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Al menos diez obispos católicos han muerto por Covid-19 en una
semana
Jornadas
trágicas, las últimas, para la Iglesia católica, que ha perdido en apenas
una semana al menos a otros diez obispos más a causa de la Covid-19. Solo
el día 13, por ejemplo, fallecieron cuatro: el cardenal brasileño Eusebio Oscar
Scheid (88 años), el arzobispo escocés Philip Tartaglia (70), y los obispos
Mario Ceccini (Italia, 87) y Moses Hamungole (Zambia, 53). Las otras víctimas
son: el carmelita descalzo y obispo de Trujillo (Venezuela) Cástor Olwaldo
Azuaje (69 años), muerto el día 8; el obispo emérito de Zielona Góra-Gorzów
(Polonia), Adam Dyczkowski (88), el día 10; el obispo de Santa Marta
(Colombia), Luis Adriano Piedrahita (74), el día 11; el obispo de la eparquía
greco-católica de Cluj-Gherla (Rumanía), Florentin Crihalmeanu (61), el día 12;
y el obispo emérito de Dunkeld (Escocia), Vincent Logan (79), el día 14.
A
ellos hay que sumar la pérdida también, el día 12, del ortodoxo Filaret,
metropolita de Minsk y de toda Bielorrusia y, antes de Navidad, el 22 de
diciembre, del franciscano mexicano Rubén Tierrablanca (68), vicario apostólico
de Estambul para los católicos de rito latino.
Brasil,
segundo país con más muertes tras Estados Unidos
Como
ya ha informado ECCLESIA DIGITAL, el cardenal Scheid, arzobispo emérito
de San Sebastián de Río de Janeiro, falleció el miércoles 13 de enero, a los 88
años de edad, en el hospital de la ciudad de São José dos Campos en el que
estaba ingresado en estado grave desde diciembre tras haber contraído una
neumonía.
El
purpurado, sacerdote del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos), pastoreó esta
sede durante ocho años, desde 2001 hasta 2009, cuando le fue aceptada la
renuncia por edad y Benedicto XVI nombró para sustituirle a cardenal
cisterciense Orani João Tempesta. En la Conferencia Episcopal Brasileña fue
presidente de la Región Sur 4, miembro de la Comisión Nacional de Doctrina, y
responsable de Pastoral Familiar en la región Sur 1.
Brasil
es ahora mismo el segundo país del mundo con un mayor número de víctimas
mortales por la pandemia, con 207.000, solo superado por los Estados Unidos,
que se acercan peligrosamente a la extraordinaria cifra de 400.000. A día de
hoy los fallecidos allí son 388.000.
Philip
Tartaglia, arzobispo de Glasgow.
Tartaglia,
un pastor muy querido
El
arzobispo de Glasgow, Philiphe Tartaglia, por su parte, había dado positivo
poco después de Navidad, falleciendo también ese mismo día, 13 de enero,
festividad de San Mungo, el patrón de la ciudad escocesa. Sacerdote desde 1975,
fue el Papa Benedicto XVI quien lo nombró obispo —de la diócesis de Paislay— en
septiembre de 2005, sucediendo después, en 2012, al arzobispo Mario Conti en
Glasgow.
«Su
contribución al trabajo de la Conferencia Episcopal de Escocia durante los
últimos dieciséis años fue significativa, y extrañaremos mucho su sabiduría,
ingenio y espíritu católico robusto», han dicho los obispos escoceses en un
comunicado. La de Glasgow, con unos 200.000 fieles, es la mayor de las ocho
diócesis católicas de Escocia.
Las
muestras de pésame por su pérdida han sido numerosas también en el ámbito
civil, y van desde la ministra principal de Escocia Nicola Sturgeon —que lo ha
calificado de «un hombre excelente, muy querido dentro de la comunidad católica
y más allá— y el líder de los conservadores Douglas Ross, hasta el Celtic de
Glasgow, el club de fútbol del que el fallecido era acérrimo seguidor.
Obispo
Moses Hamungole (Zambia).
Hamungole,
el más joven
Otro
de los prelados fallecidos el día 13, y con solo 53 años, fue Moses Hamungole,
titular de la diócesis de Monze. Había dado positivo el día 2 en el Monze
Mission Hospital, siendo trasladado posteriormente para un mejor tratamiento al
hospital Levy Mwanawasa de Lusaka, la capital del país, en el que se produjo el
óbito. Unos días antes, había tranquilizado a los fieles a través de las redes
sociales, asegurando que estaba «bien atendido» y no había «por qué
preocuparse».
Antes
de ser obispo, se había desempeñado como jefe de la sección de África en inglés
de Radio Vaticana. Ahora era también presidente de la Comisión de
Comunicaciones Sociales de la Conferencia Nacional de Obispos (ZCCB). Su
vinculación al mundo de la comunicación le llevó a presidir también este
departamento en la Asociación de Conferencias Episcopales de África Oriental
(AMECEA), con sede en Nairobi.
Hamungole
no es el primer obispo que muere en África por esta modalidad de coronavirus. En
marzo, la Covid-19 segó también la vida del del vicariato apostólico de
Gambella (Etiopía), Angelo Moreschi, pero tanto el cardenal de Uagadugú
(Burkina Faso) y presidente del SECAM, Philippe Ouédraogo, como los obispos de
Nyeri (Kenia) y de Yola (Nigeria), que también contrajeron el virus, lograron
superar la enfermedad.
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