Cultura y Vida / Yris Rossi
Hermanos Políticos para toda la vida
Mi esposo y yo fuimos acompañados de mi nieto Zion
a Tarragona, Barcelona para pasarnos unas vacaciones.
Zion es un mulato típico dominicano.
Cuando llegamos a Tarragona la primera persona que nos recibe es mi nieto político Erick: es nuestro nieto catalán, él es blanco, típico hijo de españoles.
Cuando Erik y Zion se encuentran, se miran de
arriba abajo, pues no se conocían y ambos quedan en silencio.
Yo me doy cuenta de la sorpresa: rompo el hielo y
los presento diciéndoles a uno y otro que son primos hermanos.
Ambos se sorprenden con este inesperado parentesco
siendo Erik el primero en reaccionar:
- Abuela ¿y de dónde salimos nosotros primos
hermanos?
- Le respondo:
Erick: existen parientes de sangre y parientes
políticos, tú y Zion son primos hermanos políticos.
Tu madre y el padre de Zion no son hermanos de
sangre, ellos son hermanos políticos, pues vinieron al mundo antes de que tu
abuelo y yo nos casáramos.
Hubo silencio... parecía que se entendió la
explicación, luego llegó María Dolores, la Madre de Erick y nos pusimos los
adultos a tomar café y conversar mientras que los niños se esfumaron con sus
juegos.
Después de un rato ambos vienen abrazados, me
llaman y me dicen a dúo, ¡abuelaa, abuelaa! Nosotros hemos decidido ser, no
primos hermanos:
¡Hemos decidido ser hermanos políticos para toda
la vida!
Desde entonces Zion y Erick se quieren muchísimo.
Y yo me dije en el silencio de mi corazón, llena
de amor a mis dos nietos, con razón el Señor nos dice:
"...En verdad les digo que si no se convierten
y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos", Mateo 18, 3.
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