Espiritualidad | Paolo Affatato
Mariamabad: cristianos y
musulmanes rezan a María
En el
santuario de la provincia de Punjab, en Pakistán, la peregrinación jubilar se
convierte en una ocasión para la caridad y el diálogo interreligioso. Es aquí
donde fieles de todas las religiones se encomiendan a la Virgen y recuperan la
esperanza
En la «gruta
mariana» del santuario de Mariamabad, en la provincia pakistaní de Punyab, se
celebra un Jubileo muy especial: son muchos los fieles que acuden aquí en
peregrinación jubilar para vivir con profunda fe un momento espiritualmente
intenso de devoción, conversión del corazón y petición de gracias.
Pero, entre
ellos, también hay muchos fieles musulmanes que se suman para confiar a María,
figura muy respetada y acogida en el islam, sus preocupaciones familiares y sus
intenciones de oración.
«Por otra
parte, en Mariamabad – afirma el padre Jahanzeb Iqbal, sacerdote llegado aquí
desde Karachi, ciudad situada al sur del país – se venera a Nuestra Señora de
la Misericordia. Aquí, a los pies de la estatua mariana, inspirada en la gruta
y en la Virgen de Lourdes, fieles de todas las religiones, culturas y etnias
depositan sus ansiedades y esperanzas, seguros de que nuestra Madre María los
escuchará».
La peregrinación del 8 de septiembre
En el corazón
del Punjab, ya a finales del siglo XIX, los misioneros franciscanos quisieron
construir un pueblo consagrado a la Virgen María. Desde entonces, en 1898,
Mariamabad, Ciudad de María», nació para acoger a las familias católicas como
un lugar caracterizado por la devoción mariana, promovida por los frailes
capuchinos que, en los años siguientes, comenzaron a construir un lugar de
culto.
Como recuerda
la Agencia Fides, tras las primeras capillas, el santuario de
Mariamabad fue construido en 1949 por el fraile capuchino belga Frank Joseph,
quien perdería la vida en Mariamabad en 1953.
Ahora esa
iglesia es un santuario nacional, uno de los lugares marianos más frecuentados
de Pakistán, visitado por fieles cristianos y musulmanes que constantemente
piden gracias especiales a la Virgen.
En el pueblo
de Mariamabad, los misioneros también quisieron construir una gruta inspirada
en Nuestra Señora de Lourdes. En este lugar, a 90 kilómetros de Lahore, capital
del Punjab, se celebra una imponente peregrinación nacional con motivo de la
fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, el 8 de septiembre, a la
que acuden cientos de miles de personas de todo Pakistán.
Solidaridad y cercanía espiritual
«Aquí, en el
Año Santo, miles de fieles han venido y siguen viniendo para recuperar la
esperanza», cuenta el padre Tariq George, rector del santuario, quien pone en
marcha todos los recursos posibles para acoger a los peregrinos, miles de ellos
acampados a la intemperie o alojados en tiendas de campaña en la explanada
frente a la iglesia.
Con motivo del
Jubileo para los católicos, «desde Mariamabad se irradia un mensaje de amor,
tolerancia y armonía», informa James Channan, dominico de Lahore, director
del Peace Center dedicado al diálogo islamo-cristiano, quien,
en sus intervenciones ante audiencias interreligiosas, suele citar el santuario
mariano como un lugar donde se concretan la solidaridad y la cercanía
espiritual entre musulmanes y cristianos.
Esa cercanía
también se refleja en la satisfacción de las necesidades materiales: en el
santuario, cientos de voluntarios y benefactores se ocupan de la comida y el
descanso de los peregrinos, que realizan largos viajes, incluso a pie durante
varios días, para tocar con sus propias manos, conmovidos, la estatua de la
Virgen o depositar una flor.
La acogida y
la atención al prójimo también se demuestran en los centros sanitarios
habilitados para quienes sufren deshidratación, hipertensión o heridas en los
pies: con la presencia de médicos y enfermeros, son lugares necesarios en días
especiales como la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María (el
15 de agosto) o la fiesta del 8 de septiembre, cuando el número de peregrinos
supera los cuatrocientos mil.
Anuncio de paz y amor
«En el mensaje
que se lee a la entrada del santuario se dice que todas las religiones enseñan
la paz y el amor», recuerda el padre Channan, indicando el sentido y el
significado de una peregrinación que transforma el Jubileo para los fieles
católicos de Pakistán en un evento que adquiere aspectos y contornos
interreligiosos:
«El momento de
oración en Mariamabad es un momento de conversión espiritual personal y
sanación interior. Sin duda, es una ocasión para pedir misericordia para uno
mismo y para la propia familia, pero también un momento para dirigirse a Dios y
a María, confiándoles nuestra nación, en su composición interreligiosa, y rezar
por el Papa y por la paz en el mundo».
León XIV, al
término del mes de mayo, dedicado a la Virgen María, recitando el rosario en
los Jardines Vaticanos, lo definió como «un gesto de fe con el que, de manera
sencilla y devota, nos reunimos bajo el manto maternal de María».
Este año,
añadió el Pontífice, «recuerda algunos aspectos importantes del Jubileo que
estamos celebrando: la alabanza, el camino, la esperanza y, sobre todo, la fe
meditada y manifestada coralmente». La fe que desde Mariamabad se anuncia a
Pakistán y al mundo entero.
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