Fe y Vida | Paola Calderón Gómez/Prensa CELAM
Franciscanos exigen celeridad en investigación por
asesinato de
sacerdote en México
Las Comisiones de justicia, Paz e
integridad de la Creación de la Familia Franciscana de México, Centroamérica y
el Caribe expresaron su repudio ante los hechos ocurridos el 12 de junio en
inmediaciones de los estados mexicanos de Durango y Zacatecas y que terminaron
con la muerte del Padre Juan Antonio Orozco Alvarado, O.F.F., víctima del
enfrentamiento armado entre dos carteles del crimen organizado que se disputan
el control de la zona.
La comunidad franciscana exigió a las autoridades federales, estatales y
municipales, la creación de políticas públicas que garanticen la defensa de la
seguridad de la población en general conforme a los estándares internacionales
y garantizando con ello el orden público de la región.
Investigación con transparencia
En comunicación dirigida a las autoridades
federales, estatales y municipales de México, la comunidad religiosa exigió la
cabal integración de la carpeta de investigación o expediente, asegurando la
recolección de evidencias y la investigación exhaustiva de la escena del
crimen, para que el asesinato de Fr. Juan Antonio Orozco no quede en la
impunidad; responsabilidad que corresponde a la Fiscalía General del Estado.
Igualmente a las autoridades judiciales les exigen
el respeto al debido proceso, así como la reparación del daño a las víctimas en
caso de que existan. En este sentido solicitan que las víctimas sean atendidas
con dignidad y respeto a sus Derechos Humanos, conforme a la Constitución
Política de México y los estándares internacionales.
Pese al hecho luctuoso, la comunidad franciscana
ratificó su compromiso con la gente, labor inherente a su carisma. “Nos comprometemos como franciscanos y franciscanas a seguir
anunciando la justicia y la paz, en un compromiso activo con otras
organizaciones e Iglesias cristianas que defienden los Derechos Humanos y a las
víctimas de este sistema de violencia institucional”, se lee en
la comunicación.
Igualmente expresaron su solidaridad ante el dolor
de la familia de Fr. Juan Antonio Orozco Alvarado, OFM., pidiéndole a Dios que
reciba con los brazos abiertos a este nuevo mártir, confiando que su muerte sea
un signo de esperanza y de lucha por la justicia en México y para que los
cristianos levanten la voz para pedir un “Alto a la violencia”
que solo contamina la sociedad y que lamentablemente ha ido permeando muchas
familias del país.
Los hechos
Fray Juan Antonio Orozco pertenecía a la Misión
Franciscana en Santa Lucía, una comunidad de dicho municipio en donde era
párroco.
Falleció el 12 de junio a las 11:00 am, luego de recibir al menos 8 impactos de
bala, mientras conducía una camioneta para dirigirse a celebrar una Eucaristía
en la comunidad de Tepehuana de Pajaritos. El homicidio se produjo muy cerca a
la localidad de Canoas del municipio de Mezquital en el estado de Durango.
Al parecer el sacerdote transitaba por la carretera
cuando se encontró con el fuego cruzado entre dos grupos al margen de la ley,
aunque las autoridades no descartan un ataque directo contra el sacerdote en
medio de la confusión, circunstancia que deberán aclarar a partir de la
investigación. Hasta el momento se desconoce si los fieles que acompañaban al
sacerdote resultaron heridos.
“Nuestra comunidad parroquial y
fieles de Santa Lucía de la Sierra Lamentamos y nos consterna grandemente la
muerte de nuestro Párroco, hacemos un llamado a las autoridades civiles para
que ya se ponga un límite a la violencia y agobio de nuestras comunidades, ya
son muchas víctimas de nuestra gente y ahora nuestro señor cura…. ¿Quién sigue?
Descanse en paz…”, publicó en su Facebook la misión franciscana.
Comprometido con la gente
Fr. Juan Antonio Orozco Alvarado tenía 33 años de
edad y hacía seis meses había llegado a la comunidad para cumplir con su
misión.
La gente recordó con nostalgia su destacado papel
en el reciente incendio que afectó a la Sierra de San Lucia, suceso en el que
ayudó a organizar voluntarios, gestionó apoyos y se unió al trabajo de la gente
para combatir la conflagración, porque la comunidad no recibió ayuda oportuna
de las autoridades por temor a las acciones del crimen organizado.
Los restos del sacerdote fueron trasladados a
Monclova, Coahuila de donde era originario y en donde sintió el llamado a la
vocación desde muy niño al crecer en medio de las actividades de la parroquia
de San Francisco de Asís en donde fue parte del coro, gracias a su gusto por la
música.
Fr. Juan Antonio Orozco Alvarado pertenecía a la
Provincia Franciscana de los Santos Francisco y Santiago en México, era animador
JPIC y fue el compositor del Himno de la Revolución Laudato Si.
Publicado por Prensa Celam:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...