Convivencia | Patricia Ynestroza/VN
El
Papa: La sociedad necesita un yo responsable y no egoísta
“En este tiempo de pandemia, la persona es el punto desde el que todo
puede volver a empezar. La persona se debe servir y no descartar”, mensaje del
Papa al obispo de Rimini, Mons. Francesco Lambiasi, en ocasión del Meeting por
la amistad entre los pueblos que se llevará a cabo del 20 al 25 de agosto.
El Papa Francisco ha enviado un mensaje al obispo de Rimini, donde se
celebrará el Meeting por la Amistad entre los pueblos. En el mensaje, firmado
por el secretario de Estado Pietro Parolin, el Papa expresa su alegría de que
este año, el evento se realizará en forma presencial.
“El título elegido - "El valor de decir yo"-, tomado del
Diario del filósofo danés Søren Kierkegaard, es muy significativo en un momento
en que se trata de empezar con buen pie, para no desperdiciar la oportunidad
que brinda la crisis pandémica”, señaló el
Pontífice. "Reiniciar" es la palabra clave, se lee en el texto,
pero no ocurrirá automáticamente, porque la libertad está implicada en toda
iniciativa humana, agrega el Papa. Porque como lo dijo Francisco recordando la
Spe Salvi de Benedicto XVI, “la libertad debe ser conquistada de nuevo por el
bien”.
A los organizadores y participantes, el Papa les dice que "la
alegría del Evangelio infunde la audacia de recorrer nuevos caminos:
"Debemos tener el valor de encontrar nuevos signos, nuevos símbolos, una
nueva carne, particularmente atractiva para los demás" (ibíd., 167).
Esta es la contribución que el Santo Padre espera que el Encuentro dé en la
reanudación, en la conciencia de que "la seguridad de la fe nos pone en
camino, y hace posible el testimonio y el diálogo con todos". (Encíclica
Lumen fidei, 34), sin excluir a nadie, porque el horizonte de la fe en Cristo
es el mundo entero".
El valor de decir yo en tiempos de pandemia
La pandemia, recuerda el Papa, ha impuesto el distanciamiento físico y a
la persona, al "yo" de cada uno, en el centro, “provocando en muchos
casos el despertar de preguntas fundamentales sobre el sentido de la existencia
y la utilidad de vivir que habían estado dormidas o, peor aún, censuradas
durante demasiado tiempo”. Francisco señala que también ha surgido una
responsabilidad personal, esta pandemia nos ha hecho a todos “testigos de esto
en diferentes situaciones. Ante la enfermedad y el dolor, ante la aparición de
una necesidad, muchas personas no se han acobardado y han dicho: "Aquí
estoy". La sociedad tiene una necesidad vital de personas que sean
presencias responsables. Sin personas no hay sociedad, sino una agregación
aleatoria de seres que no saben por qué están juntos”, afirma.
De lo contrario, manifiesta en su mensaje el Papa, lo único que quedaría
sería “el egoísmo del cálculo y el interés propio, que hace que la gente sea
indiferente a todo y a todos. Además, las idolatrías del poder y del dinero
prefieren tratar con individuos en lugar de con personas, es decir, con un
"yo" centrado en sus propias necesidades y derechos subjetivos en
lugar de un "yo" abierto a los demás, que se esfuerza por formar el
"nosotros" de la fraternidad y la amistad social”.
En el mensaje, el Santo Padre no se cansa de advertir a quienes tienen
responsabilidades públicas contra la tentación de utilizar a la persona y
desecharla cuando ya no es necesaria, en lugar de servirla. “Después de lo que
hemos vivido en este tiempo, quizá sea más evidente para todos que la persona
es el punto desde el que todo puede volver a empezar. Ciertamente es necesario
encontrar recursos y medios para que la sociedad vuelva a moverse, pero lo que
se necesita sobre todo es alguien que tenga el valor de decir "yo"
con responsabilidad y no con egoísmo, comunicando con su propia vida que el día
puede comenzar con una esperanza fiable”.
Francisco, señala que, sin embargo, la valentía no siempre es un don
espontáneo y nadie puede dársela a sí mismo, recordando las palabras de Don
Abbondio de Manzoni, “sobre todo en una época como la nuestra, en la que el
miedo -que revela una profunda inseguridad existencial- juega un papel tan
decisivo que bloquea tantas energías e impulsos hacia el futuro, que se percibe
cada vez más incierto, sobre todo entre los jóvenes”.
De dónde sale el valor de decir yo
Entonces, se pregunta el Papa, de dónde puede salir el valor para decir
"yo", ese valor proviene en el “fenómeno llamado encuentro:
"Sólo en el fenómeno del encuentro es posible que el yo decida, que se
haga capaz de aceptar, reconocer y acoger. El valor de decir "yo"
nace ante la verdad, y la verdad es una presencia", El Pontífice afirma
que desde el día en que se hizo carne y vino a habitar entre nosotros, Dios ha
dado al hombre la posibilidad de salir del miedo y encontrar la energía del
bien siguiendo a su Hijo, muerto y resucitado.
Francisco recuerda que "la relación filial con el Padre eterno, que
se hace presente en las personas alcanzadas y cambiadas por Cristo, da
consistencia al ego, liberándolo del miedo y abriéndolo al mundo con una
actitud positiva. Genera una voluntad de bien", y menciona su Exhortación
Apostólica Evangelii Gaudium: "Toda experiencia auténtica de la
verdad y la belleza busca su propia expansión, y toda persona que experimenta
una liberación profunda adquiere una mayor sensibilidad hacia las necesidades de
los demás. Comunicándolo, el bien arraiga y se desarrolla". Es esta
experiencia, afirma, la que infunde el valor de la esperanza:
"El encuentro con Cristo, dejándose asir y guiar por su amor,
amplía el horizonte de la existencia, le da una esperanza sólida que no
defrauda. La fe no es un refugio para personas sin valor, sino la expansión de
la vida. Nos hace descubrir una gran llamada, la vocación al amor, y nos
asegura que este amor es fiable, que vale la pena entregarse a él, porque su
fundamento se encuentra en la fidelidad de Dios, más fuerte que toda nuestra
fragilidad" (ID, Enc. Lumen fidei, 53).
Sobre todo, la razón profunda del valor del cristiano es Cristo, se
lee en el mensaje, "es el Señor resucitado quien es nuestra seguridad,
quien nos hace experimentar una profunda paz incluso en medio de las tormentas
de la vida. El Santo Padre espera que durante la semana del Encuentro los
organizadores e invitados den un testimonio vivo, haciendo suya la tarea
indicada en el documento programático de su pontificado: "Muchos [...]
buscan a Dios en secreto, movidos por la nostalgia de su rostro, incluso en los
países de antigua tradición cristiana. [Los cristianos tienen el deber de
anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino
como quien comparte una alegría, señala un hermoso horizonte, ofrece un
banquete deseable" (Evangelii gaudium, 14).
Publicado por Vatican News:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...