El dilema de Proverbios y Job

Reflexiones | Mons. Telésforo Isaac/Obispo emérito

El dilema de Proverbios y Job

 

Hoy día hay mucha gente que les encanta los llamados libros de autoayuda que buscan dar soluciones de tipo sicológicas, experiencial o espiritual entorno a algunas problemáticas existenciales y personales que nos ha traído la vida moderna y posmoderna de hoy; pero resulta que en la Biblia, unos libros llamados sapienciales, desde hace mucho tiempo buscaron y buscan hacer lo mismo en cierta forma, que ese tipo de literatura que tenemos hoy; pues parten de la vida cotidiana, de las vivencias familiares, de las experiencias que el hombre va teniendo en la vida, pero basados en el temor a Dios para vivir feliz.

 

Dos de estos libros son el libro de los Proverbios y el libro de Job, el primero en su contenido data de tiempos del rey Salomón, pues se compone de varias tradiciones de sabiduría que este trajo de Egipto, cuando pretendió formalizar su reino al estilo de las cortes egipcias, pero su redacción como lo conocemos hoy, data del siglo V a.c.; en su estilo se parece mucho a nuestros refranes, pues son frases y sentencias de sabiduría que pretenden enseñar que si el hombre se mantiene en el temor a Dios (entendemos por esto la fe en Dios, no miedo ), y es humilde, tendrá riquezas, honor y larga vida como elementos de felicidad, muestra de las bendiciones de Dios para con él.

 

Por su lado el libro de Job, el cual muchos lo ubican hacia el 600-300 ac, aunque algunos también lo llevan más específicamente hacia el siglo V-IV ac; libro que se inspira en una historia que recorrió todo el medio oriente y que muchos pueblos captaron su mensaje y le dieron su matiz propio, y son los primeros capítulos, además de que es lo único que mucha gente lee del libro, y de ahí lo del "paciente Job", pero si se leyera completo después de la historia, se darían cuenta de que Job no fue tan paciente como se dice. El texto plantea un problema serio, un hombre justo a merced de la desgracia, con una pregunta de fondo en torno a la justicia distributiva: ¿En esta vida: qué es lo que le corresponde al justo? El diálogo que se da después de la historia en forma poética entre Job y sus amigos o allegados y luego con Dios, es todo un cuestionar esta realidad.

 

La cuestión es que Proverbios había dicho que si se era justo se sería feliz y bendito por Dios, pero ahora Job muestra que la cosa no es así, que él es justo, bueno pero no es feliz, es un desgraciado víctima de la calamidad, no destinatario de bendiciones divinas, lo que nos coloca en un dilema, y lo peor es que eso es lo que vemos en la vida: muchas veces el bueno, el hombre de fe pasa por momentos de infelicidad duros, nada fácil.

 

 Ahora bien, Proverbios nos habla de la normalidad de las cosas, del deber ser, Job es un caso límite, pero Job cuestiona a Dios por esto, cómo nosotros que también muchas veces le recriminamos por este tipo situación dura en nuestras vidas. El mismo Job se da la respuesta cuando al final Dios le dice que quién es él para cuestionarle, quiénes somos nosotros para recriminar a Dios, él tiene su plan y su proyecto con cada uno, como el título del libro de Carlos Vallés: "Dejar a Dios ser Dios´´. En la vida hay mucha gente de fe que su vida es una maravilla y hay otras con la misma o mucho más fe, y viven en un universo de sufrimientos, pero ante el dilema de estas situaciones, vale lo de Jesús dicho a Pedro, en Juan 21,22, y a cada uno de nosotros: ¿a ti qué?  Tú sigueme". ADH 818