Vida Religiosa | P. Domingo
Vásquez Morales
Adiós Pequeño
Miguel José Vásquez Contreras (“PEQUEÑO”), gran amigo y hermano.
Enciendo mi computadora y empiezo a mover los dedos en el teclado para ver
si me salen algunas palabras, que me permitan expresar la gratitud que siento
al compartir contigo tantas experiencias enriquecedoras.
Recuerdo que me acompañaste a la comunidad de Guanábano (Cotuí) y en la
parroquia San Ramón Nonato en ocasión de sus patronales. En ambos lugares los
feligreses quedaron impactados por tu celebración y tu hermosa prédica.
Todavía resuenan en mis oídos tus palabras en aquella conversación que
tuvimos la noche del miércoles 4 de agosto, apenas horas de tu pascua. Me
enviabas audios, porque no podías escribir, tenías los párpados alterados y te
dolía la cabeza, pasaste el día acostado “si
alguien me escribe, le hablo, porque no puedo ver la pantalla. Me molesta”,
me comentabas.
Te dije: “mañana viajo a Cotuí a una
ordenación diaconal” y me comentaste: “Tú tienes una vida muy activa, por lo
que veo; mientras yo aquí con una alergia de mis párpados y fiebre”.
Me dejaste este consejo: “deberías
hacer un reportaje de las cosas en las que participas, como ese encuentro al
que vas, así tienes primicias para tu página. Yo, en tu lugar, de cada
actividad haría una reseña”. Jamás imaginé que serías el protagonista de la
primera reseña.
Desde los años de formación y estudios compartidos contigo, descubrí en ti
un amor especial por las comunicaciones y te auguré: “tú serás director de
Amigo del Hogar”. Así fue, te convertiste en el director durante largos años de
esa prestigiosa revista, de la cual soy asiduo lector y promotor donde quiera
que estoy.
En agosto del año 2105 creaste el blog SIGUIENDO EL EVANGELIO
(https://elevangeliohoy.blogspot.com) con el perfil “Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral, para
animar desde la liturgia la vida de fe, en su compromiso personal y comunitario”.
Me llamó poderosamente la atención cómo te identificabas en tercera persona: “Miguel José es el nombre que precede a sus
apellidos. Tuvo acceso desde niño al goce de la amistad, a los libros y la
música. Transita esta vida sin grandes pretensiones, pero con muchas ganas de
ser participante y testigo de la realidad que nos rodea, con todas sus
circunstancias”.
No salgo del asombro ante la noticia impactante sobre tu muerte, todavía
creo que estoy soñando. Te fuiste y nos quedamos con tantos planes para mejorar
la comunicación y con el deseo de intercambiar materiales para nuestras
publicaciones. Quedó sin realizar una visita a mi casa. A lo mejor esa
visita será en tu mansión del cielo, en la Casa del Padre. ¡Que descanses en
paz, querido “Pequeño” y gran hermano!
Post-nota: me olvidaba decirte ¡GRACIAS! por las sugerencias y los aportes para mi página REFLEXIONANDO LA PALABRA. Espero que desde el cielo intercedas por mí, por los visitantes y usuarios de la misma.
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