• Noticias

    lunes, 20 de octubre de 2025

    Bienes acumulados…


    Reflexión | P. Ciprián Hilario, msc


     

    Bienes acumulados…

    Lecturas. Romanos 4, 20-25 y Lucas 12, 13-21, Lunes 20 de octubre 2025

     

    Introducción

    Queridos hermanos y hermanas, las lecturas de hoy nos invitan a reflexionar sobre dónde ponemos nuestro corazón y nuestra confianza: ¿en los bienes materiales que acumulamos o en la fe en Dios, que nos da vida y esperanza? En Romanos 4, 20-25, vemos el ejemplo de Abraham, cuya fe en las promesas de Dios fue su mayor riqueza. En Lucas 12, 13-21, Jesús nos advierte, a través de la parábola del rico insensato, sobre el peligro de acumular bienes solo para nosotros mismos, olvidando lo que realmente importa: ser ricos ante Dios. En un mundo obsesionado con la acumulación de riqueza, estas lecturas nos desafían a reorientar nuestras prioridades. A continuación, compartimos 10 puntos prácticos para vivir esta enseñanza en nuestra vida hoy.

     

    1. Cultivar una fe como la de Abraham

    San Pablo nos dice que Abraham no dudó de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en la fe, dando gloria a Dios (Romanos 4, 20). Hoy, en un mundo lleno de incertidumbre económica y social, debemos confiar en que Dios provee lo necesario. Esto significa orar con confianza, buscar su voluntad y no desesperarnos por acumular bienes para sentirnos seguros.

     

    2. Reconocer que los bienes son temporales

    La parábola del rico insensato (Lucas 12, 16-21) nos recuerda que la vida es frágil y que los bienes materiales no garantizan la felicidad ni la eternidad. Reflexionemos: ¿Estamos acumulando cosas que no podemos llevarnos? Dediquemos tiempo a lo que perdura: el amor, la generosidad y la fe.

     

    3. Priorizar ser “ricos ante Dios”

    Jesús concluye la parábola diciendo: “Así es el que atesora para sí, y no es rico ante Dios” (Lucas 12, 21). Ser ricos ante Dios implica vivir con generosidad, compartir con los necesitados y buscar la justicia. Hoy, preguntémonos: ¿Cómo podemos usar nuestros recursos para bendecir a otros?

     

    4. Evitar la codicia que divide

    En Lucas 12, 13-15, Jesús advierte contra la codicia al responder a un hombre que pedía ayuda con una herencia. La codicia puede dividir familias y comunidades. En nuestra vida, evitemos conflictos por bienes materiales y busquemos la reconciliación y el diálogo.

     

    5. Practicar la gratitud diaria

    Abraham dio gloria a Dios porque confiaba en su promesa (Romanos 4, 20). En un mundo que nos empuja a querer siempre más, practiquemos la gratitud por lo que tenemos: salud, familia, amigos, fe. Llevar un diario de gratitud o dedicar un momento diario para dar gracias transforma nuestra perspectiva.

     

    6. Usar los bienes para el bien común

    El rico insensato acumuló solo para sí mismo, ignorando a los demás (Lucas 12, 17-19). Hoy, podemos usar nuestros recursos—dinero, tiempo, talentos—para ayudar a los necesitados: apoyar una causa benéfica, donar a la iglesia o ayudar a un vecino en dificultad.

     

    7. Simplificar nuestra vida

    La acumulación de bienes a menudo complica nuestra vida y nos distrae de lo esencial. Simplifiquemos: donemos lo que no usamos, reduzcamos el consumismo y dediquemos más tiempo a la oración, la familia y la comunidad.

     

    8. Confiar en la providencia divina

    Abraham creyó en Dios incluso cuando parecía imposible (Romanos 4, 21). En un mundo donde la inseguridad económica genera ansiedad, confiemos en que Dios nos sostiene. Esto no significa ser irresponsables, sino trabajar con diligencia y dejar el resto en sus manos.

     

    9. Reflexionar sobre nuestra mortalidad

    La parábola nos confronta con una verdad incómoda: “Esta misma noche te reclamarán el alma” (Lucas 12, 20). Reflexionar sobre nuestra finitud nos ayuda a priorizar lo eterno sobre lo material. Hagamos un examen de conciencia: ¿Qué legado queremos dejar?

     

    10. Vivir con esperanza en la resurrección

    Romanos 4, 24-25 nos recuerda que nuestra fe, como la de Abraham, está en un Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos. Los bienes materiales no son el fin, sino un medio. Vivamos con la esperanza de que nuestra verdadera riqueza está en la vida eterna con Dios.

     

    Conclusión

    Hermanos y hermanas, las lecturas de hoy nos desafían a no poner nuestra seguridad en los bienes acumulados, sino en la fe y la generosidad. Abraham nos enseña a confiar en Dios, y la parábola del rico insensato nos advierte contra el egoísmo. Que estos 10 puntos nos inspiren a vivir con un corazón agradecido, generoso y centrado en lo que realmente importa: ser ricos ante Dios. Pidamos al Espíritu Santo la gracia de vivir estas enseñanzas en nuestra vida diaria. Amén.

     

    10 puntos para la vida hoy (resumen):

    - Cultiva la fe: Confía en las promesas de Dios como Abraham.

    -Reconoce lo temporal: Los bienes materiales no duran eternamente.

    -Sé rico ante Dios: Prioriza la generosidad y la justicia.

    -Evita la codicia: No dejes que los bienes dividan tus relaciones.

    -Practica la gratitud: Agradece diariamente por lo que tienes.

    -Usa tus bienes para bien: Comparte tus recursos con los necesitados.

    -Simplifica tu vida: Reduce el consumismo y enfócate en lo esencial.

    -Confía en la providencia: Trabaja con diligencia, pero confía en Dios.

    -Reflexiona sobre la muerte: Prioriza lo eterno sobre lo material.

    -Vive con esperanza: Nuestra verdadera riqueza está en la resurrección.


    Que estas reflexiones nos guíen a vivir con un corazón centrado en Dios y en los demás.







     

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...

    Para Vivir Mejor


    Entradas Recientes



    La Familia


    Amigo del Hogar | Revista

    Orientada esencialmente a la familia desde una visión humano-cristiana, la Revista Amigo del Hogar nace en el año 1942, como obra evangelizadora de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC).

    ¿Quiénes Somos?

    Somos una comunidad religiosa fundada por el P. Julio Chevalier en el año 1854, en Issoudun, Francia. El proyecto al que buscamos ser fieles es, desde el Corazón misericordioso de Jesús, anunciar el amor de Dios al mundo.

    Temas de Salud


    Entradas populares