un Concilio puede tomar más de un siglo. Por ejemplo,
el Concilio de Trento propuso la formación de los sacerdotes en seminarios,
pero en algunos paÃses tardó más de cien años en aplicarse.
El Vaticano II
nos enseña que Dios no impone enseñanzas desde fuera, sino que entra en diálogo
con nosotros. La recepción, entonces, implica una participación activa del
Pueblo de Dios en esa conversación. Todos estamos llamados a acoger y poner en
práctica lo que el EspÃritu ha mostrado.
El Papa
Francisco fue el gran impulsor del SÃnodo sobre la Sinodalidad. Ahora, con el
Papa León, ¿cómo ve usted que continúa este camino?
Desde el
inicio de su pontificado, el Papa León ha reafirmado el deseo de ser una
Iglesia sinodal. De hecho, ya lo vivÃa cuando era obispo en Perú: organizó la
fase de escucha en su diócesis, participó en reuniones continentales, en la
redacción del instrumentum laboris, en las asambleas de 2023 y
2024, y en dos grupos de estudio.
Tiene un
estilo muy similar al del Papa Francisco: escucha, espiritualidad profunda,
cercanÃa con el pueblo. Ejercita el ministerio petrino de forma sinodal.
Cuando
falleció el Papa Francisco, fue conmovedor ver la cantidad y diversidad de
personas que vinieron a despedirlo: pobres, niños, personas con discapacidad,
lÃderes religiosos. Lo mismo ocurrió en la elección del Papa León: la gente
sintió esa conexión inmediata.
La sinodalidad
se manifiesta también en estos gestos concretos. Y lo que buscamos con este
nuevo documento es continuar ese camino, espiritual y pastoral, con pasos
concretos: consejos pastorales, estructuras sinodales, participación de todos.
¿Desea añadir
algo más?
SÃ. Es
importante subrayar que el EspÃritu Santo ha estado guiando este proceso desde
el inicio. La sinodalidad es, en el fondo, una llamada de Dios para que la
Iglesia sea más misionera. Todo el proceso está al servicio de la misión:
evangelizar, servir, amar.
Muchos ya han
comenzado a vivir esto, incluso antes de la publicación del documento. Ya hay
equipos sinodales en muchas conferencias episcopales, organismos
internacionales, comunidades religiosas, etc.
Algunas
diócesis incluso han creado funciones nuevas, como vicarios generales para la
sinodalidad o laicos encargados de implementar el proceso. En paÃses como
Australia, han hecho sÃnodos diocesanos tras su Concilio Plenario. Otros están
en camino.
Lo esencial es
seguir caminando juntos, con creatividad, responsabilidad compartida y la guÃa
del EspÃritu. AsÃ, seremos una Iglesia más fiel a su misión en el mundo de hoy.
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