Francisco llegó al Santuario de Fátima para celebrar los 100 años de las apariciones de la Virgen y canonizar a dos videntes. Es su viaje número 19, el primero fue a Brasil, para la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.
45.000 peregrinos se dirigen a pie al santuario portugués de Fátima. La cifra solo registra las peregrinaciones organizadas y comunicadas, por lo que el número podría ser mayor.
El cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), y el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, representarán a la CEE en el viaje.
Estará presente también Lucas, el niño brasileño curado en 2013, gracias a un milagro obrado por los dos hermanos pastores de Fátima. Su familia rezó a Nuestra Señora de Fátima para pedir la curación. El niño estaba en coma cerebral y recibió el alta a los tres días.
La Iglesia portuguesa en cifras
- Casi 9 de cada 10 portugueses son católicos
- 49 obispos, 3.431 sacerdotes y 4.840 religiosos
- 58.962 catequistas sirviendo en 4.424 parroquias
- 847 centros educativos católicos, con 115.000 alumnos en colegios católicos
El Papa en Fátima
"Escuchar la voluntad de Dios"
"Las
apariciones son revelaciones privadas"
"Aceptar los mensajes de las apariciones no pertenece
a los artículos del credo"
El teólogo Jesús Espeja, en
un artículo aparecido en Religión Digital, mediante preguntas y respuestas,
responde a la cuestión de las apariciones en la fe de la Iglesia.
(Jesús Espeja op).- La visita del
papa Francisco a Fátima es buena oportunidad para tocar este punto. Muchos
devotos acuden al lugar de las apariciones mientras que la jerarquía
eclesiástica aprueba y promueve el culto en esos lugares. Dejando a un lado en
qué consisten las apariciones y la verdad de las mismas, es importante apuntar algunas
claves para juzgar su valor y el sentido que pueden tener.
El desarrollo de la Iglesia
está regulado por la Palabra transmitida en la tradición viva en la realidad
histórica. La comunidad cristiana se mantiene fiel a esa Palabra gracias al
Espíritu que continuamente la rejuvenece. Y
esa fuerza del Espíritu fructifica en distintos carismas: el institucional
que garantiza la continuidad en la tradición , y el carisma profético que
sacude y moviliza para que la comunidad cristiana no se duerma y no se instale
mientras va de camino.
En este ámbito profético se
sitúan las apariciones. Son revelaciones privadas cuyo cometido no es definir
nuevos dogmas, dirimir cuestiones doctrinales, ni ofrecer nueva moral. Sus
mensajes deben ser interpretados como solicitud amorosa, llamadas de atención
para que la comunidad cristiana reanime y actualice su vocación evangélica. Ya
refiriéndonos a las pariciones de la Virgen María, vienen a ser expresiones de
"su colaboración para restaurar la vida sobrenatural de las almas"
(Vaticano II).
¿Qué valor tienen las apariciones?
Teológicamente, el
"Abba" revelado en la conducta histórica de Jesucristo no está en su
trono del cielo e interviene sólo de cuando en cuando, arbitrariamente, para
llamarla atención con fenómenos extraordinarios. Está más íntimo a nosotros
mismos y a toda realidad como dándose como amor y dando vida. Luego, en las apariciones de la Virgen más
importante que los fenómenos extraordinarios, es la escucha de la voluntad de
Dios en su mensaje.
Cristológicamente. El camino
para nuestra realización humana o salvación es la conducta histórica de
Jesucristo. Luego todas las demás revelaciones tienen que abundar en el
seguimiento de Jesús: Dios amor, apuesta por la fraternidad, y compasión eficaz
ante las víctimas. El mensaje de las apariciones no es aceptable como buena
noticia de Dios si respira sentimientos de condena, venganza o discriminación.
Es verdad que hay en la predicación de los profetas bíblicos llamadas duras de
atención, incluso amenazas, pero están inspiradas en el amor. Los
"ayes" de Jesús contra los arrogantes soberbios no son maldiciones
sino lamentos de un amor no correspondido.
Desde la eclesiología, aceptar los mensajes de las apariciones no
pertenece a los artículos del "credo". Por lo demás cuando los obispos autorizan e incluso promueven la
devoción y culto que se da en el lugar de las apariciones, no están asegurando
la verdad o autenticidad de las mismas. Es una especie de "nihil
obstat" que no compromete para nada la autoridad de la Iglesia. Más bien
ella desde el "credo" es criterio de juicio sobre la verdad y mensaje
de las apariciones.
Canonización de Francisco y Jacinta
Francisco canonizará hoy sábado 13 de mayo a Francisco y Jacinta, los pastorcitos de Fátima. Significa que son propuestos como modelos de vida cristiana. No son los primeros en subir a los altares, ni serán los últimos.
La edad no es un impedimento en el Código de Derecho Canónico, que sí pide demostrar la santidad de una vida ejemplar y, posteriormente, sendos milagros, pero hay dudas entre teólogos: ¿Se puede canonizar a un niño?
La interpretación del caso de los pastores de Fátima, la explica Jesús Bastante de la siguiente manera:
“Sin embargo, la Iglesia, con las canonizaciones, va más allá de la santidad o de la inocencia, apuntalando un modelo de vida y aceptación de la voluntad divina. Lo cierto es que la nómina de los niños elevados es bastante amplia, aunque la práctica totalidad lo fueron siendo mártires, con lo que la canonización de Jacinta y Francisco supone una cierta novedad, en lo que supone que Dios se sirvió de ellos para obrar milagros”.
“Y es que, más allá de la canonización de estos menores, el propósito del Papa Francisco es el de llamar la atención acerca de los pequeños que, cada día, sufren el martirio de una vida con los derechos vulnerados, azotados por el trabajo esclavo o que padecen los abusos sexuales, en algunos casos a manos de eclesiásticos. "Con los niños no se juega" ha subrayado, en más de una ocasión, Bergoglio, quien seguramente no evitará esta cuestión en la homilía de canonización”.
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